El tuitero que tiene en jaque a la realeza saudita

El tuitero que tiene en jaque a la realeza saudita

@mujtahidd llegó al millón de seguidores en Twitter este jueves.

“Lo único que puedo decir es que soy de Arabia Saudita”, le dice a BBC Mundo @mujtahidd, un usuario de Twitter que llegó al millón de seguidores esta semana y ha denunciado todo tipo de escándalos que comprometen a la familia real que gobierna al país del Golfo Pérsico desde el siglo XVIII.





“¿Nos puede decir dónde está?”, le pregunta BBC Mundo por medio del chat de Gmail.

“No”, responde.

Las especulaciones sobre la identidad de este usuario de la red social van desde que es una organización de varias personas ubicadas en diferentes partes del mundo hasta que se trata de un funcionario del gobierno o un miembro de la realeza que está filtrando información.

Desde su primer tuit, en diciembre de 2011, @mujtahidd ha publicado detalles sobre la supuesta corrupción de la monarquía saudita y el conflictivo juego de poderes que se gesta dentro de la élite real por la eventual sucesión del rey Abdalá bin Abdelaziz, quien tiene 88 años.

“Tanto es el nivel de detalle de la información que es difícil no tomarla en serio”, dice Abdirahim Saeed, periodista del servicio árabe de la BBC.

“Exponer la corrupción”
Recientemente, los medios sauditas -en su mayoría controlados por la realeza- reportaron que el gobierno está buscando formas de acabar con el anonimato en Twitter en el país árabe, donde la red social tiene más de tres millones de usuarios.

Según el tuitero, el rey de Arabia Saudita, Abdalá bin Abdelaziz, está gravemente enfermo.

De los 15.000 miembros de la familia Saud -que administra el país responsable del 25% del petróleo que se produce en el mundo-, sólo 2.000 se mueven en el poder. El rey es un Saud y su gabinete y los gobernadores regionales son en una gran mayoría parte de la familia.

El entretenimiento, la vida pública y la protesta están severamente restringidos en el país, que se rige por la ley islámica de la sharia. No hay partidos políticos, los activistas son víctimas de persecuciones y la oposición está organizada en el exterior.

En los últimos meses, el gobierno realizó algunas reformas -la última: permitir los clubes deportivos femeninos-, que pueden interpretarse como parte de un proceso de apertura política y social.

En este escenario, y en medio del severo hermetismo que caracteriza a las autoridades, @mujtahidd ha sido un estilo de revolución para muchos sauditas que, según él, “comparten mi interés por exponer la corrupción y pelear contra el engaño y la hipocresía”.

Algunas de las denuncias más importantes del tuitero han tenido que ver con los supuestos excesos de la élite saudita, unos presuntos acuerdos entre los gobiernos de Kuwait y Jordania para oprimir a la oposición kuwaití y la posible disputa dentro de la familia Saud por la sucesión del trono (ver recuadro).

— ¿De dónde saca su información?, le pregunta BBC Mundo.

— Sobre todo de dentro de la familia real, pero con el tiempo he creado una red más grande en muchos ministerios y embajadas. Algunas veces la gente voluntariamente me da información confidencial o documentos.

El intríngulis de la sucesión

Lo que más ha hecho pensar a los observadores que @mujtahidd tiene un conocimiento especial y fiable sobre el poder saudita son los detalles que le añadió a las especulaciones sobre el dilema del heredero del trono.

El rey Abdalá bin Abdelaziz tiene 88 años y el príncipe heredero (foto), 77. Según @mujtahidd, el primero está muy enfermo y el segundo tiene mal de Alzheimer.

A partir de ahí, el tuitero hizo un riguroso análisis sobre los posibles sucesores. Dice que el Consejo de Lealtad, encargado de elegir al rey, está en crisis por los conflictos que genera la sucesión.

@mujtahidd descarta -por diferentes razones, como edad, salud o política- a cada uno de los muchos hijos del primer monarca de Arabia Saudita, Ibn Saud (no se sabe cuántos tiene, pero son más de 35).

Por eso, explora las posibilidades de los (también numerosos) nietos. @mujtahidd ve a tres de ellos con más posibilidades que cualquiera. Y, entre ellos, el viceministro de Interior, Mohammad bin Nayef, tiene más opciones por su poder sobre las fuerzas de seguridad, sus contactos con EE.UU. y la manera como ha logrado disminuir a la oposición.

— ¿Cómo verifica la información que recibe?

— Algunas fuentes no las tengo que verificar por su credibilidad, pero otras sí y hay cosas que no publico. Tengo dos tipos de pruebas. Una es hablar de un evento con detalle de las personas, el tiempo y el espacio y después ocurre como lo conté. Otra es presentar documentos.

Aunque Twitter está diseñado para publicar frases de 140 caracteres, los tuits de @mujtahidd son escritos como parte de un texto más largo, con detalles de corte forense.

La palabra “mujtahidd” significa “estudioso” en árabe. En el Corán quiere decir alguien que hace una interpretación personal del islam. @mujtahidd, sin embargo, dice que para él es “alguien que trata los problemas con responsabilidad y sinceridad”.

“Soy un periodista”, le dice a BBC Mundo. “Puede considerarme un activista por definición, ya que mi información redujo el aura de la familia real y animó muchos a hablar”.

@mujtahidd cree que su oposición al gobierno no perjudica su objetividad. “Quien quiera que se crea imparcial es un mentiroso. Incluso con una agenda se supone que no debes mentir. Puedes ser selectivo con tu información, pero no tienes permitido distorsionarla”.

En entrevista con BBC Mundo, @mujtahidd se expresa en un inglés avanzado. Aunque admite que ha tenido contacto con las culturas occidentales, dice que no espera que Arabia Saudita adopte el modelo occidental.

“La distribución del poder, la responsabilidad, la transparencia y las libertades son grandes cosas. Pero no deben ser importados desde Occidente. Las tenemos profundamente arraigadas en nuestros valores islámicos. Podemos beneficiarnos mucho de la experiencia occidental en los procedimientos y los controles y los equilibrios, pero no copiar el modelo completo”, asegura.

Recientes reformas

El gobierno saudita ha impulsado en el último año una serie de reformas sobre rol social de la mujer, que grupos defensores de los derechos femeninos han considerado insuficientes. Entre ellas:

Permiso para competir en los Juegos Olímpicos. Wojdan Shahrkani (foto) fue la primera mujer saudita en participar en este evento deportivo, en Londres 2012.
Permiso para conducir.
Permiso para trabajar en la unidad de inteligencia.
Permiso para abrir clubes femeninos.
Permiso para participar del Consejo de la Shura (una suerte de Parlamento).
Sobre estas reformas, @mujtahidd dice: “Llamar a esto liberalización demuestra el éxito del régimen en explotar la visión superficial e ingenua de Arabia por parte de Occidente”.

En una oportunidad, @mujtahidd le preguntó por Twitter al hijo menor del rey, Abdul Aziz bin Fahd: “¿Es verdad que su palacio en Riyadh es más grande que la residencia del rey y costó 12 billones de riyales [US$3.000 millones] porque está compuesta de varios palacios?” y “¿es verdad que tiene dos millones de metros cuadrados de área y su construcción empezó en 1994 y terminó en 2003 y el costo real fue tres billones y el resto (nueve billones) se fue para usted y Hariri [exprimer ministro del Líbano]?”.

Abdul Aziz respondió diciendo que sus alegatos eran “calumnia” y lo llamó un “instrumento pagado”.

“Parte de la credibilidad de @mujtahidd”, dice Saeed, de la BBC, “es que ha logrado que los políticos le respondan, algo que nadie se habría esperado. De ser mentira no le responderían”.

— ¿Por qué no revela su identidad?

— Toda la idea colapsaría

— ¿A qué se refiere? ¿Cuál idea?

— En nuestra cultura, por la intimidación del régimen, la identidad ambigua genera un sensacionalismo que fomenta el interés de la gente. En estos temas sensibles, la gente no quiere que la puedan vincular a uno. Que tan solo me sigan es un riesgo. Pero si mi identidad es secreta la gente tiene la salida psicológica de pensar que me siguen por curiosidad.

— Entonces la posible represalia del gobierno no tiene que ver con su anonimato…

— Yo estoy a salvo y es probable que el régimen conozca mi identidad. Pero no la pueden revelar. Reconocer que alguien como yo sabe todos estos detalles intrincados es un desastre.

— Pero si saben quién es usted, ¿podemos descartar la teoría de que es un infiltrado?

— Sin comentarios.