Joaquín Pérez Rodríguez: Crónica de una trampa anunciada

Joaquín Pérez Rodríguez: Crónica de una trampa anunciada

El Consejo Nacional Electoral de Venezuela convocó  a nuevas elecciones presidenciales el próximo 14 de abril.  Así se completará el proyecto para mantener en el poder a una banda que, entre otras cosas, se ha apropiado de miles de millones de dólares petroleros bajo el pretexto de una revolución socialista.

Muchos piensan que los triunfos electorales del chavismo se han debido a las trampas clásicas de suplantar votos en las urnas o adulterar los resultados de las actas. Era lo que podríamos llamar las trampas del siglo XX.Pero el asunto es más complejo porque  el sistema chavista ha creado un nuevo estilo de hacer trampas electorales, mucho más moderno, que los puede mantener en el poder  por años.

El fraude comienza con el uso abusivo de la televisión, que es el  medio más poderoso electoralmente hablando. Si un candidato es presentado constantemente en televisión y radio, mientras los contrincantes desaparecen del aire, en la mente del elector solamente hay una opción triunfadora: la del personaje que ve y escucha una y otra vez.





Eso pasó en la elección presidencial mexicana.  El precandidato Peña Nieto aparecía constantemente en la televisión. No fue extraño que las encuestas lo dieran como la primera opción con una gran ventaja.  Sus posibilidades disminuyeron cuando otro candidato, Andrés Manuel López Obrador, logró emparejar el tiempo que los dos tenían en televisión.

En el caso venezolano el abuso es mucho mayor, porque los candidatos chavistas aparecen en comerciales, en noticias y, cuando así lo desean, encadenan todas las emisoras por el tiempo que les parece.  Algo que los opositores nunca pueden hacer. El  chavismo también utiliza el uso desmedido de los recursos del poder. Se persigue a los opositores, se les inhabilita políticamente.

A sus seguidores les  regalan viviendas, televisores, lavadoras o dinero a cambio del voto. Cuando un venezolano es beneficiado por cualquiera de los programas del gobierno, automáticamente es incluido en una base de datos centralizada a nivel nacional.

Para hacer que su gente vote, el gobierno ha creado una estructura de movilización electoral conformada por grupos de diez chavistas, con un responsable o “patrullero”, que forma parte de una cadena de un nivel más alto hasta llegar a un responsable por estado. Es un sistema piramidal que resulta muy efectivo en procesos intensos de pocas horas de duración, como son los electorales.

Este procedimiento fue coordinado por Diosdado Cabello inicialmente. Después que perdieron elecciones, entre ellas la del mismo Cabello cuando no pudo repetir como gobernador del estado Miranda, nombraron jefe aJorge Rodríguez, ex presidente del Consejo Nacional Electoral. Toda esta estructura, que es costosísima, es pagada  por el estado. Las estructuras de la oposición se pagan con fondos privados.

El día de las elecciones el Gobierno crea dos operativos para controlar la votación. El primero, que funciona en el mismo Palacio Presidencial de Miraflores bajo el control del estadístico  y profesor universitario Germán Campos, se dedica a supervisar los resultados electorales directamente desde las máquinas de votación. Esas máquinas, que solamente deben contactar con el Consejo Nacional Electoral una vez culminado el proceso, entran en comunicación permanente con el Gobierno, como si fueran para una encuesta a boca de urna.

El segundo operativo, que funciona en el comando de campaña del partido de gobierno, se encarga de controlar la movilización.  Allí también se recibe  información en tiempo real de los centros de votación a través de otro sistema electrónico: el capta huellasEl capta huellas es un receptor digital de las huellas dactilares de todos los electores. El votante lo activa antes de votar electrónicamente.  El gobierno ha dicho que sirve para evitar que una persona vote dos veces.  Mucha gente piensa que es la manera de saber por quien se vota para después poder castigar al que no lo haya hecho por el candidato oficial.  En realidad es el mecanismo que emplea el Gobierno para saber quien votó y quien falta por votar.

Esa información es vital para el comando electoral chavista, ya que al saber quién no ha votado, la estructura de movilización actúa con todos los recursos del poder. Si alguien está en las listas de beneficiados del gobierno y no ha votado de inmediato, lo busca una patrulla del ejército, o de la policía, o una ambulancia de algún hospital oficial, para llevarlo a votar.

En la pasada elección presidencial, a las 12 del mediodía, Chávez le ganaba a Capriles por 2 puntos. Cuando las alarmas sonaron y se desencadenó el operativo oficial de movilización, la diferencia a favor de Chávez aumentó a once puntos. Eso será lo que harán con Maduro: una trampa anunciada, pero del siglo XXI.

 

http://www.infolatam.com/2013/03/18/cronica-de-una-trampa-anunciada/