Sin divisas gobierno acude a particulares

Sin divisas gobierno acude a particulares

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Los anuncios realizados el pasado lunes por el presidente Nicolás Maduro en materia económica, revelan que si bien el Gobierno Nacional reconoce que requiere a la empresa privada para superar la actual crisis, persiste en su política de controles. El país se debate entre la fantasía y la realidad, reseña El Impulso.

Así lo estimó Orlando Zamora, exjefe de división de análisis de riesgo cambio del Banco Central de Venezuela (BCV), quien explicó que la referida alocución mostró posibilidades de cambio, como ocurrió en 2016 con Miguel Pérez Abad a la cabeza, sin embargo, resta conocer el nivel de flexibilidad que aplicará el gobierno en temas como el control cambiario.





“Me parece que hay mucha fantasía para confrontar una realidad que se trata de evadir. Es cada vez más extrema la sequía de dólares. El Estado explora todos los medios para adquirirlos y la única salida es una liberación total del tipo de cambio, porque los dólares no están del lado de la revolución, sino de los particulares, que aunque acorralados, han hecho un uso más sabio de estos.

La interrogante generalizada es si realmente permitirán que la tasa fluctúe según la oferta y la demanda de divisas o si el valor será impuesto por el mismo Estado, a fin de mantener un tipo de cambio artificialmente bajo.

La recomendación general es que la tasa Dicom fluctúe entre Bs.1.200 y Bs.1.600. Sin embargo, se espera que las subastas inicien con el actual valor del Sistema Marginal de Divisas (Simadi) y que se ajuste progresivamente.

Más de lo mismo…

Al respecto, Carlos Larrazábal, vicepresidente de la Federación de Cámaras y Asociaciones de Comercio y Producción de Venezuela (Fedecámaras), comentó que si bien se debe esperar a conocer el significado de lo anunciado en la práctica, existe una apariencia de que “pudiese ser más de lo mismo”.

En materia de divisas el nuevo diseño Dicom se muestra como un mercado sujeto a una oferta limitada. Las reservas internacionales registran bajos niveles, al igual que la canasta petrolera, pero siguen sin atacarse las problemáticas fundamentales y la falta de confianza.

La propuesta pareciera que también mantendrá una tasa preferencial a Bs. 10, que en opinión de Larrazábal continúa generando distorsiones. Comentario que coincidió con las declaraciones de Zamora, quien expresó que el gobierno mantiene este dólar para contener el control de precios, ya que así exige a las empresas vender a un precio, porque eventualmente reciben materias primas baratas, como con las panaderías.

Al consultarle a Zamora de dónde se obtendrán los dólares a ofertar, acotó que el gobierno está consciente de sus limitaciones, pero persiste en mantener un control de cambio insostenible.

Sobre si la propuesta podría estabilizar la economía, recordó que el mercado negro es débil y carente de fundamentos. Para que Dicom funcione, debe haber confianza a fin de que los privados acudan a subasta con oferta de divisas. Por tanto, se requieren mecanismos de seguridad para quienes tengan dólares.

Escepticismo empresarial

Sobre el llamado a las empresas privadas para que oferten divisas y los convenios planteados entre privados y públicos, Larrazábal calificó como “curioso” que esto ocurra cuando el Gobierno Nacional formula un exhorto a acabar con el rentismo petrolero, al tiempo que plantea políticas de apoyo sectarias. “Deberíamos tener políticas que permitan el libre mercado y la competencia de cada empresa y no de ayudas y dependencias”.

Por su parte Giorgio Reni Casas, presidente de la Cámara de Industriales de Lara, reconoció el interés del sector porque se cumplan medidas que estimulen el mercado, pero no sólo resta conocer la manera cómo estas serán aplicadas, sino también el levantamiento de otros controles como el de precios. No obstante, señaló que la propuesta Dicom podría ser un anuncio más, sin éxito, como lo fue el Sistema Complementario de Administración de Divisas (Sicad).

Expresó que desde hace mucho tiempo el balance de las empresas venezolanas permite sólo pagar salarios, por lo cual son ellos los principales interesados en producir, pero se requieren modificaciones profundas en la económica.