Pedro Galvis: Las dudas de algunos, son las certezas de otros

Pedro Galvis: Las dudas de algunos, son las certezas de otros

“El hombre se hace civilizado no en su proporción a su disposición para creer, sino en proporción a su facilidad para dudar.” (Henry-Louis Mencken)

¿Quien tendría dudas respecto al desenlace electoral de Irán?, Estado teocrático donde el líder supremo es el clérigo Ayatolá Ali Jamenei (encargado de tomar todas las decisiones relevantes del país), muchos tenían la certeza de la “continuidad administrativa” y que el triunfo sería obtenido por alguien leal al líder religioso, pero con una participación masiva de la gente, se produjo la sorpresa y el vencedor fue el clérigo Hasan Rohani.

Por otro lado, las recientes olas de protestas en Brasil, hacen dudar a muchos sobre la conformidad ciudadana en el país, respecto a las políticas del gobierno que se jacta de haber creado 1 millón 770 mil nuevos empleos solo en el año 2012, que de acuerdo a las declaraciones oficiales han logrado sacar a 16 millones 400 mil personas de la extrema pobreza, lo cual ha facilitado que durante la última década, 35 millones de brasileños pasaron a formar parte de la clase media, sin embargo hay inconformidad.





En Venezuela, el comportamiento de las instituciones públicas, para mediar con sus ciudadanos últimamente, evidencian una dura realidad, que recién ahora empiezan a levantar sospechas en el mundo, del déficit democrático que padecemos los venezolanos. El informe presentado por la misión de “acompañamiento internacional electoral” del Instituto de Altos Estudios Europeo recoge que: “Las instituciones del Estado han perdido su neutralidad, vulneran la garantía del ejercicio libre y sano de los derechos y las obligaciones ciudadanas, dejan indefensa a la ciudadanía y sin razón de ser a la democracia”.

Los miembros de la misión de acompañamiento internacional electoral expresan además en el informe: “se observa una abierta y reiterada violación de normas y procedimientos que conduce a acrecentar las sospechas de una suspensión del Estado de Derecho”. ¿cuantas veces hemos gritado a los cuatro vientos esta realidad?

La conducta reiterada por el CNE de poner trabas al reclamo de Capriles, negando una auditoría completa, sin revisar los cuadernos electorales, las incidencias de las maquinas capta huellas, de acuerdo a las normas legales existentes en Venezuela, y conforme a la solicitud presentada por el líder de la oposición venezolana, “potencian las dudas de la sociedad respecto a transparencia del proceso electoral”, a esto debemos sumarle el retardo inexplicable del Tribunal Supremo de Justicia, para decidir la admisión del recurso electoral. Finalmente el Instituto de Altos Estudios Europeos concluye en su informe que hubo: “un vicio de nulidad que afecta todo el proceso electoral”.

Este informe, seguramente no es la solución al gravísimo superávit autocrático de los enchufados, que socavan nuestras instituciones democráticas, pero significa que recién ahora empieza a relucir la verdad, por la que hemos venido luchando todo este tiempo, y que nos corresponde seguir presionando hasta hacerla prevalecer. Tomemos como ejemplo la experiencia de Irán, donde un régimen represor y violador de derechos civiles y ciudadanos, enchufado en el poder fue derrotado por un pueblo, que reclamó todo lo que tenía que reclamar, pero que no renunció a la civilidad representada en el voto para lograr cambiarlo.

Los venezolanos, tenemos sobradas razones para continuar en la búsqueda del camino que ha de conducirnos al progreso y seguridad que merecemos, no podemos conformarnos con los despojos democráticos que nos dejan los enchufados, su permanencia es nociva para el desarrollo nacional y el bienestar del pueblo venezolano, debemos insistir, reclamar lo que haya de reclamarse, sin renunciar al ejercicio de todos y cada uno de los derechos reconocidos en nuestra Constitución Nacional, debemos participar, no dejar la responsabilidad a otros para que nos defiendan, no me han preguntado, pero para que lo vayan sabiendo, estoy muy de acuerdo con la realización de una Constituyente, porque en algún momento debemos poner orden en la casa