Julio César Arreaza B.: La república es civil

Julio César Arreaza B.: La república es civil

Quién duda hoy que ese acto de ilusionismo que llamaron “el proceso”, fue una especie de menjurje derivado del árbol de las tres raíces: Bolívar, Rodríguez y Zamora, aderezado con lecturas incompletas y apresuradas acometidas por un grupo de jóvenes militares mayoritariamente mediocres, mal digeridas y expuestas mediante un discurso primario y cursilón de redención social, pero con pegada en las masas,  pronunciado con tono inflamado, para tapar con la grandilocuencia chucuta la indigencia intelectual de los “salvadores de la patria”.

Hace 203 años los venezolanos gracias al patriotismo de una generación excepcional: la de  1810, gracias a un grupo de 44 diputados, bien dotados intelectualmente, reunidos en un congreso constituyente, nos legaron un modelo de Constitución que echó las bases para construir una auténtica república civil. Entiéndase que república es república civil. Resulta contranatural una república militar.

El mapa de ruta desde 1811 es claro, los venezolanos decidimos vivir en una república civil, con independencia de poderes, que sirvan de contrapeso entre sí, para combatir  el abuso de poder; con tribunales imparciales; con órganos contralores que exijan rendición de cuentas a los funcionarios; y con un poder electoral no sumiso al gobernante de turno, que permita elecciones libres y limpias y garantice el principio esencial de una democracia: la  alternabilidad en el poder. Pero ocurrió que esa Constitución modelo llena de conceptos e ideas, se dio durante la guerra de independencia.





Al lograrse la independencia los militares se sintieron los causahabientes de esa gloria y quisieron cobrar. Ellos pasaron a ser los propietarios de las tierras y los conceptos militares como confiscación se hicieron jurídicos y nos desviamos de nuestro destino trazado de constructores de una república civil, aunque en el fondo, a pesar del desbalance en el poder entre los actores, la conciencia republicana siempre ha estado alojada en el alma nacional.

En 200 años, 153 han sido de gobiernos militares. De allí vienen las fuerzas telúricas que provocaron en 1999 reincidir en el militarismo. Eso explica que el finado haya designado a dedo al heredero, y que éste siendo vicepresidente e impedido por la Constitución, haya sido presidente encargado durante la campaña presidencial y luego mediante resultados turbios el régimen lo haya nombrado “presidente legitimo”

 

@JulioCArreaza