El misterio de las rocas viajeras del Valle de la Muerte

Foto BBC

En este parque natural situado en el suroeste de Estados Unidos ocurre un fenómeno que lleva décadas intrigando a los científicos. Se trata de las bautizadas como rocas “viajeras” o “reptantes”, que se mueven dejando en la tierra unos surcos de unos pocos centímetros de profundidad y de decenas de metros de longitud.

Estas piedras -algunas de las cuales pueden llegar a pesar más de 300 kg- se encuentran en Racetrack Playa, un lago seco, plano y rodeado de montañas, que en algunas épocas del año se llena de agua que se evapora rápidamente, dejando un lecho de barro que acaba resquebrajándose.

Lo más sorprendente de estas rocas es que, pese a que los investigadores llevan tiempo estudiándolas, nunca nadie las ha visto moverse.





En lugar de testigos, lo que ha habido a lo largo de los años son numerosas teorías sobre las causas de la migración de las piedras, que se desplazan solas o en parejas dejando surcos en el suelo que a veces se entrecruzan.

Las leyendas populares atribuyen el movimiento de las rocas a poderosos campos de energía, al magnetismo de la Tierra o incluso a la intervención de extraterrestres.

En el ámbito científico, en los años 40 del siglo pasado, dos geólogos estadounidenses propusieron que el desplazamiento de las rocas se debía a los remolinos de polvo que se producen en la zona, aunque experimentos posteriores no lograron confirmar esta teoría.

En las últimas décadas, la mayoría de investigaciones han apuntado que el fenómeno tiene que ver con el viento, el barro y el hielo presentes en Racetrack Playa bajo determinadas circunstancias.

Según algunos científicos, cuando se congela el agua que cubre el lecho del lago tras una tormenta, las rocas quedan atrapadas en el hielo.

Cuando este empieza a derretirse se forman grandes placas de hielo que se desplazan a consecuencia del viento que reina en la zona sobre la película acuosa que se crea en la superficie del barro.

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