El Adrián Solano de la transición, por @Claudiopedia

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Mi artículo “¿Protesta pacífica o violenta?”, produjo reacciones. Quienes ayer defendieron el “diálogo” del 2016, ahora pretenden darnos cátedra sobre transiciones. Por esa razón, el propósito de esta nota es invitarte a elevar el vuelo para despejar la nubosidad que hay en el camino.

Limitación sin límites





Adrián Solano es el muchacho venezolano que pasó a la notoriedad internacional, tras haber participado en el Campeonato Mundial de Esquí Nórdico, sin siquiera conocer la nieve. Su tragicómico desempeño le valió el título de peor esquiador del Mundo.

La actual crisis no está exenta de personajes de este tipo. Hay quienes se creen expertos en desobediencia civil no-violenta, transitología y negociación de conflictos porque cruzaron palabras con Lech Walesa y ojearon ciertos libros. Bajo esa lógica, Adrián Solano también es “esquiador” porque fue al Mundial…

Parte de nuestro problema podría estar asociado con la existencia de una raza sabelotodo que, parafraseando a Gonzalo Barrios, sabe tanto que le falta un poco de ignorancia. Quizá ello explique por qué nuestro osado chófer de autobús –con el perdón de los dignos chóferes- es también el peor “presidente” en el planeta.

Zapatero a su zapato

Yo, que humildemente llevo más de diez años de entrenamiento y práctica en la lucha no-violenta, interactuando con movimientos cívicos locales e internacionales, que investigo formalmente y he compartido panel con autores, activistas y celebridades-champions en estos temas, me preocupo ante opiniones –algunas mediocres y otras ingenuas- que le hacen el juego a la dictadura.

En ese sentido, sugiero cautela frente a todo aquél que esté explicando mecanismos causales y recetas sin ser académico, activista, político-diplomático o consultor con “experiencia comprobada” en conflictos no-violentos y violentos o en democratización.

El punto sobre la i

Quien hoy plantee la masificación de la protesta como en el pasado, con millones de venezolanos marchando pacíficamente en el oeste de Caracas, mejor es que se siente a esperar. El gobierno aprendió la lección y está usando una táctica muy efectiva para desmasificar. Con la represión y generación de violencia –vía GNB, colectivos e infiltrados- la autocracia espanta a muchos manifestantes e intenta deslegitimar la causa.

A mayor represión en protestas no-violentas, mayor probabilidad de reacciones violentas puntuales. Insistir en que la oposición puede controlar episodios incivilizados propiciados por la represión, sería tan inoficioso como plantear que es el mercado negro el que debe bajar precios frente a la escasez y los controles. Ni Gandhi, ni Mandela, ni Martin Luther King Jr. lograron contener focos violentos.

Si la naturaleza se opone, lucharemos contra ella

Dictaminar que las variables inmutables de toda transición exitosa son la masificación y la no-violencia es como supeditar el cambio a la renuncia de Nicolás Maduro-Emparan ¿Tiene mayor sentido encasillarse en escenarios deterministas o ideales?

Primero, estudios recientes sugieren que el éxito de una campaña de cambio de régimen depende más de su efectividad que de su naturaleza -no promovemos la violencia sino la honestidad intelectual. Segundo, las jornadas de protesta durante la transición chilena no fueron multitudinarias, más bien segmentadas. Esto demostraría que los conflictos se ganan con recursos disponibles, no con deseos.

Ante la dificultad inducida de masificar, apostaría a la resistencia proactiva-pacifista de la vanguardia, que fatigue, desmoralice y divida al contrario en las instancias interna, institucional e internacional. Cada vez que converjan esos tres elementos, el punto de ruptura podría ocurrir.

A la fecha, las protestas presentan un balance general positivo y están contribuyendo a elevar el costo político de las medidas de la dictadura. El principal reto de sustentabilidad no es ni la masificación ni los conatos de violencia aislada –que condeno rotundamente- sino la resistencia en sí –cuánto tiempo estamos dispuestos a permanecer en la calle bajo represión deliberada y sistemática.

Prospectivamente, esta crisis aumenta el riesgo de un escenario donde los cerros bajan en Caracas y se fusionan con la vanguardia opositora. Si fuera el caso, probablemente la estampida no será para hacer vigilia.

Por último, al Gurú criollo que desde el teclado apela al moralismo cristiano de la no-violencia absoluta, le digo lo siguiente: Cuando tu hijo sea envuelto en un colchón, torturado a batazos y pongas la otra mejilla, cuando salgas al asfalto pacíficamente y te caigan a golpes como a muchos de nosotros -incluyendo a Capriles- y no respondas violentamente, cuando te inmoles como Franklin Brito, o cuando estés dispuesto a sacrificar tu vida escudando o curando víctimas -como los heroicos jóvenes de la vanguardia libertadora-, en ese momento tendrás autoridad para hablar de moral a esa gente que decidió arriesgarlo todo por un mejor país. Pax vobis.