En Tiempo Real: Merentes el reformista (vs) Samán el radical por @carlosvalero08

El gobierno de Nicolás cada día se parece más a un velorio, camina dos pasos hacia adelante y uno hacia atrás.  Avanza lento pero seguro a su autodestrucción ya que se encuentra amarrado al proyecto político del comandante, absolutamente inviable pero compartido a plenitud por todo el “alto mando de la revolución”. La designación de Eduardo Samán es la respuesta de Giordani y los ortodoxos de ultra izquierda del gobierno a los “diálogos de Merentes con el sector productivo”. Muchos incautos han llegado a creer en las palabras del ministro de finanzas y de Nicolás quienes tácitamente han propuesto al empresariado un acuerdo, dejando por fuera a la oposición, para adelantar un modelo económico competitivo y abierto. Han conversado con medio país ofreciendo villas y castillas sin estar autorizados para ello. Ninguno de los dos tiene poder de decisión en este caos institucional y de liderazgo en que se ha transformado el breve y nefasto gobierno de Nicolás.

A la enorme lista de errores cometidos por el gobierno la semana pasada,  tan evidentes, que se resumen en: micro acaparamiento,sobrecalentamiento del consumo, acaparamiento doméstico, entre otros, debe sumarse el nombramiento de Eduardo Samán en el INDEPABIS, con la supuesta excusa de proteger al consumidor, aunque seguramente repetirá su conducta del pasado y perseguirá a los empresarios ya que en su lógica de radical de izquierda, ellos son enemigos de clases. Para Samán y los dinosaurios del PSUV siguen vigente el llamado a la lucha de clases y la imposición de la dictadura del proletariado como instrumento de superación de las desigualdades sociales. Es decir, quieren una sociedad de iguales hacia abajo.

Los diálogos de Merentes son una farsa, una especie de oferta engañosa debido a cuatro elementos: i) Merentes no cuenta con la venia del alto mando de la revolución, sólo actúa de manera reactiva frente a la crisis que se hizo evidente por el desabastecimiento y la inflación. ii) El gobierno no tiene un solo economista solvente que entienda la magnitud del problema y las políticas públicas aplicables para superarla; iii) Resolver la crisis económica implica deslastrarse del legado del comandante supremo y de los aliados cubanos, lo cual les llevaría a pagar un alto costo político con sus radicales y iv) Ningún enchufado entiende lo que ocurre, ellos viven en su burbuja de populismo petrolero y creen que racionando el consumo y aumentando las exportaciones lo van a resolver. Se niegan tercamente a ver la realidad.





Finalmente la gota que derrama el vaso es precisamente el nombramiento de esa especie de Conan el Bárbaro de la economía como lo es Eduardo Samán. Merentes se queda sólo en su predice modernizadora, puros cantos de sirena para desactivar el impulso democrático del sector empresarial.  A quienes se preguntaban por el rol de Giordani en esta fase oscura del gobierno, el nombramiento de Samán nos recuerda que no estaba muerto, estaba de parranda.

Carlos Valero

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