La estirpe de los Rodríguez, por Luis Velásquez Alvaray

Luis Velasquez Alvaray

Los países sufren torbellinos históricos, donde siempre aparecen clanes familiares que arrastran complejos malignos, frustraciones y deseos de venganza, que traspasan las barreras del tiempo, para seguir apareciendo como un pecado venial en contra de toda la sociedad.

El comentario viene al caso, por la situación generada en Venezuela, a raíz de una espiral de violaciones, que tuvo su fase alta, con el fraude hecho en la cara de 30 millones de personas, para elegir una falsa constituyente, paso final a la dictadura madurista.





El clan familiar que sobresale en todo este turbio proceso, se remonta a más de 40 años atrás, cuando se cometió un hecho repudiado mundialmente, como fue el secuestro de un industrial Norteamericano llamado William Niehous, y que generó  una cadena de hechos lamentables, entre los que destaca la muerte de Jorge Rodríguez y todo un episodio negro, donde se instauró la inhumana práctica del secuestro, tan bien manejada hoy por los hijos del antiguo cabecilla de aquel hecho bochornoso, donde no tuvo exenta la mano de los Castro, en su afán de ponerle la mano a las riquezas Venezolanas, que finalmente lograron con este ignominioso régimen.

El mundo civilizado coincide en que la práctica iniciada por Rodríguez padre y perfeccionada por Rodríguez hijos, es uno de los peores delitos universales. El secuestrado arrastra de por vida, el martirio y la humillación, afecta a familias enteras, cuando se trata de un individuo como el señor Niehous, genera muerte como el caso del Señor Rodríguez y deja estelas familiares negativas. Unas de  destrucción social, otras de sed de venganza. En este caso, la propaganda Castrista hizo ver que  el malo era el secuestrado y los buenos y mártires los secuestradores, entre los que por cierto, estaban otros dos personeros altos dirigentes del chavismo: David Nieves e Iván Padilla, que delataron a Rodríguez y lo acusaron, no se conque pruebas, que quería llevarse el millón y medio de la época, que cobraron por el rescate. Hasta hoy no se sabe el destino de esos reales.

Los Hijos de uno de los captores de aquella época, perfeccionaron el arte de este delito, además de practicarlo con dirigentes que se oponen a esta dictadura, han raptado un país, un sistema electoral y son los artífices en general del secuestro de la democracia.

Jorge Rodríguez hijo, tiene el añadido que fue discípulo de un personaje que la periodista Ibéyise Pacheco,  describió descarnadamente, fue una vergüenza para  la Psiquiatría y que terminó sus años convertido en un terrible violador y asesino. Del tal forma que de secuestros y asesinatos saben bastante.

Rodríguez, no ha dado explicaciones convincentes, como él y su hermana,  aparecieron misteriosamente en el lugar de la caída de un avión con papeles importantes que llevaba uno de los primeros dueños de Smarmatic- Empresa de automatización electoral- que fue pareja de Delcy Eloina, la secuestradora mayor del país, un Señor de apellido Anzola, quien se disponía a denunciar a su hermano por las propuestas indecentes de fraude –  que exigía a la empresa-  para vulnerar el registro electoral. Días antes  de su extraña muerte, había terminado su relación de pareja con Delci Eloina,  engendro de maldad y feas costumbres. Reina de la trampa y la indecencia.

Luego de este episodio, Jorge Rodríguez modeló la chafarrinada del   CNE. Su hermana,  es una especie de demonio superpoderosa, que pretende mantener por siglos secuestrados a los Venezolanos. Estos herederos luciferinos, mandan a asesinar inocentes, tienen secuestrados a los presos políticos en condiciones inhumanas, abusando de ellos, de sus familiares, como su padre lo hizo con la familia del Señor Niehous.

Estos dos capitostes plagiadores  tendrán que ser juzgados por crímenes de lesa humanidad,   son los artífices de tratos crueles  y tormentosos, producto del crimen organizado, el cual ellos dirigen,  con sus bandas armadas, asesinando inocentes a mansalva.

En la mayoría de los   secuestros y  crímenes que se cometen en Venezuela, está la mano larga de los Rodríguez, que durante más de 40 años  han perfeccionado sus técnicas asesinas.

Es cierto, que la estirpe de los Rodríguez  revela un problema de identidad, pero eso no los autoriza a secuestrar un país. Cuando estén en la cárcel habrá que ofrecerles un tratamiento psicológico, pero sus  conflictos emocionales no los librarán de rendir cuentas ante la justicia.