Leí Estrategia de la derrota (2016), un trabajo sobre la etapa final de la Guerra de Independencia en Venezuela. Constituye éste un serio esfuerzo de investigación sobre el tema tratado, y sin duda, como bien lo destaca el autor una nueva visión de la historia nacional. Ya con anterioridad Ángel Rafael Lombardi nos había sorprendido con una visión muy importante sobre la Historia de Venezuela y su ruptura con España, cuando nos mostró su Banderas del rey (2006), edición de la Universidad Católica Cecilio Acosta. Estas Banderas del rey constituyen una visión en una perspectiva que nos permite ver la ruptura desde la visión de España, el Imperio derrotado.
En la Estrategia de la derrota, aun cuando se monta en la misma temática y orienta su empeño a presentar como España hizo todo el esfuerzo posible para no poder mantener su dominación sobre Venezuela, y en general sobre América, logra ser muy claro y didáctico en la explicación.
Lombardi está en la misma onda de Simón Bolívar en relación a la incapacidad de España para mantener la dominación. De hecho, América era otro mundo muy distinto a lo que España creía tener. No se dio cuenta la Metrópoli que en los trescientos años que duró la dominación hispana, nunca lograron sembrar una conciencia de que sus dominios en América eran parte íntegra e integrada al Imperio Hispánico. Al contrario, los territorios americanos eran vistos como un dominio hispano. Eran parte del imperio, pero no tenían derechos sobre como marchar y como hacer en el proceso histórico.
Y sin embargo, América venía elaborando un proceso a su interior que lo venía consolidando como una cultura y una civilización autónoma aun cuando políticamente estaba atada a una dominación que se había producido tres siglos antes, al lograr los conquistadores españoles, someter a los habitantes originarios de este continente. Pero tres siglos de historia cambiaron el escenario. Y esto fue lo que no comprendieron los españoles. No fueron capaces de entender que tres siglos constituyen un tiempo suficiente para construir una historia con fuertes nexos con su punto de partida pero que los procesos de conformación de esa nueva sociedad sembrarían variantes y características distintas a las que sembró el dominador. En ello fue muy claro el Libertador cuando planteó en la Carta de Jamaica como este mundo constituye un nuevo género humano que aún no se consolida definitivamente
Lombardi lo entiende así, aun cuando no lo exprese literalmente. Por ello, al revisar la percepción que España tiene sobre América y específicamente sobre Venezuela, sostiene que no supieron leer la realidad. Desde España se ve a este mundo distinto a como es y parecido a como le gustaría que fuese. Mientras, la generación emancipadora fue una generación privilegiada que leyó bien la realidad, que entendió la coyuntura mundial y opcionó por conseguir lo que había sido una aspiración, casi prácticamente desde el inicio de la dominación, que los descendientes de los españoles, entiéndase los blancos criollos, debían ser los líderes conductores del proceso de conformación de la nueva sociedad.
Resultado de todo lo anterior, es la errada percepción de la realidad americana por parte de España, al momento de la ruptura, y como ello generó una respuesta española también errada que culminó en una derrota cuando España tenía la expectativa de una victoria relativamente fácil.
Tiene este trabajo la virtud de una muy buena contextualización. Ve el conflicto en un escenario mundial bien captado por el historiador y bien explicado al lector. Por ello puede comprender y elaborar un discurso histórico que rompe con la visión de la historiografía tradicional. América y Venezuela juegan en un escenario mundial y alcanzan a ser protagonistas.
Este trabajo también es editado por la Universidad Católica Cecilio Acosta.
Manuel Suzzarini Baloa