Otra víctima de la represión, apenas un chamo, CÉSAR PEREIRA falleció defendiendo sus ideales, sueños y esperanzas, un ángel que yendo al frente, se nos fue al cielo. Dios lo reciba en sus brazos, de consuelo a sus padres, y nos dé fuerzas a nosotros, para que su muerte no sea en vano. Y así, mientras más familias venezolanas se tiñen de negro, la lista de nuestros presos políticos va en aumento, YON GOICOECHEA, ALDO ROSSO, SERGIO CONTRERAS, JORGE MACHADO, y ahora los estudiantes universitarios MARIANDREINA MONTILLA y DAVID SOSA, son solo alguno de los tantos privados de libertad por pensar diferente.
Prácticamente, a estas alturas, la dictadura hizo del Helicoide una sede accidental de la MUD en general, y de Voluntad Popular en Particular. Acá no se salva nadie, albañiles, profesores universitarios y estudiantes; eso sí, los esbirros han sido muy selectivos a la hora de apresar a sus víctimas, en los calabozos de la dictadura solo hay ciudadanos de primera clase, gente que aporta, construye y propone, que día a día trabaja para hacer de Venezuela un mejor país, y que predica con el ejemplo de su constancia y la rectitud de sus actos. Nada de delincuentes, el hampa sigue en la calle azotándonos y matándonos, después de todo al gobierno no le interesa la vida de sus ciudadanos, mucho menos su seguridad, la dictadura nunca pretendió el poder como herramienta para generar bienestar, sino como un fin en sí mismo.
Tanto es el afán por sobrevivir que institucionalizaron la criminalización de la protesta de una forma jamás vista, llegando a considerar todo lo que pueda ser usado para protestar (y sobrevivir a la represión) como “Materiales subversivos, de Guerra y Bélicos”, siendo que los Tribunales Militares aceptan dicha calificación sin siquiera tener un fundamento jurídico taxativo, como tendría que serlo en un tema tan delicado como es el Derecho Penal.
A título enunciativo, la lista de materiales “subversivos” incluye:
– Antiácidos,
– Globos para llenado de agua,
– Camillas de lona,
– Cascos,
– Chalecos,
– Equipos de protección personal (deportivos),
– Filtros para máscaras antigases,
– Kits de primeros auxilios,
– Lentes de seguridad,
– Máscaras y mascarillas antigás,
– Material para hidratar,
– Megáfonos,
– Guantes (industriales y de trabajo),
– Radio trasmisores,
– Aerosoles de protección,
– Colirio,
– Gasas médicas, y
– Batas quirúrgicas.
La anterior lista se extrajo de la noticia “Material de guerra fue incautado por el SENIAT en aduanas de Maiquetía y Valencia” publicada en el portal del SENIAT el Domingo, 21 de mayo del 2017, así como de los múltiples avisos y advertencias publicadas por las agencias de Courier, que prohíben el envío de esos artículos para evitar incautaciones en las aduanas y, ¿Cómo no? cuidar su negocito.
Así las cosas, según la lógica del gobierno, quienes manifiestan pacíficamente (pero sufren las brutales arremetidas de la GNB y la PNB ), deben salir expuestos a que les partan el cráneo o las piernas, les peguen un metrazo en el pecho, les vacíen un ojo, los ahoguen con gas y aparte, ni siquiera haya insumos para tratarles en primeros auxilios. Pero eso no es todo ¿a qué mente criminal se le ocurre considerar un kit de primeros auxilios como un arma de guerra? Una colega, justamente comentaba lo común de las quemaduras domésticas, y lo peligroso que resulta el no tener a la mano un kit de primeros auxilios para esos casos ¿Qué pasa con el gobierno entonces, pues?
La dictadura aplica el comiso ilegal a productos que no poseen restricción alguna, asumiendo, desde luego, vías de hecho que pueden y deben ser impugnadas judicialmente, no obstante ¿A dónde van a parar todos los insumos requisados en la Aduana? En cualquier caso, difícilmente la mercancía será recuperada cuando prosperen las acciones judiciales pertinentes.
Recuerden entonces, todo aquel que tenga en su poder, y en cantidades más o menos significativas, los productos señalados como armas de guerra, según la ilegal interpretación gubernamental, serán señalados como terroristas, no por el imperio de la Ley, sino por la fuerza de las armas. Así que, ya saben, cuidado con tener dos kits de primeros auxilios en casa…
Víctor Jiménez Ures