José Luis Monroy: Desconfianza

José Luis Monroy: Desconfianza

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“Aquí nadie sabe quien lleva el veneno”

Hola que tal mi gente, en los últimos tiempos la situación social de Venezuela  no es para “echarnos a la hamaca” como coloquialmente se dice cuando algo no representa mayor problema. El nivel de desconfianza que actualmente rodea las relaciones sociales de los ciudadanos es directamente proporcional al nivel de inseguridad, en todos los órdenes, en el que ha vivido la población en los años más recientes. Si antes los venezolanos desconfiábamos de nuestras instituciones, ni qué decir de las gubernamentales, hoy el hecho de desconfiar de nosotros mismos lleva el problema a niveles alarmantes, en los que se gestan los “gérmenes” más devastadores de la identidad nacional. Lo verdaderamente trascendente es precisamente la erosión que en la última década ha sufrido la identidad nacional en torno de objetivos comunes que nos ayuden a salir de las recurrentes crisis en las que hemos estado inmersos los habitantes del país.





Independientemente del entorno mundial de inestabilidades tanto en lo social como en lo económico y político, la realidad nacional que se revela es el reflejo de cómo la ausencia del Estado en la “cosa pública” y en la vida de los ciudadanos nos ha llevado al deterioro del marco legal que debería regir la convivencia cotidiana, hoy lacerada por la inseguridad y el “fortalecimiento” cada vez mayor de grupos delincuenciales que se han “enquistado” en las raíces más profundas de la sociedad y el poder. La confianza en las instituciones es el cimiento de un Estado eficaz.

No en balde en estos últimos años  los venezolanos hemos ido perdiendo la confianza en aquellas organizaciones que, antaño, eran las más confiables: las iglesias, el Ejército, los maestros y los medios de comunicación. En términos generales todos tuvieron una caída en el Índice de Confianza abismal Quizá los datos más relevantes tengan que ver, paradójicamente, con las policías. Resulta contradictorio que una sociedad ávida de seguridad, no encuentre en sus cuerpos encargados de proporcionársela la herramienta sólida para combatir a la delincuencia, es que realmente ya nadie confía en un uniformado sea  policías o militar. Los peores vistos por la sociedad ya ni mencionarlos: los partidos políticos. Es obvio ¡por qué!

Son muchos los factores que han contribuido a que la gente pierda la confianza en sí misma. Años y años de estancamiento, o peor aún, de retroceso en muchos aspectos de su vida cotidiana. Impunidad de la clase gobernante que, aunque cometan delitos, éstos nunca son castigados, y cuando son sancionados es por “venganza” política. Criminales que son dejados en libertad y que solamente algunos de ellos —muchas veces “capos” desconocidos— son apenas mencionados por algún cuerpo policial, vea bien mencionados,  porque ya no “aguantaban” la presión social. Deterioro en el nivel de vida de una clase media cada vez más inexistente y que cada día se siente más “asfixiada” por la situación económica.

En fin, una sociedad cada vez más “desconfiada” de todo y de todos, la gente ya no confía en eso que llaman  la UNIDAD, y las razones ustedes la conocen, han traicionado al pueblo muchas veces, en este gobierno es obvio que nadie confía, es que hasta los que están allí dentro se miran a la cara para saber cuál será el próximo LUISA ORTEGA DIAZ, Venezuela se ha convertido en un nido de alacranes, aquí nadie sabe quien lleva el veneno, es triste decirlo pero tantos años de invasión cubana también ha contribuido a esto, hemos importado el sistema de los SAPOS, así que en este país es muy difícil confiar en alguien, pero tenemos que recuperar la confianza, tenemos que volver a creer para salir de este hueco, pero ya saben que los que le he mencionado anteriormente  de verdad no merecen una nueva oportunidad, este país necesita refundarse pero primero desde la familia, desde  la venezolanidad, tenemos que recuperar eso que somos, sin ninguna transculturización isleña, somos nosotros los que tenemos que hacer del país lo que fuimos en el pasado, el más grande de Latinoamérica, pero lo lograremos el día en que entendamos que como venezolanos lo asumamos, solo si usted se lo cree, usted tiene la llave.

@joseluismonroy