Nancy Arellano: La Estafa Constitucional en proceso

Nancy Arellano: La Estafa Constitucional en proceso

ThumbnailNancyArellano

Hoy Nicolás Maduro y el resto del combo apertrechado en el poder en Venezuela sigue creando una obra al mejor estilo del teatro del absurdo. Una constituyente inconstitucional desde el origen supera, con creces, la hazaña de Chávez de enterrar inconstitucionalmente la Constitución de 1961.

 





– ¿una constituyente delegada? Es el exabrupto constitucional más aberrante de la historia política del siglo XXI. Digno de los nazis, los fascistas o los soviéticos.

– La CRBV establece que el presidente puede ejercer la INICIATIVA de convocatoria pero jamás LA convocatoria.

 

– Con el tema de la sectorización del voto, que la proporcionalidad demográfica no existe y que el CNE decide quiénes son los sectores y cuántos deben ser representados en la regla de 1 por cada 83.000 y la mezcla de sectores compatibles a discrecionalidad.  Es una delegación grosera de poder que tamizará al poder originario, o lo destruirá.

Chávez violentó casi todas las constituciones bajo las que vivió y todas las que conoció. La primera cuando hizo el intento de golpe en 1992, la segunda cuando en complicidad con la antigua Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia admitieron el llamado a Constituyente, luego cuando en 2007 presenta una reforma inconstitucional sobre la propia constitución que él había diseñado, después en 2012 con el llamado Plan de la Patria que también es inconstitucional. Pero aún en sus constantes violaciones a la constitución (sea la del 61 o la del 99) Chávez siempre mantuvo un mínimo de respeto al poder popular.  Al real, al de la gente. Un mínimo de temor del pueblo. Como se vio al aceptar los resultados de la Reforma Constitucional que perdió por decisión del pueblo.

Y por lo general no me gusta usar la palabra pueblo, porque los pueblos nunca se expresan unánimes sino por mayoría y minorías, y una democracia verdadera no se limita a una relación cuantitativa de fuerzas, sino al respeto a los pactos constitucionales en el marco de la tolerancia y los puntos de encuentro; así como en dirimir las diferencias cívicamente y en función del progreso de todos los sectores. Pero eso quedó atrás hace mucho tiempo.

Ahora lo más absurdo. ¿una constituyente delegada? Es el exabrupto constitucional más aberrante de la historia política del siglo XXI. Digno de los nazis, los fascistas o los soviéticos. Supera con creces cualquier artimaña vista porque además pretenden hacernos creer que es un “redimensionamiento del concepto de soberanía y de la superación histórica del Estado de democracia representativa que regía bajo el orden constitucional anterior” como señalara el TSJ. El descaro sin límites.

En resumen para el que no sepa. Maduro convoca a una constituyente en franca violación a la constitución vigente.

La CRBV establece que el presidente puede ejercer la INICIATIVA de convocatoria pero jamás LA convocatoria. Solo el soberano, a través de un referéndum consultivo ratifica o rechaza la iniciativa; lo que conduce en efecto a la convocatoria o a la negativa de convocatoria. Por ahí ya estábamos muy mal.

Pero que además, como sucedió ayer, el presidente presente unas bases para la constituyente que ultrajen frontalmente los principios democráticos y hagan una carnicería de la constitución es un golpe continuado. Me explico:

1) Se valida que haya un constituyente por municipio sin importar la densidad poblacional (violenta el principio de representación proporcional y voto universal) 

2) Se crea un voto sectorial (violenta el principio de votación directa, universal y secreta)

3) Se limita la participación en las postulaciones dado que el postulante tiene condiciones diferentes a las constitucionales para ser candidato a la Asamblea Nacional.

Me explico:

Las condiciones para ser elegido o elegida diputado o diputada a la Asamblea Nacional son:

1- Ser venezolano o venezolana por nacimiento o por naturalización con, por lo menos, quince años de residencia en territorio venezolano.

2- Ser mayor de veintiún años de edad.

3- Haber residido cuatro años consecutivos en la entidad correspondiente antes de la fecha de la elección.

Mientras que las “bases” de Maduro establecen:

Requisitos para ser candidatos

1- Ser Venezolanos por nacimiento sin otra nacionalidad.

2- Mayor de 18 años de edad a la fecha de elección.

3- Haber residido cinco (5) años en la entidad correspondiente.

4- Estar inscritos en el Registro Electoral.

5- Constancia de postulado por el sector correspondiente.

6- Cualquier otra que se especifique en una normativa especial al respecto.

Esto descarta a toda la población con doble nacionalidad en Venezuela, hablamos de los hijos y nietos de inmigrantes que en el país son un número importante; descendientes o naturalizados colombianos, españoles, portugueses, italianos, libaneses, franceses, alemanes entre otros que fácilmente llegan al 15% de la población.

Hablamos de que se baja la edad mínima para participar en contravención con la constitución y casualmente, hablamos de jóvenes que difícilmente tienen los conocimientos necesarios para una labor de este tipo.

Se sube el tiempo de permanencia en el territorio mientras que no se evita que sentenciados por delitos sean candidatos.

A eso añádale el tema de la sectorización del voto y aderécelo con que la proporcionalidad demográfica no existe y que el CNE decide quienes son los sectores y cuántos deben ser representados en la regla de 1 por cada 83.000 y la mezcla de sectores compatibles a discrecionalidad.  Es una delegación grosera de poder que tamizará al poder originario, o lo destruirá.

¿Quién ganaría esa constituyente?  ¿Cómo van a avanzar tan diligentemente, en dos meses, tan compleja estructura? ¿No había dinero para las elecciones regionales pero si hay para constituyente y megaelecciones?

Esto es un golpe constitucional por donde lo veamos.  Y lo más significativo no es ni siquiera eso, sino que no hay constituciones que arreglen a un país de la noche a la mañana. Nadie puede aducir que la CRBV del 99 haya sido una “camisa de fuerza” que impidiese hacer lo que se ha debido hacer para enderezar el rumbo del país.  El que no haya hecho su trabajo es porque no ha querido, no porque no ha podido.  La historia sigue juzgando. Y la gente pasando necesidad, mientras los enfermos de candidatitis preparan la siguiente campaña.