Desprestigio,por Dulce María Tosta

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Hace pocas horas, tuve la oportunidad de leer un tweet de Manuel Rosales donde achaca el desprestigio de la MUD a quienes opinamos en las redes sociales, sin obedecer otra línea que la dictada por nuestra conciencia y por los compromisos adquiridos desde niños con la libertad y la decencia.

Si bien no es primera vez que oigo o leo tal desatino, al venir del jefe de unos los partidos angulares de la Mesa y ex candidato presidencial y al quedar evidenciado que no tiene propósito de enmienda ni ánimo de superación ética, me veo en la necesidad de hacer algunos comentarios.





La Mesa de la Unidad Democrática nace de la necesidad de unir fuerzas para contrarrestar la avasallante fuerza electoral del chavismo; decaída ésta, la MUD pierde paulatinamente su razón primigenia de ser y va derivando hacia un arreglo entre partidos para la obtención de beneficios políticos y burocráticos. Con el transcurrir de los acontecimientos, percibió que el desastroso gobierno chavista era el mejor ambiente para su crecimiento y facilidad de alcanzar el poder.

De ahí que si alguien tiene interés de que este régimen se mantenga hasta las elecciones presidenciales del 2018, son los jefes de la MUD con apetitos presidenciales. Correr la arruga «de a poquito», prometer hoy e incumplir mañana, repartir esperanzas como se reparten caramelos en fiestas de niños y dejar que el tiempo continúe su paso inexorable, es la táctica de los ambiciosos precandidatos.

La gente siente que la MUD es una de las patas del trípode que sostiene al régimen que nos agobia y su desprestigio deriva de hechos, absolutamente inexcusables.

Con su conducta durante el descarado fraude electoral que dio la victoria a Maduro en 2013, al apelar a vías «legales» que de antemano se sabía que eran inocuas desde todo punto de vista, inició el descenso por el barranco que hoy la tiene en el pozo. Un pueblo listo para la batalla no ocultó su estupor ante el anuncio de Capriles de que apelaría al muy chavista Tribunal Supremo de Justicia.

El desprestigio de la MUD obedece a quienes producen sus verdades y no a quienes las narran. Está desprestigiada porque no ha explicado ni explicará el por qué se negó a apoyar «la salida» propuesta por Leopoldo López y que hoy quedó demostrado que era el camino correcto; desprestigiada está por las reuniones secretas en República Dominicana, donde actuaron como dueños de la voluntad de sus conciudadanos; desprestigiada está por atacar a todo aquel que no se someta a sus líneas y despreciar a la muchacha heroica que ha regado con valor y sangre las calles del País.

Desprestigio produce la presencia militante de Timoteo Zambrano y Juan Carlos Caldera, ingratamente recordados por sus fechorías.

La MUD goza de merecido desprestigio porque aceptó pasivamente que a María Corina Machado le arrebataran su curul de forma arbitraria e inconstitucional; no es prestigio lo que ganó cuando el gorilato gobernante le arrancó a la Asamblea Nacional los tres diputados de Amazonas, provocando apenas unas cuantas protestas sin destino.

Casi raya en traición a la Patria al aceptar el reglamento del CNE que -en la práctica- hizo de los referendos revocatorios metas inalcanzables y, lo que es peor, al llamar al firmazo para revocar a Maduro, cuyo verdadero y logrado objeto era inscribirse como grupo de electores.

Imposible que resultara prestigioso el incumplimiento de todas las promesas que hizo para lograr la avalancha de votos en las elecciones legislativas de 2015, y la sumisa aceptación de las arbitrarias medidas que contra la Asamblea ha tomado el Ejecutivo, tal como negarle el dinero requerido para el pago de los diputados.

La sociedad civil aún espera explicación convincente sobre las razones que llevaron al secretario general de la MUD, Jesús Torrealba, a dar por concluida la multitudinaria marcha del 1° de septiembre pasado, a las dos de la tarde y sin haber logrado el menor objetivo. También espera explicación clara sobre lo expresado el 9 de mayo de 2014, por la subsecretaria de Estado Roberta Jacobson en el senado estadounidense, acerca de la oposición de la MUD a la aplicación de sanciones económicas a funcionarios venezolanos violadores de derechos humanos.

Sería bueno saber las razones del desapego de la MUD a las dignas gestiones de Aristiguieta Gramcko sobre la nacionalidad de Maduro o de su ensordecedor silencio ante la barbarie ensañada con el digno general Ángel Vivas y su familia.

La MUD jamás se ha pronunciado sobre el carácter extranjero del régimen que nos desgobierna, a pesar de que desde los tiempos de la colonia no habíamos tenido un Capitán General tan conspicuo como Maduro, atento a las órdenes de sus amos extranjeros.

Quizás el hombre de las «peras al horno» desconozca que el prestigio es directamente proporcional a la rectitud de la conducta, y que –en política– generalmente está asociado a la admiración de un pueblo agradecido.

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@DulceMTostaR