Julio Castellanos: Represión en Tocuyito

Julio Castellanos: Represión en Tocuyito

 

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El sábado pasado la Mesa de la Unidad Democrática convocó a una marcha desde Tocuyito que, originalmente, tenía previsto llegar al Campo de Carabobo, altar de la patria y patrimonio de todos los venezolanos, para expresar a viva voz los anhelos de más y mejor democracia.

Los vecinos de Tocuyito, simpatizantes y militantes de las organizaciones políticas que integran la plataforma opositora se congregaron desde horas de la mañana en la Plaza Pocaterra. Pude ver ciudadanos con banderas, pitos, consignas y desbordante civilidad. A golpe de 11 de la mañana, llegaron dirigentes políticos desde Valencia, como Rubén Limas, Juan Carlos Mucci y Freddy Millán, e inició la marcha propiamente. Junto a los marchistas, muchos jóvenes se fueron en bicicletas, patinetas, patines… También motos y vehículos realizaron una impresionante caravana en la autopista. Desde hacía muchos años Tocuyito no había visto una congregación de personas con estas características.

La bandera nacional fue la gran protagonista. Las consignas insistían en llamar a elecciones, los tocuyitanos pedían a gritos elegir nuevo alcalde, nuevo gobernador y nuevo presidente con votos. Los vecinos de las urbanizaciones colindantes con la autopista, como “La Esperanza” y “Santa Paula”, salieron y saludaron a los marchistas con alegría y entusiasmo. A la altura de la estación de servicios “Santa Paula”, resonó la consigna “Somos el Pueblo Libertador, no nos arrodillamos a ningún dictador” mientras se comenzaba a ver el levantamiento de un piquete de la Guardia Nacional.

Encabezando la marcha, la bandera nacional. Llegando el mediodía, esa marcha fue interrumpida por las detonaciones y las bombas lacrimógenas disparadas inmisericordemente contra los ciudadanos que cada uniformado juró defender. Fueron tantas bombas, que los vehículos ajenos a la movilización también fueron afectados. La bota militar no nos dirigió palabra alguna, lo suyo fue pisotear la constitución, las banderas y los pitos en su empresa de inspirar miedo y desesperanza.

A mi alrededor solo habían rostros hinchados, llorosos, tristes y adoloridos. Gente corriendo y más bombas. La marcha fue disuelta. Ahora bien, ¿Cuál fue el delito de quienes marchaban? ¿Por qué fue reprimida la marcha en Tocuyito? El delito parece ser el que Tocuyito desea cambio. El régimen no le perdona a los Tocuyitanos el pedir elecciones y el no decirle amén a la “prostituyente”. Por eso será que empezaron a decir en los pocos lugares donde llegan las bolsas de CLAP que estas no llegan para castigar con hambre a quienes protestan.

Sin embargo, al día siguiente, los vecinos de Libertador, sus estudiantes, sus trabajadores, sus transportistas, sus comerciantes, me enviaron sus mensajes de texto demostrándome que, antes de amilanarse, ahora la gente está más resteada con el cambio. Las bombas lacrimógenas no lograron mejorar la imagen desprestigiada del gobierno. Al contrario, ahora es obvio para todos que la represión militar solo protege los negocios, los privilegios y el poder de unos pocos en contra de la mayoría.

Esa Guardia Nacional no le lanza bombas lacrimógenas a quienes siguen manteniendo la crisis ambiental en la Guasima, ni le lanzan bombas a quienes estafan al pueblo en el Mercado Mayorista, tampoco hay bombas para los malandros de cuello rojo que roban el dinero público en la alcaldía. Solo hay bombas lacrimógenas para los que piden comida y medicinas.

Julio Castellanos / [email protected] / @rockypolitica