“Viveza Criolla” en Venezuela

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Max Weber, un célebre pensador de origen alemán escribió un texto muy conocido y citado que lleva por título: “la ética protestante y el espíritud del capitalismo” (1905). Ahí se intentaba explicar porqué los países europeos septentrionales de religión Calvinista poseían una disciplina social superior a los que se encontraban en el sur de religión católica, encabezados por España e Italia. Los argumentos de carácter culturista, psicológicos y religiosos servían al investigador para desentrañar el siempre enigmático y desigual comportamiento histórico de los pueblos y naciones.





Por Aquiles Sojo Perrone | Politólogo

En el caso venezolano-, “La irrupción a la modernidad, a través de la independencia, fue un hecho frustrado por la irrupción y persistencia del fenómeno personalista representado por caudillos y dictadores que despreciaban cualquier sometimiento a las constituciones y leyes. La informalidad, lo precario y provisorio se hicieron normas de comportamientos. Un individualismo anárquico desaforado se hizo presente en el venezolano, que desorientado y sin brújula, nunca supo ni entendió acerca de las posibilidades de un proyecto de país concertado y coherente, donde el esfuerzo de todos en una misma dirección, pudiera ofrecer beneficiosos resultados a todo el colectivo nacional. Ante esta situación de regresión histórica, apuntalada por el drama de la guerra emancipadora y la desolación que representó el saqueo del país por parte de los vencedores de la contienda, el venezolano de a pie se acostumbró a sobrevivir malamente desarrollado, en forma de códigos de comportamiento, lo que vulgarmente conocemos como la viveza criolla”. Ángel rafael lombardi, historiador, Premio Nacional de Historia “Francisco González Guinán” por la Academia de la Historia de Venezuela.

Consecuencias

La viveza criolla es un verdadero flagelo cultural que anida en los valores humanos y sociales y los pervierte, es un mal que carcome los valores básicos de la convivencia, tales como la importancia del trabajo, además de la confianza, altruismo, dignidad, honestidad… incluso debilita el patriotismo individual. En consecuencia, empobrece al pueblo en el orden interno y deteriora la imagen de nuestro país en el concierto internacional, con penosa incidencia general, tanto en el aspecto moral cuanto en el económico.

“Viveza Criolla” en Venezuela

Causa principal de una crisis moral, cultural, económica, social y política.

Un grave defecto moral y cultural, con origen y predominio en caracas, afecta a la sociedad venezolana y se convirtió en factor principal de su retroceso y de crisis sucesivas, que llevaron a la desaparición de la Justicia Social, a la dependencia económica y a la pérdida de la soberanía política

Introducción

La existencia de una cultura que busca el placer y evita el esfuerzo y el trabajo se encuentra en la crisis venezolana que hunde sus raíces en las costumbres, prácticas y en la idiosincrasia de la “viveza”. Con factores fundamentales en su presentación, como “la falta de respeto por los demás” y “la indiferencia por el bien común”, en un marco de intereses individuales, sectoriales y corporativos.

Los problemas de Venezuela se originan en varias causas y tienen importantes raíces morales y culturales. Están relacionados con algunos valores, creencias, normas y hábitos arraigados en nuestra sociedad, que influyen sobre nuestro modo de ver y hacer las cosas como individuos o grupos, en la actividad económica, las instituciones gubernamentales o la sociedad civil.

La causa principal es la “viveza criolla” como filosofía de progresar siguiendo la línea del menor esfuerzo e ignorando las normas, el sentido de responsabilidad y la consideración por los demás, y es  la viveza venezolana extendida a todas las capas sociales y a la totalidad del territorio nacional, aunque predomina con sus rasgos bien marcados en Caracas.

La viveza criolla significa  depredación oportunista, es decir, la prontitud  para obtener máximo provecho a la mínima oportunidad, sin escatimar los medios a utilizar ni las consecuencias o perjuicios para los demás.

Expresiones culturales y morales

Alrededor de la viveza se imbrican una serie de manifestaciones culturales y morales  que la forman y contribuyen a mantenerla:

La corrupción, que se extiende en todas las instituciones, adoptando la forma de prebendas, apropiación directa de fondos públicos, clientelismo, mala asignación de los recursos estatales y beneficio de los funcionarios sobre el interés público.

El individualismo extremo,  con desconfianza en los demás y poca capacidad para asociarnos y cooperar en objetivos comunitarios. La confianza interpersonal es un componente clave del capital social, que es decisivo para el desarrollo económico y el buen funcionamiento de las instituciones democráticas.

La anomia o debilitamiento de la moralidad común, como desviación social en forma de comportamiento que se aleja de las normas generalmente aceptadas en una sociedad. Se traduce en la omisión, alteración o reemplazo de las normas de acuerdo a la conveniencia de algunos.

El hábito de culpar de nuestros problemas a algún otro es, tal vez, la expresión cultural que más daño nos causa, no sólo porque fomenta la paranoia y extravía el pensamiento y la acción, sino porque concede un permiso para la autoindulgencia.

La viveza criolla se ha insertado fuertemente en la sociedad y de ella surgen los problemas y los políticos venezolanos. Pero la sociedad la está señalando desde hace tiempo y marcando para suprimirla. Lleva muchos años como fenómeno social y causa de complicaciones en el desarrollo del país por las consecuencias económicas que produce y el deterioro en el desarrollo.

Hay cierta asociación entre la viveza y el tabaquismo y una tendencia cultural hacia la admiración de la viveza criolla, que se observa desde hace muchos años en el juego nacional  del truco, donde predomina el engaño y la viveza. Y que luego se muestra con humor en varios personajes que son interpretados en los espacios televisivos.

El tabaquismo en la cultura de la viveza criolla

La acción de fumar da salida a una tensión o ansiedad que se alivia con sacar el cigarrillo de su etiqueta, acomodarlo en la mano y en la boca, procediendo a encenderlo con cierta gracia y estilo de dignidad.

El entorno de la viveza criolla suele encontrarse con frecuencia ligado a las adicciones del tabaco y el alcohol. Ya desde niño, cuando se comienza a fumar, se asocia al cigarrillo con un ambiente mundano y al que fuma como el tipo “pila” – “vividor” que se “las sabe todas” y puede dictar cátedra de viveza. el fumador adopta poses que forman parte del hábito psíquico y gestual, tal como sentarse de una cierta forma, mirar, interrumpir, reír mediante unas técnicas corporales, una manera de hacer que es la forma externa de relacionarse con los demás,

El juego del truco

Un antecedente cultural de la viveza criolla es el principal juego de cartas denominado: El truco. Que ha sido estudiado por Ignacio Cabrujas con una comparación hacia la realidad política. Es un juego en que gana el más pícaro, y logra hacerlo mintiendo. Vale más el triunfo cuando se obtiene engañando a los otros, y si alguien lo hace notar se le dice que “los de afuera son de palo”. Su dinámica es representativa de la realidad política y social, mostrando a los que tienen las cartas como dueños de un poder político, y a los observadores como un pueblo espectador.

Enseña a soslayar la verdad y aceptar el engaño como metodología para ganar. A ocultar las acciones con códigos o señas. Y aparta a los espectadores porque “son de palo”.

Cabrujas describió a muchos conciudadanos, diciendo que “el venezolano suele carecer de conducta moral, pero no intelectual; pasar por un inmoral le importa menos que pasar por un gafo un bobo.  La deshonestidad, según se sabe, goza de la veneración general y se llama viveza criolla”

Es el capitalino típico por excelencia, que celebra la vida fácil, el dinero obtenido de cualquier forma menos con trabajo y las distintas formas de engañar a los demás, un play boy que alterna en la alta sociedad y vive de fiestas, juergas nocturnas, del juego y nunca trabaja.

(Letra resumida)

Vivo o piola es el que se las sabe todas, para evitar el trabajo, el estudio o pagar. Es el vividor a costa de los demás, que utiliza como elemento principal la mentira, adornada con simpatía, considera que todos los medios son buenos para conseguir sus fines, su interés justifica y legaliza todo.

El problema venezolano radica en este punto de la “viveza criolla”, pues suele constituir un estilo de vida, conducta o comportamiento que fascina a algunos grupos sociales, por interpretarla como una capacidad especial más digna de admiración que de rechazo. De estos grupos propensos a la viveza criolla surgieron los “políticos criollos y vernáculos”, lo cual explica la situación increíble de Venezuela.

Televisión

Ejemplos y conductas de viveza criolla pueden observarse diariamente en los programas de la televisión nacional, donde predomina la soberbia, la pedantería, la vulgaridad, el expresarse a los gritos, la burla ofensiva hacia los demás y la promoción de la homosexualidad. Esto es decir: “viveza criolla”.

Esta expresión actual de viveza, que se encuentra en muchos programas televisivos, concentra toda su creatividad en gritar en lugar de hablar, agredir con tonterías, exponer la vida íntima de la farándula y burlarse de los demás, siendo el ejemplo los espacios de farándula y chistes. En estos espacios, el vivo el jefe, se ríe de las ocurrencias de los otros vivos. Realizan agresiones torpes y chabacanas hacia otras personas, con una cámara oculta, que consideran les permite hacer cualquier avivada, insultar, gritar, desnudarse y actuar con total desconsideración hacia la víctima.

Así en televisión pueden observarse las características destacadas del vivo criollo.

En televisión se combina  la viveza con la homosexualidad, como un componente perverso que tiende a la disolución social. Se socava la familia y se promociona esta desviación, presentándola con las características de “viveza criolla”, independencia, desfachatez, rebeldía, sagacidad y, sobre todo, de “normalidad”. Situación que oculta la relación de la homosexualidad con su carácter intrínseco antinatural, corruptor de la juventud y disgregador de la sociedad.

El pensador y escritor Marcos Aguinis en “El atroz encanto de ser argentinos” se refiere a la viveza criolla en un capítulo:

“Se la conoce como viveza criolla y es la viveza  extendida a todas las capas sociales y a la totalidad del territorio nacional, aunque predomina con sus rasgos bien marcados en las capitales (En este caso, Buenos Aires).

Tiene un efecto antisocial, segrega resentimiento y envenena el respeto mutuo. Sus consecuencias, a largo plazo, son trágicas. No sólo en el campo moral, sino en los demás, incluso el económico. Pone en evidencia una egolatría con pies de barro, un afán de superioridad a costa del prójimo y una energía que se diluye en acciones estériles. Los demás humanos -seres estúpidos que sufren las estocadas del vivo o le responden con impericia- se llaman zonzos o gafos.

El considerado “vivo” se siente el centro del mundo; si las cosas le salen mal, la culpa la tiene otro.  Proclama que todo lo sabe y todo lo puede.  Desborda capacidad para encarar cualquier iniciativa y asumir cualquier trabajo, por encumbrado o difícil que sea. Si lo eligen para un alto cargo, no se detiene a pensar en las dificultades inherentes a esa función, la posible falta de entrenamiento o su total carencia de aptitud.  El vivo aparenta inteligencia, conocimientos, brillo y ejerce seducción. Pero se basa en la mala fe, el engaño y la inmoralidad.

Es un maestro del fraude, que empaqueta en fina seducción. Incluso ha inspirado el universo de la historieta con un personaje creado por Lino Palacio y que alcanzó amplia popularidad: Avivato.  ¿Qué muestra?: Un argentino oportunista, falso, sobrador, holgazán, coimero y listo para hacerse de cualquier ventaja. (Avivato estuvo por muchos años en los suplementos que publicaba dominicalmente el diario venezolano El Nacional)

Un rasgo básico es que el vivo no cree en la justicia. La viveza criolla consiste, precisamente, en atacar sin importar la ley y sin que la víctima pueda devolver el golpe. Desprecia la ley. Más aún: La ley es un obstáculo que se debe saltear… o burlar. ¡Siempre! el fraude jamás lo escandaliza, porque constituye uno de sus recursos más frecuentes. Para el vivo, la honestidad es una palabra hueca, ingenua, arcaica. De la misma forma descalifica la transparencia: Jamás confesará a otro qué le pasa o cómo le va; y está seguro de que los otros hacen lo mismo con él.

Necesita burlarse de alguien al que llama punto y su diversión cotidiana es la “vasilada”. Está seguro de que logrará burlarse del punto que tiene enfrente.  Lo elige con admirable precisión y descarga sus dardos antes de que adviertan el ataque. Porque sus ataques aprovechan la sorpresa y se escudan de tal forma que no le pueden devolver la agresión. Para lograrlo vale todo: Mentir, aprovecharse de las debilidades ajenas o empujarlo hacía el ridículo.

Entre sus características principales se destaca el desdén por el esfuerzo. “El vivo vive del pendejo y el pendejo de su trabajo”, repite para su menguada conciencia. Esto se completa con una consigna tácita: No hay que producir, sino apropiarse de los productos. Y para apropiarse no hay que trabajar, sino ser vivo.

¿Qué pasaría si los vivos llegaran al gobierno? Como son inmorales y egoístas, no se esmerarán en el beneficio de la sociedad, sino de ellos mismos.  La voracidad de los vivos se regodeará con la rapiña. Pero el país que comandan -el barco en que navegan- terminará por hundirse junto con ellos.
Toda semejanza con la realidad, ¿es pura ficción?”

Se entiende la viveza como prontitud, rapidez, sagacidad y astucia; como  “acción desconsiderada” y “prontitud en las acciones”. El vivo hace de su viveza un oficio y un estilo de vida. Es un experto en los caminos que lo llevarán a encaramarse sin ninguna exigencia de idoneidad. Es rápido para responder y dispuesto para elaborar frases que no dicen nada pero parecen discursos.

Inspirado por su resistencia al trabajo, el vivo es el “candidato natural” al cargo público, donde encuentra un terreno defendido por la mediocridad que lo pone a salvo de las asechanzas de la inteligencia.  

Venezuela tiene que cambiar sus comportamientos reemplazando la viveza por el trabajo, porque el país no puede avanzar sin trabajar, con una actividad disciplinada y en equipo, en el cual cada uno asuma plenamente su responsabilidad por el bien común. La capacidad de recuperación de nuestro país está ligada a la comprensión y superación de que tanto retroceso y tanta crisis en un país que todo lo tiene, está ligado más a la conducta y forma de ser de la sociedad que a factores externos.

Los funcionarios deben renunciar a los gastos reservados, al intercambio de influencias, a la disposición discrecional de empleos que pueden llenarse por concurso y a otras formas de provecho personal no legítimas.

Y las reformas deben surgir desde la familia, que es la primera educadora en los valores y célula esencial en la formación de la vivencia del respeto de cada uno y de sus derechos. El estado y toda la sociedad deben ayudar a afianzar la familia, elemento natural y fundamental de la sociedad, para lo cual es preciso establecer la educación como política de estado.

Nuestro país, en los últimos 18 años está viviendo un clima de viveza criolla stricto sensu. Actualmente una gran mayoría de ciudadanos está sumergida en lo suyo, que no es otra cosa o situación de una carrera  desenfrenada que los lleva a obtener los máximos beneficios materiales.

Muchos venezolanos hace poco tiempo se lanzaron al exterior, a raspar las tarjetas de crédito, con el propósito de obtener dólares que eran cambiados en el mercado negro. Otros paisanos se dedicaron a hacer colas nocturnas para comprar baterías de carro, cauchos, cemento… que luego se revendían por un precio hasta cuatro (4) veces superior. Otros coterráneos se dedicaron a comprar productos alimenticios, medicinales, desinfestantes, desodorantes… para igual venderlos con sobre precios. También existen unos cuántos estudiantes universitarios venezolanos que se han graduado con el truco de copiarse y con el pago de su tesis. Y ni hablar de los funcionarios públicos y de los amigos del régimen que están inmerso en las más oscuras negociaciones de tráfico de drogas, lavado de dinero contrabando, corrupción generalizada, y pare usted de contar, en un país en donde los que conducen las riendas del poder son unos irresponsables, que están dando un mal ejemplo en la transparencia.

Es por eso que lo señalado en el párrafo anterior ha agudizado la crisis ha apuntalado el desgobierno y ha convertido a Venezuela en una desgracia, gracias a la pandilla de choros, saqueadores comunistas que han participado en los dos (2) últimos regímenes.

Lo cierto es que los días pasan los años también, ya tenemos 18 años y seguimos dormidos sin reaccionar, nadie hace nada, sólo esperar, a que el día “D” llegue.

 

Aquiles Sojo Perrone

Politólogo