Henry Jiménez Guanipa: Las energías renovables crecen sin parar ¿Qué pasará con el petróleo?

thumbnailHenryJimenezGuanipaSegún ha informado la REN21 (Renewable Energy Policy Network) en su reporte 2016, las energías renovables han crecido sostenidamente en prácticamente todo el mundo, muy a pesar de lo que se había especulado en un escenario de precios bajos del petróleo.

Aunque está previsto que las renovables alcancen y dejen atrás la supremacía del petróleo, el oro negro tiene  todavía un largo camino por recorrer, solo que en circunstancias muy diferentes y adversas a las conocidas hasta ahora.

Es importante recordar, que el reemplazo de la hegemonía de unas fuentes de energías por otras ya ha sucedido en varias oportunidades sin que las sustituidas hayan desaparecido por completo. Dos casos emblemáticos podemos mencionar: la leña (biomasa) por el carbón a fines del siglo XIX y el  carbón por el petróleo a mediados de los años 60.





La asunción del petróleo a la cima del conjunto de fuentes energéticas se produjo una vez demostrado su colosal poder productivo y destructivo a partir de la II Guerra Mundial. De allí en adelante todo o casi todo ha estado marcado por su valor en el marcado. En una suerte de bendición y maldición, nadie ha podido escapar de su influencia. Tener o no tener petróleo en los últimos 100 años, ha significado riqueza o pobreza, progreso o atraso, guerra o paz.

Sin embargo, como todo cambia y nada permanece estático, la crisis de 1973 y 1979 encarecieron en extremis su valor, dañando fuertemente la economía de los países europeos que habían disfrutado durante más de tres décadas de sus bajos precios

Este fue sin duda el punto de inflexión que activó el reloj del petróleo en modus “agotable”.

A pesar de que su dominio podría extenderse todavía 20 o 30 años más, las energías renovables le laten en la cueva retumbando en los yacimientos de los países que una vez ocuparon la cúspide de los más privilegiados por contar con inagotables yacimientos, como el caso de Venezuela.

La guerra enseñó a Europa, primero, a valorar el carbón como la fuente de energía más importante en su momento y con la que contaba en demasía; segundo, aprovechar al máximo los precios del petróleo que le favorecían y tercero a impulsar el gas natural, que había entrado en la matriz energética, apenas a partir del descubrimiento de los yacimientos de Groningen Holanda a principio de los años 60, bastante más tarde que Venezuela, que ya para los años 40 tenía a la ciudad de Maracaibo parcialmente gasificada.

Fue entonces, a partir de la crisis del petróleo (73-79), que Europa puso en una marcha una segunda política energética enfocada a la promoción de fuentes alternativas al petróleo, tanto renovables, como nuclear y desde luego el gas natural, a fin de combatir su vulnerabilidad frente al crudo.

La gran mayoría de los productores de petróleo no activaron sus alertas y continuaron apostando por el petróleo y sus altos precios como la solución a sus problemas.

EE.UU. y la Unión Europea por su lado, con diferentes enfoques, no han cesado en asegurase el tan anhelado objetivo de la seguridad energética, a través de la diversificación de fuentes de energía y la reducción de la dependencia energética externa.

El crecimiento sostenido de las energías renovables terminará por desplazar al petróleo del sitial que lo ha acompañado por más de 50 años. Lo que no está aún muy claro es el cuándo. La fecha dependerá de que tan rápido evolucionen los factores que actúan como catalizadores o si nuevos catalizadores aparecerán para acercar el fin de la era o del predominio del petróleo.

Actualmente se identifican los siguientes:

1.-Mayor conciencia global sobre la necesidad de reducir las emisiones de CO2 que en su mayoría provienen de la quema de energía fósil.
2.-El acuerdo de París de 2015, donde 195 países acordaron limitar el calentamiento global por debajo de 2 grados centígrados, lo cual implica, reducir emisiones a través:
a. Energías renovables; b. Ahorro energético; y c. Eficiencia energética
3.-Mejora en el coste-competitividad de las tecnologías renovables,
4.-Mejor acceso a la financiación para el desarrollo de proyectos,
5.-Surgimiento de mercados de carbono, vehículos eléctricos etc.

Es decir, hay un plan mundial y un reconocimiento de que estamos andando en una transición energética.

En este sentido el país necesita un proyecto energético para enfrentar los nuevos tiempos. La magnitud de la actual crisis es más que suficiente para comprender la gravedad del presente y del futuro energético de la Nación, sobre todo por su alta dependencia de un producto que tiene sus días contados.

Una vez que Venezuela supere el conflicto que mantiene con la casta corrupta que ha destruido toda la infraestructura energética del país, debe elaborar un plan nacional de energía para aprovechar el gas natural, lo que pueda del petróleo y construir un modelo energético alternativo, para el cual le sobran recursos humanos y naturales, eso sí, tendrá que partir en desventaja frente a otros países: sin una Ley de promoción de energías renovables, con un parque eólico en dudoso funcionamiento y con un conjunto de plantas hidroeléctricas magulladas, maltratadas y explotadas. Pero será posible!!

No hay nada como un sueño para crear el futuro. Víctor Hugo