¿Qué es el vértigo? ¿El miedo a la caída? El vértigo es algo diferente del miedo a la caída. El vértigo significa que la profundidad que se abre ante nosotros nos atrae, nos seduce, despierta en nosotros el deseo de caer, del cual nos defendemos espantados.
Para todos quienes hemos disfrutado esta obra sabemos que Milan Kundera habla sobre el amor en su forma más pura y también como método de redención, escape o castigo, escribe además acerca de la inevitabilidad del destino, la esclavitud asfixiante de la rutina o el sentimiento de desarraigo que acaba germinando en el interior de todos los expatriados. Toda historia trata sobre la difícil tarea de soportar que la existencia humana sea tan “leve”; Dante, en “La divina comedia” intenta darle un sentido a su existencia, no soportando la levedad de la vida busca su idilio en el inframundo, en “Cien años de soledad” la política, la familia, la repetición, es una constante búsqueda de escapar de la insoportable levedad, en “El príncipe” el poder es una fatua manera de soportar lo insoportable y hasta el mismísimo “Principito” encaja a la perfección al terminar resignado ante la serpiente venenosa. ¿Y cuál sería el titulo perfecto para tratar la realidad actual venezolana?, pues no se me ocurre otro que: el fracaso. Una historia de momentáneas ilusiones dentro del fracaso general. Si en este momento un escritor incisivo relatara el drama de nuestra vida cotidiana, con pasiones, casualidades, ilusiones, presunciones y fatalidades, tendría como la sazón cotidiana el fracaso, lo insoportable del ser VENEZOLANO. En esta novela que nos han obligado a protagonizar las vidas comunes desfilan por los estrechos senderos que marcan la ancha historia y en los pequeños avatares que van germinando las verdades enormes dentro de pequeños movimientos que al final cuentan tanto como los grandes actos. Aquel Kundera habló de su patria, de la invasión rusa y del seudocomunismo autoritario sin perder nunca de vista al médico, a la fotógrafa, al campesino, a los pequeños seres, en definitiva, sin los que no existe la realidad. Con ellos crea Kundera una red de relaciones circular, estrecha y reveladora de ciertos asuntos que le interesan: el amor y el cuerpo, la desesperanza y el recuerdo imborrable, la llamada de la historia y la mentira de la historia, el eterno ir y venir sin saber si lo que hacemos es correcto, si valdrá para algo. Hoy, cuanto bien nos haría alejarnos de la retorica y del lucimiento, que bueno sería ser más precisos, y sacar la luz sin golpes de efecto, sin misterios, sin grabaciones, sin intriga, y sobretodo sin tener miedo de contar el final de la historia antes de narrarla.
Maggio Di Lena