Ayer fue un día agitado en los medios alternativos, redes sociales y mensajería de texto. El tema la escasez de gasolina que se agrega a la escasez crónica de alimentos, medicinas y servicios de apoyo. Quedó en evidencia una situación que venía manejándose de manera comunicacional intensa, para hacer, de lo real una percepción.
Por Horacio Medina @unape
Aunque a estas alturas, no debería sorprendernos nada, no podemos evitarlo, todavía nos sorprendemos. Nos sentimos, además, insultados y burlados. No podía ser de otra manera. Es la reacción cuando se lee, el Comunicado de PDVSA, “Dirección Gerencia de Mercado Nacional”, emitido ayer, en respuesta a la crisis en el suministro de gasolina. Veamos algunos párrafos:
“Por razones climatológicas en el Mar Caribe y la presencia de mareas altas, se presentó un retraso de varias horas, produciendo un bajo inventario en las estaciones de servicio de la zona central del país por la alta demanda, ya para el día de hoy, se ha normalizado el despacho de producto en todas las estaciones de servicio que son abastecidas por nuestras Plantas de Distribución”.
Es decir, las “mareas altas”, impiden la llegada de buques que traen gasolina importada, la que no se produce en las refinerías nacionales. “Mareas altas”, una excusa baladí que denota la estupidez supina que impera en la empresa.
“PDVSA garantiza el bienestar y tranquilidad a la colectividad, ofreciendo el suministro suficiente a la población venezolana, así como la confiabilidad y seguridad en todas sus operaciones, orientadas a satisfacer la demanda de la distintas unidades de transporte público y de carga, líneas de taxis, vehículos particulares, entre otros”.
Es decir que lo que viene ocurriendo desde hace meses, especialmente en el interior del país con la falta de suministro de gasolina y diésel, es sencillamente una cuestión de percepción, porque eso en realidad no sucede. Los camiones detenidos, las “colas” en las estaciones de servicio; las fallas eléctricas por escasez en el suministro de diésel, en realidad no ocurren, es gente “que quiere desestabilizar”. Por supuesto, en Caracas y toda la Zona Metropolitana esa situación con menor intensidad, se trata de una cuestión premeditada. En Caracas no puede fallar el suministro eléctrico ni el de gasolina. Y sin embargo, también ocurre.
El “Comunicado”, contiene otras frases llena de lugares comunes y “clichets” que no queremos ni comentar. Sin embargo no obviaremos reseñar, sin comentar, lo que escribió vía Twitter, el Vicepresidente de Comercio y Suministro o como se quiere llamar ahora, el “director de la unidad de Comercio y Suministro de Petróleos de Venezuela (PDVSA), Ysmel Serrano (@YsmelPSUV), “se han generado colas en algunas estaciones de cuatro estados del país, producto del retraso en el cabotaje de la gasolina“. Este señor les recordamos es uno de Los Sepultureros de PDVSA, al final encontraran un resumen de s amplia experiencia.
Antes de terminar con nuestra opinión sobre el tema queremos resaltar y reconocer las declaraciones, ajustadas a la realidad y muy ponderadas, del líder sindical Iván Freites, despedido por Rafael Ramírez luego de la tragedia ocurrida en Amuay en 2012.
Podemos precisar que la situación de escasez de gasolina no es un hecho coyuntural ni fortuito, se trata de un problema estructural que no tiene solución hasta que cambie el modelo político. Veamos:
1. En términos de operación normal una refinería opera en el rango de 90 a 92% de su capacidad instalada. Hasta 2002 operábamos entre 89 y 90%. Hoy día, las refinerías en Venezuela (incluida Curazao) operan al 40%. Tres razones fundamentales para resaltar: a) desprofesionalización del personal, proceso que comenzó en 2002; b) plantas no operativas por falta de manteniendo por ineptitud, negligencia y falta de dinero; c) si la operatividad de la plantas se resolviese, la falta de crudo y gas para su operación, debido a la caída de la capacidad de producción, no permitiría crecer la refinación porque no hay crudo ni gas suficiente para pagar a China, enviar a India, compensar a Rusia, mantener a Cuba y asegurar apoyo de países de Petrocaribe, cubrir a CITGO y refinar en el país. Con 2 millones de barriles diarios es imposible cumplir con todo.
2. Como consecuencia de lo anterior, la gasolina en el país depende de la importación, cuando hay retrasos en la colocación de las órdenes o falta de $$$ para comprar ocurren estas fallas. También se importan para mezclar en las refinerías componentes muy costosos para aumentar el octanaje como MTBE, Alquilato y Gasohol o Alconafta mezcla de gasolina y alcohol.
Las refinerías de Venezuela se mantenían hasta 2002 con los procesos más modernos para producir gasolina, desde ese momento la tecnología no ha avanzado casi nada, como mencionamos el asunto está en que las plantas están paradas y no se producen todos los componentes de alto octanaje. Podríamos decir que pasamos de tener las refinerías al “estado del arte” en refinación, a tener un estado de desastre en las refinerías.
Esta es la realidad. Quizás en un par de días lleguen al país, sorteando las “mareas altas” y “las condiciones climatológicas en el Mar Caribe”, algunos cargamentos procedentes del imperio “yankee” que solventarán el problema del momento. Pero la solución no ocurrirá mientras este régimen se mantenga en el poder. Es una espada de Damocles que amenaza al régimen y sus adulantes.
(*)Vicepresidente de Comercio y Suministro, se nombró a Ysmel Serrano Flórez quien era presidente de FOGADE y había ocupado los cargos de presidente de la CVG Internacional C.A, de CVG Internacional Filial Europa S.L y de CVG International América INC, profesional del derecho y politólogo, además de ser delegado del PSUV.
Y como “ñapa” les agrego este
(*) Vicepresidente de Refinación, en sustitución de Jesús Luongo, se nombró a Guillermo Blanco Acosta quien se desempeñó desde febrero de 2015 como director general de Mercado Interno del Ministerio para Petróleo y Minería. Y, anteriormente, fue director general de Petrocasa. Guillermo Blanco Acosta también participó durante intento fallido de golpe militar del 4 de febrero de 1992, cuando se desempeñaba como capitán de las fuerzas armadas.