Almagro renueva su compromiso con la democracia al cumplir dos años en OEA

El excanciller uruguayo Luis Almagro renovó hoy su "compromiso con la democracia y los derechos humanos" al cumplir dos años como secretario general de la Organización de los Estados Americanos
El excanciller uruguayo Luis Almagro renovó hoy su “compromiso con la democracia y los derechos humanos” al cumplir dos años como secretario general de la Organización de los Estados Americanos

 

El excanciller uruguayo Luis Almagro renovó hoy su “compromiso con la democracia y los derechos humanos” al cumplir dos años como secretario general de la Organización de los Estados Americanos (OEA).

EFE





“Hoy al celebrar mi segundo año al frente de @OEA_oficial renuevo mi compromiso en defensa de los valores de la democracia y derechos humanos en las Américas”, escribió hoy Almagro en su cuenta de la red social Twitter.

Almagro, que fue canciller en el Gobierno del expresidente uruguayo José Mujica (2010-2015), asumió el liderazgo de la OEA el 26 de mayo de 2015 por un mandato de cinco años con la promesa de lograr que el ente sea más resolutivo y buscar la integración plena de Cuba tras el levantamiento de su suspensión en 2009.

Dos años después, Cuba sigue sin ningún interés por volver a la OEA -es miembro pero no participa- y otro Estado, Venezuela, dio el pasado 28 de abril el paso sin precedentes de solicitar la salida del organismo, que no será efectiva hasta 2019.

El Gobierno de Venezuela tomó esa decisión tras aprobarse la convocatoria de una reunión de consulta de cancilleres en la OEA sobre la crisis política y social del país, pese a su oposición frontal a que la organización tenga algún papel mediador.

El 14 de marzo, Almagro había pedido en un extenso y muy crítico informe suspender a Venezuela de la OEA si no se convocaban a la brevedad elecciones generales en la nación petrolera, ya que considera que esa es la “única salida” a la crisis actual.

La mayoría de los Estados miembros consideran que la suspensión solo puede ser un “último recurso” y han apostado por agotar la vía diplomática.

El paso de Almagro, que sorprendió y molestó a muchas delegaciones, abrió semanas de reuniones y declaraciones sobre Venezuela en la OEA y avivó el enfrentamiento del Gobierno de Nicolás Maduro (y sus aliados Bolivia y Nicaragua) con el secretario general y con el grupo de 14 países que promueve ese debate.

El 3 de abril la organización aprobó una resolución que afirmaba que en Venezuela hay una “grave alteración inconstitucional del orden democrático”, algo que Almagro había sentenciado hacía casi un año, cuando pidió aplicar la Carta Democrática Interamericana a la nación petrolera.

Este instrumento jurídico, creado en 2001 como garante de la democracia en el continente, contempla un proceso complejo que puede derivar en la suspensión del ente.

Aunque los Estados no apoyaron el ultimátum de “elecciones o suspensión”, Almagro está satisfecho porque la OEA se ha convertido en foro principal de la crisis venezolana, tras años de mantenerse al margen.

Su papel atípico como un secretario general muy crítico con el Gobierno de un Estado miembro y su constante denuncia de la situación en Venezuela le han valido críticas pero también reconocimientos, el último el “Premio Libertad” de la organización estadounidense “Freedom House” por su “defensa de la democracia” en Venezuela y “su trabajo por los presos políticos y sus familias”.