¿Miedo a la Represión?, por Víctor Jiménez

thumbnailVíctor JiménezOtro joven fue asesinado cobardemente, esta vez le tocó a Paul Moreno, un estudiante de medicina; mientras tanto, entre los cientos de casos de represión aberrante, destaca que la Guardia Nacional Bolivariana haya sodomizado a un prisionero, obligado  a otros a ingerir  heces fecales, y que torturasen  a un niño de 11 años amarrándole las manos y luego quemándole la espalda ¡11 años por Dios! ¿Qué tipo de ser humano hunde por placer una bomba lacrimógena activa en la espalda de un niño para quemarlo? ¿Qué tipo de valores se inculcan en esa institución para que sus efectivos ejecuten semejantes atrocidades contra la población civil, y muy especialmente contra niños?

¿Qué buscan con tanta represión? ¿Qué nos acobardemos y optemos por dejar de salir a manifestar pacíficamente? ¿Quieren que sintamos miedo? ¡Miedo tenemos, pero no a la represión, sino a la expectativa de “vida” que nos ofrece la mafia que hizo metástasis en el gobierno! Miedo no, pánico, esa es la acepción más correcta para definir lo que sentimos cada vez que salimos a trabajar o a estudiar. Para los venezolanos no hay paz, vivimos en eterna zozobra, temiendo un asalto dentro del subterráneo, en las camioneticas o en el vehículo (quienes aún pueden mantener uno). No en vano estamos entre los países más violentos del mundo.

No hay medicinas y muchos son los que sufren y mueren silenciosamente, pasando a formar parte de oscuras e impublicables estadísticas; no hay alimentos, y nuestras neveras siempre están vacías; no hay movilidad social (salvo hacia abajo) y tampoco hay futuro plausible para los jóvenes que buscan formar una familia y tener una vida digna, acorde a los méritos de sus esfuerzos. Acá  lo único que ofrece el gobierno es pobreza, racionamiento, tristeza y desesperanza. En realidad es más peligroso no hacer nada que salir a protestar. ¡Miedo da resignarse a perder el futuro y no levantar la voz contra quienes pretenden adueñarse de nuestro país y destruirlo hasta los cimientos!





No tenemos miedo a la represión, tememos a la inercia, al conformismo y a la resignación. No permitiremos que apaguen la luz de nuestros sueños y esperanzas, no dejaremos que tanto horror quede impune. Las muertes de nuestros héroes no serán en vano, no existe manera de que sean olvidados y queden sin justicia, insistiremos con vehemencia hasta que la noche de nuestra historia se disuelva dando paso a una nueva Venezuela de paz, bienestar y progreso, en que brille la luz de la justicia y sea posible vivir en libertad.

Dios se apiade de quienes están cometiendo tantos crímenes, pues sin duda, la justicia terrena les cobrará todo el dolor que están causando; y no nos confundamos, la justicia no es venganza, la justicia es dar a cada quien lo que le corresponde.

Víctor Jiménez Ures