Oswaldo Páez-Pumar: ¿Cuál es el problema?

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Comenzaré por decir que la caída de los precios del petróleo no es el problema de Venezuela, en cambio la caída de la producción nacional sí lo es. Balanza de pagos. A la primera es ajeno el gobierno, la segunda es enteramente su culpa. La palabra culpa es inadecuada porque transmite la idea de que la caída de la producción nacional fue el resultado de un error, una imprudencia, la incapacidad o impericia o en último término hasta de la flojera o negligencia. No fue así. Fue un acto deliberado, lo que se conoce en el argot jurídico como dolo. Fue a propósito.

¿Por qué el gobierno destruyó la capacidad productiva venezolana? Dos razones. La primera, porque si el gobierno confisca todo será el único dispensador de empleos, para una población empobrecida que luchando por sobrevivir en las colas de la ‘escasez’ no tendrá tiempo para luchar por su libertad. Segundo, porque mientras lo hace, con el aparato publicitario que montó vende la idea de que actúa en beneficio de los trabajadores explotados por la ‘oligarquía capitalista’ para ganar adeptos entre obreros y empleados que hoy padecen, por su ingenua credulidad, en SIDOR, las cementeras y tantas otras empresas incluida PDVSA el atropello de la ‘satrapía comunista’.





Ahora el juego es: la caída del precio del petróleo es la prueba de la guerra económica del imperio aliado con la derecha para acabar con la revolución. Necesitamos más impuestos y subir la gasolina para sostener las ‘misiones’ y crear otras, pues viene la campaña electoral. A lo mejor les pedimos como acostumbra nuestro padre Castro un día de salario para la revolución, o quizá más de uno.

No vamos a recuperar la producción nacional. Primero, porque no sabemos cómo hacerlo; y segundo, porque si devolvemos las empresas a sus legítimos dueños ustedes ya no van a depender de nosotros. ¿Quién fue el que nos lo hizo ver tan claro? Ah sí, Giordani. Después Navarro y hasta Ana Elisa Osorio. Por eso los execramos. No han entendido la diferencia entre lo que hacemos y lo que decimos.

¿Está claro cuál es el problema de Venezuela? Un gobierno cuyo objetivo es mantenerse para siempre en el poder. Acabar con la alternabilidad que es la esencia de la democracia. Lo advirtieron tempranamente con la consigna “no volverán”, lo que quiere decir “nos quedaremos para siempre” y con ese fin administramos los ingresos.