En Venezuela está roto el hilo constitucional. Maduro y su régimen además han desmantelado la institucionalidad de la República, sumiendo al país en un caos total, con un aumento vertiginoso de la pobreza, una escasez generalizada, pérdida de inversiones y de empleos estables. En resumen, se está consolidando en el país un Estado fallido.
Hoy la sociedad venezolana lucha una épica libertaria, donde los héroes de la libertad no salen de los cuadros de Tito Salas, sino que están en las calles de todo el país.
El dilema de esta nueva encrucijada no está resuelto por la actual dirigencia opositora nacional. No ha podido trascender de la alianza electoral y ofrecerle, con garantías, a la Nación venezolana el futuro luminoso y próspero que se puede construir.
Les falta la gran promesa al país, un Nuevo Pacto Republicano, para los próximos 30 o 40 años, que saque al país del caos donde se encuentra.
La siguiente propuesta la realizamos a cuatro manos el profesor Erick Del Bufalo y mi persona. Es un aporte desde la venezolanidad a nuestra sociedad. Es un planteamiento a la sociedad en general, pero también a los partidos, las iglesias, los sindicatos, los estudiantes, los militares, policías, a todo aquel que tenga interés por el futuro de la Nación.
Esta propuesta ha sido revisada por decenas de personas, queremos que llegue a miles para su debate y análisis. El tiempo apremia, Venezuela cruje.
“Sumisos nunca, Republicanos siempre”
Nuevo Pacto Republicano
La premisa de toda acción política, en la actual situación de emergencia del país, debe partir del supuesto tangible por todos de que el pacto social se ha roto, de que el Estado de derecho es inexistente y que, por el contrario, un Estado forajido está a punto de consolidarse. Efectivamente, los dos pilares de la República, imperio de la ley e igualdad ante la ley, han sido demolidos por tantos años del doloroso intento de instalar y consolidar un régimen totalitario en Venezuela.
Habiendo escuchado durante años el pontificar sobre la necesidad de hacer concesiones de principios, políticos y éticos, para poder construir una mayoría numérica, planteamos que ha llegado la hora de la verdadera diferencia, de posiciones claras y trasparentes ante el país que no transijan ni negocien con la vida de los ciudadanos, quienes padecen las peores penurias de la historia contemporánea de la nación. La crisis que vive el venezolano es humanamente intolerable, moralmente inaceptable.
Con independencia de los intereses partidistas, de los límites de las instituciones secuestradas, de la censura a los medios de comunicación, de las presiones al debilitado sector privado, hacemos este llamado a todas aquellas fuerzas políticas y sociales para acoplar nuestros esfuerzos en tormo a estos puntos cardinales para una transición inmediata y efectiva en el país:
• Eliminar todo tipo de reelección para la presidencia del ejecutivo, dejando solo un período de cinco años de ejercicio. Ello porque la reelección implica una institucionalidad fuerte y madura, donde se respete el Estado de derecho y la separación de poderes públicos que contengan cualquier abuso de poder.
• La segunda vuelta en los comicios presidenciales debe ser un acuerdo necesario para que no se produzca la tiranía de una minoría política y el primer gobierno del retorno de la democracia cuente con amplia base de apoyo popular.
• La institucionalidad plena de un régimen democrático debe ser construida de tal modo que no vuelva a ocurrir el advenimiento de un sistema autoritario. La refundación del poder judicial debe ser prioritaria, así como la reconstitución de un Senado que retome a los principios federalistas de nuestro origen republicano.
• Hacia la verdadera descentralización. Reformular el principio de subsidiariedad del Estado central hacia las regiones, para dotarlas de mayor control y autonomía sobre sus funciones y recursos propios. Para evitar grandes desequilibrios entre las regiones o los estados debe existir un fondo de compensación interestatal que no sea arbitrado por el poder ejecutivo.
• Apoyar una economía de mercados abiertos como única garantía material, y no solo jurídica, para que todos los venezolanos seamos ciudadanos de primera, con las misma oportunidades y derechos. Erradicando la discriminación y los atropellos de los ciudadanos por parte de Estado.
• Regularizar la situación de la FAN que ahora operan, de facto, como un grupo armado al margen de la constitución y de todo espíritu republicano. Su profesionalismo y no beligerancia serán garantes de la integridad de la República.
• Autonomía plena del BCV para que no siga financiando al poder ejecutivo a costa de la depreciación de la moneda y los efectos devastadores para la sociedad que ello conlleva.
• Vuelta del país a su eje geopolítico natural, andino en la región y atlántico en el ámbito global.
La Nación venezolana tiene las capacidades para construir y consolidar una sociedad meritoria, educada, bien alimentada y sana.
La lucha es en dos frentes, contra las fuerzas tiránicas del régimen pero también contra los intereses del statu quo que luchan por mantener sus privilegios económicos de un modo ilegítimo y sobre las miserias y penurias de la población.
Como en el 58, depende de nosotros que un pacto cívico de amplia base, como lo fue en su momento el pacto de Punto Fijo, abra las puertas de una transición estable que todo el país espera con urgencia. Un nuevo pacto republicano es posible desde ya. Seamos los dueños de nuestro destino, aquí y ahora.
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