Venezolanos sufren para seguirle la pista a los alimentos

(Foto Archivo)

La situación del país lleva a la inquebrantable necesidad de hacer largas colas para adquirir los alimentos y productos de primera necesidad, en relación con años anteriores, se agudiza la distribución de alimentos. Así lo reseña el diario El Impulso.

Daniel Pérez Terán

En un recorrido realizado con el fin de constatar la realidad en supermercados públicos y privados, se pudo conocer que ambos denotan escasez de productos importantes.





Harina de maíz, papel higiénico, margarina, aceite, pollo, entre otros rubros, son los más buscados por los angustiados compradores.

Los supermercados privados se han visto expuestos a la situación económica del país y a duras penas pueden surtir a la población con los productos que ingresen a los establecimiento. Las prominentes colas le dan la bienvenida a los compradores.

En un establecimiento, se pudiron conocer las opiniones de distintas amas de casas que manifestaban el recorrido por diversos supermercado de la ciudad con el fin de conseguir el abasto completo de su quincena.

Pese a las grandes herramientas de maquinaria, distribución e infraestructura, los supermercados del Gobierno Nacional no aclaran el panorama de pesar en los venezolanos. Colas inmensas delatan que algo no funciona en materia de gestión oficial.

En la Red de Automercados Bicentenario, aunque mostraba gran cantidad de productos, la aglomeración de personas en la búsqueda generaba lógica perturbación en varios pasillos del edificio aumentando la cantidad de tiempo de adquisición. Luego, la misma situación se repetía en las cajas registradoras.

Algunas personas que no quisieron ser identificadas, manifestaron que antes el ciudadano tenía la posibilidad de escoger el producto de su preferencia, caso contrario hoy en día, cuando es obligatorio adquirir el producto que encuentren.

Ciudadanos larenses coinciden en que la mejoría de las políticas económicas y la apertura de facilidades de producción de las empresas pudiera devolver a la normalidad la situación alimentaria.