Incorpórate, por Judith Sukerman

Incorpórate, por Judith Sukerman

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El gobierno de Nicolás Maduro está cada vez mas solo y lo sostienen exclusivamente el TSJ, las fuerzas armadas y una minoría de boliburgueses colaboradores. Cada día una inmensa mayoría de ciudadanos concurren al llamado que se hace desde la unidad democrática a protestar  por la terrible situación económica, social y política que nos afecta a todos los ciudadanos de este país, pero nos hace falta tú.
Las imagines de  miles de venezolanos reclamando mejores condiciones de vida mientras reprimen sus voces con una injustificable lluvia de gases lacrimógenos, los videos que muestran al mundo  jóvenes muriendo en manos de cuerpos de seguridad del estado, de colectivos delinquiendo bajo el auspicio y la mirada cómplice de quienes deberían tener control del orden publico nos obliga a preguntarnos ¿cómo hemos llegado a esto? Y la respuesta pareciera estar en que todavía existe un  sector de nuestra población que se han desentendido del destino del país, que no se ha percatado de que esta lucha debe ser de todos porque lo que está ocurriendo fuera de su ”zona de comodidad” los afectará por siempre con todos sus rigores y desgracias
La participación ciudadana es tan importante que hasta un comunista como Antonio Gamsci, señalaba que “vivir quiere decir tomar partido. Quien verdaderamente vive, no puede dejar de ser ciudadano”
Tras un poco más de sesenta días de protestas, 64 venezolanos han sido asesinados en su lucha por el restablecimiento de la democracia, hay más de 1500 personas heridas y  2815 detenidos, según el último reporte del Foro Penal. Si todos nos involucrarnos, sin excepción, y convertimos el miedo, la rabia, el dolor en indignación y acción, daremos fin a esta absurda y cruel situación, cambiaremos el futuro del país, terminaremos con este baño de sangre.
A quienes hasta hoy, por sus razones personales aún no han participado activamente en el rescate de nuestro país, los invito, como venezolana, como madre, como ciudadana, súmense, incorpórense y ayúdennos obstruirle el paso al comunismo que quiere instaurarse en el país. Adicionen sus energías a las nuestras para así fortalecer la lucha y la voluntad de cambio que nos motiva. La rebelión es un deber moral y constitucional. Amemos a Venezuela y recordemos que “lo contrario al amor no es el odio, sino la indiferencia”.
@judithsukerman / [email protected]