Aunque deba admitirse que la victoria no está a la vuelta de la esquina, los logros de quienes comulgan con los principios de la democracia y la libertad nos hacen sentir que el camino transitado no tiene vuelta atrás, porque basta observar los acontecimientos que a cada momento hacen su aparición en el panorama político del país para entender que las luchas iniciadas por el rescate de la institucionalidad no las para nadie.
Por Juan José Moreno / @JJMorenoA
En estos momentos una delegación del Parlamento del Sur (Parlasur) entró y se encuentra en Venezuela en una misión que prácticamente se cuela en el país, contra la voluntad del régimen, con el propósito de determinar lo que todos sabemos, como es la violación sistematizada de los derechos humanos por parte de esa camarilla de declarados antisociales de la política que mantienen secuestrada a la Constitución y las leyes del país.
Muy bueno que esa misión del Parlasur haya tenido la oportunidad de presenciar el discurso del jefe de la usurpación que nos oprime, la tarde y principios de la noche del jueves, donde con su cara muy lavada repitió los improperios y falsedades contra nuestros honestos y heroicos dirigentes de oposición contra quienes ofreció confrontar, por los presunto agravios contra su “imagen”. ¡Pobrecito!, diría cualquier desprevenido.
Muy bueno, que organismos y dirigentes de la comunidad internacional hayan por fin comenzado a entender los extremos alcances de un régimen negador de libertades públicas y violador de derechos humanos tan fundamentales como el de la propia vida.
Muy bueno que gente, proveniente del mismo foso donde se forjó ese grupo de prohombre que aupó ciegamente y de una manera cómplice a los más funestos dirigentes de ese Estado que hoy no vale medio, se revelen contra la Constituyente que se le pretenden vender al país de una manera descarada como una oferta electoral constitucional, cuando los vicios de nulidad son evidentes.
Y mejor todavía que las mayorías de la población hayan tomado la decisión de salir a la calle a defender la patria que todos queremos legar a nuestros descendientes. Han sido 70 días de lucha heroica, ya no solo de un puñado de hombres y mujeres de alguna manera privilegiados por su posición social y profesional que desde temprano de la república militarista iniciaron sus luchas, sino también de una inmensa masa poblacional que ha tomado conciencia de su situación como pueblo oprimido y hambreado y está saliendo también a dar la pelea.
Ha sido muy alentador, observar como desde sectores populares de nuestra querida Caracas han brotado las protestas por mucho tiempo apaciguadas con falsas promesas, mentiras y crueles engaños, para conformar esa inmensa mayoría que exige un cambio inmediato en la conducción de los destinos del país, junto con ese batallador ejército de estudiantes que, al mismo tiempo, vienen motorizando las movilizaciones registrados a todo lo largo y ancho del país.
Hoy si podemos decir convencidos que el pueblo está en la calle, que la rebelión popular es un hecho irreversible, porque cuando los puebles se rebelan no los para nada ni nadie; que esa sangre lamentablemente derramada por esos jóvenes mártires asesinados por las bandas criminales de los cuerpos policiales, militares, de seguridad y paramilitares, no será en vano como tampoco los esfuerzos de quienes han perdido sus empleos por enfrentarse a un régimen que pretendían someterlos como borregos arriados hacia sus “grandes” movilizaciones, ni del esfuerzo que realizan millones de personas que se han visto obligados a escapar de la miseria, del hambre y la represión impuesta en Venezuela por un gobierno que se aferra al poder por lo que ello representa para su ilícito enriquecimiento.
Ahora si podemos decir ¡Ni un paso atrás! en nuestra decisión de mandar al carajo a todo lo que nos subyuga, comenzando por ese parapeto que llaman Constituyente y que no permitiremos, porque sabemos del veneno con el que funesto régimen lo quiere alimentar, y porque tenemos plena confianza que a este gran movimiento que hoy está conformado no lo para nadie.
@JJMorenoA