¿Y dónde está la oposición? por @ArmandoMartini

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Además de las contrariedades y angustias habituales por altos y crecientes precios, la escasez a niveles de hambruna, tener que lisonjear al madurismo para obtener humillantes y limitadas bolsas de comida cada vez más costosas y menos surtidas; la preocupación cotidiana de saber que se sale pero no si se regresará sereno y con vida; además de disponerse a “celebrar” las navidades más oscuras e impagables de que se tenga memoria, por si fuera poco, la población tiene ahora la desesperación no sólo de nuevas, interminables y lentísimas colas frente a las puertas de los bancos, sino la incertidumbre de no saber si tiene o no su duramente ganado dinero en billetes de 100 bolívares.

Eso, claro, además de que ahora resulta que la desesperanza y la confusión fueron inútiles porque los billetes injuriados siguen vigentes.





El Gobierno, no se comprende si por perversidad, intereses oscuros o su torpeza acostumbrada, ha generado un caos indescriptible nada menos que con el dinero. Ahora cambia la fecha pero la incertidumbre sigue y la arrechera -me disculpan la palabrita- crece, ya no se sabe bien si fue un engaño, una impericia o ambas cosas.

Sea por lo que sea el Presidente Maduro y sus chiflados asesores han involucrado a todo el país en este lío innecesario e inconveniente. La peligrosa realidad es que todos, con sólo excepciones rojas rojitas, están con la piedra afuera, aunque es de señalar que más de un madurista anda con su propia molestia. El descontento es brutal por la incapacidad, improvisación e inconsulta medida, –lenguas viperinas aseguran que ni el pone mamas ni el Banco Central conoció la providencia a tiempo.

Cualquier Gobierno del país más avanzado o retrasado sabe, con las excepciones de la Cuba devastada y Zimbabue -donde cualquier cosa mala puede pasar en las manos ensangrentadas del camarada Mugabe- cómo se hacen estos cambios. Se distribuyen en la banca los nuevos billetes y monedas para poco a poco irlos incorporando y retirando aquellos que van quedando sin valor, pero vigentes, dándole tiempo a ciudadanos, negocios y empresas para irse ajustando a los nuevos papeles y la nueva inflación. Es lo sensato.

Pero bajo la muy poco confiable mente de Maduro, sus ejecutores de lo que llaman sin serlo “economía nacional” obviaron esos plazos y los maduristas inútiles, con la ceguera de lo popular que los caracteriza, cometieron el error de la arbitrariedad. ¿Ineptos o saboteadores? ¿Será que hay intención de promover el caos? Los decretos de los marrones parecen indicarlo, el de suspensión y canje amontonado, y el nuevo de prórroga; pero por qué se produce esta extensión sorpresiva difícilmente puede ser de quien es botarate e irresponsable pero no generoso, que es cualidad diferente, hay alguna razón oculta que no nos cuenta pero, como siempre pasa, terminará sabiéndose.

Porque, tengan la certeza absoluta, en ambas decisiones ha habido motivos velados y poderosos, estos desastres no son simples casualidades.

Lo que nadie se explica es dónde está, justo ahora cuando tiene ese amplio y rico campo de cultivo, la oposición representada en la MUD, porque muchos de ellos ni siquiera pertenecen a la Asamblea Nacional, desde donde prometieron y juraron que le pondrían coto a la catástrofe y reencauzarían el país.

No se oyen, no se sienten, la ausencia es notoria, están desaparecidos, nadie los ha visto por las calles, ninguno ha podido hablar con ellos en las atiborradas e indignantes colas bancarias, están escandalosamente silentes. Lo que sabemos es que están pendientes y peleándose unos con otros –al parecer- por cuotas de poder a repartir en la próxima directiva y comisiones de la Asamblea. Por cierto, de acuerdo a chismes y rumores no podrán instalarse por permanecer aun -ya lo adelantó Diosdado- en desacato al mandato de la Sala Constitucional.
¿Dónde están?, sin contar las diarias y fastidiosas declaraciones con gorrita y chaquetica, que sólo dijeron algo nuevo cuando amenazó, pero no cumplió, con revelar los nombres de los que negociaban y lo pretendían presionar. Hablan tanto que al final no dicen nada. ¿Por dónde se encuentran los dirigentes, dónde están todos, los partidos que hablan tanto de una unidad que poco cumplen excepto para pelear cargos públicos? ¿Por qué sólo aparecen en comunicados incoloros e insípidos (pero algunas veces apestosos) sólo para salir del paso?

La MUD le dejó el campo libre al régimen, ni siquiera reaccionaron cuando los cardenales y el presidente de la Conferencia Episcopal Venezolana se las cantaron claras, sin titubeos ni medias tintas, con valentía y coraje, al oficialismo que dialoga sordo y sin cumplir nada. La MUD sólo se hace más o menos presente, ante algún micrófono y su cámara, cuando tienen que ocultar, justificar lo injustificable sobre la irresponsabilidad de sus diputados, o cuando algún neo dirigente dice que hay que castigarlos y que la Unidad, ¡otra vez!, debe reconstruirse o “refundarse” y se queda tan tranquilo con su cara de palo. ¡Lo que deben es ponerse a la ofensiva y saltar del chinchorro! Por cierto, déjense de reuniones y negociaciones clandestinas y a escondidas; están tentando al diablo, después nos se quejen y quieran pedir perdón con lagrimas de cocodrilo.

Los ciudadanos están cansados, desengañados y hartos de quienes actualmente dirigen los destinos del país y también de quienes pretenden hacerlo. Ninguno está en sintonía con las necesidades y deseos de la ciudadanía de cualquier tendencia, color partidista y creencia. Los han defraudado, engañado y hasta burlado. Están de espalda, no conectan. Cada día que pasa se alejan mas y mas, parecen estar en un mundo solo y amurallado para ellos, están fuera de la realidad, la ignoran, no viven ni padecen las carencias del popular venezolano, el de a pie, el común, el que a diario sale a ganarse la vida, el que cría a sus muchachos con la dificultad propia de estos tristes y lamentables tiempos.

Las calles avanzan a trompicones hacia unas navidades e inicio de año de hambre y pobreza, con tres dueños: la gente que se cala toda clase de insultos y arbitrariedades, el madurismo militar que reprime pero no salvaguarda y el malandraje.

Politiqueros preparan sus hallacas, viajan a países mejores, disfrutan las festividades navideñas, les sobra de todo, ¡hasta la caña!, sus hijos tienen Niño Jesús y sin duda Reyes Magos. No les faltarán los costosos estrenos de fin de año, no se restringen en deseos; pero sólo para ellos. Se sabe, se conoce, hiere, ofende.

Venezuela se encuentra entrampada entre un gobierno primitivo, prehistórico, nulo que no gobierna, y una oposición vieja, desgastada, agotada que no resuelve, no enfrenta, no se opone. El presidente en sus peroratas sorpresivamente comete infidencia y devela acuerdos secretos. En definitiva podemos concluir que el “presidente obrero” no está en capacidad para gobernar y la oposición actual representada en la MUD no es apta para lograr la salida de Maduro y este año quedo demostrado.

¡Cuidado con la furia de un pueblo paciente, que duren un poco más sus billetes de 100 no lo calmará!

@ArmandoMartini