Ayer, en entrevista en el programa Jose Vicente Hoy por Televén, el diputado al Parlatino, exministro de Finanzas y exdirector del BCV Rodrigo Cabezas admitió de manera sinuosa que el país atraviesa una crisis al afirmar que “Nos hace falta un nuevo debate para plantear temas estructurales de mediano y largo plazo, pero saldremos. Hay temas sustanciales del porvenir, la necesidad de ponernos a la sombra del impacto de la renta petrolera (…) estamos viviendo un impacto, la renta petrolera no es suficiente, debemos discutir fuentes alternativas“
Es obvio que el “socialismo del siglo XXI” está haciendo aguas, cuando después de 16 años de arremeter contra la producción privada de bienes y servicios que trajo como consecuencia el aumento de la dependencia del país al petróleo -hoy el 97% de las divisas dependen del petróleo- Cabezas plantee la necesidad de cambios estructurales.
Malas noticias a los tenedores de bonos
Cabezas expresó que si los precios del petróleo continúan en el entorno de los $50-60 el barril, el gobierno de Maduro para el año 2016 deberá prepararse para “el manejo de la deuda externa de una manera inteligente (…) para hacer una reprogramación de la deuda, para aplanar los pagos, para hacer compras y aliviar la política económica de gastos del año que viene en términos del mantenimiento de los que es un punto central de la revolución bolivariana”
El anunciar una “reprogramación de la deuda” para “aplanar los pagos” Rodrigo Cabezas envía un mensaje de alarma a los tenedores de bonos, que posiblemente en 2016 el gobierno de Maduro no tenga con qué pagar sus compromisos financieros. Y ese alarma no la ha causado el “terrorismo mediático”sino un altísmo miembro del partido en el poder.
El pasado 14 de julio, Nicolás Maduro comentó el acuerdo de Grecia con la Unión Europea para un tercer rescate en los siguientes términos “El capital financiero europeo le ha impuesto una dictadura y medidas inaguantables a Grecia. Han castigado a Grecia porque Grecia votó No al neoliberalismo” y agregó que las medidas impuestas “pretenden saquear a Grecia, arrodillarla, quitarle los derechos sociales, saquearla, exprimirla, quitarle la sangre por cinco años más. Es que a Alemania nadie recuerda que le perdonaron la deuda de la guerra a pesar que destruyeron la mitad de Europa ¿porqué no pueden perdonarle la deuda a Grecia?“
El control de cambio, ¿económico o político?
Respecto al control de cambios, impuesto por el gobierno de Hugo Chávez en el año 2003, Cabezas dijo “Es necesario caminar a la simplificación del sistema cambiario venezolano, no quitar el control cambiario que es una medida económica para evitar la fuga de capitales, pero cuando se agota tienes que revisarlo“.
Anadió que “Debemos simplificar nuestro sistema en corto plazo porque tener tres controles genera distorsión en los precios. Es una sugerencia, en términos de coyuntura debemos condensarlo para estabilizar los precios (…)“
“El tema cambiario es importante que lo podamos ver con urgencia” remató Cabezas
También el 14 de julio, Aristóbulo Istúriz, gobernador de Anzoátegui y vicepresidente regional del Psuv dijo “el control de cambio no es una medida económica, es una medida política porque si no sacan los dólares y nos tumban (…) Mientras gobernemos tendremos que tener control de cambio“, afirmó
Istúriz agregó que “es un problema político y la primera tarea de una revolución es no dejarse tumbar, por eso el control de cambio y tendremos que amoldarnos con control de cambio a manejar la economía“
Desacuerdo en lo básico: la crisis se agravará
En un lapso de una semana, Nicolás Maduro lamentó que Grecia, en default, hubiese tomado las medidas que le permitieran acceder a un tercer plan de rescate, Aristóbulo Istúriz señalara que el control de cambio sirve para “que no los tumben” y Rodrigo Cabezas indicara la necesidad de devaluar y reprogramar la deuda pública.
Ninguno de lo dicho por estos tres funcionarios públicos y miembros del cogollo del Psuv señala alguna medida concreta para que la economía del país salga de la severa recesión por la que atraviesa.
Tres mensajes afónicos y disonantes que indican que no hay acuerdo incluso en lo básico: En la naturaleza de la crisis y sobre qué hacer.
Lo único que queda claro es que si no hay un boom de precios petroleros en el cortísimo plazo, la crisis se agravará.
(lapatilla.com)