Luis Somaza: ¡Yo no quiero aumento quiero producción!

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Venezuela continúa esperando políticas económicas centradas en la reactivación del aparato productivo y en su lugar  recibe por parte del régimen anuncios de aumentos, que lejos de ser una alegría para la familia, resultan en gran tristeza, incertidumbre y mayor escasez.

Definitivamente somos de los pocos países en los que el anuncio de un aumento salarial no es suficiente para atender las necesidades básicas de la familia, pues mientras aumentan un 40% en el salario mínimo, su impacto en los precios se deja sentir con un fuerte golpe al bolsillo, ya sin fondo.





El impacto de tal decisión hacia el pequeño empresario y comerciante es impagable y si se trata del  ´´emprendedor´´ es un golpe que dejará a muchos en el camino. Seguirá incrementándose el ejército de la economía informal y otros tantos que se han mantenido de pie  tendrán que bajar sus´´santamaría´´, se incrementará el desempleo y con ello la partida de más jóvenes que buscaran hacer realidad sus sueños en otras fronteras.

Junto a esta acción que lejos de favorecer  golpea a la familia venezolana, el gobierno anuncia que no seguirá usando el dólar como moneda para sus principales transacciones y tiene  la intensión de emplear el yuan de China y la rupia de la India para el comercio exterior, cuando se sabe que los laboratorios, las semillas, los materiales e insumos de las empresas privadas que sobreviven en el país, lo han hecho con transacciones en dólares pues es así como sus proveedores se manejan.

La interpretación es libre, el gobierno no tiene dólares para ofertar y al suspender la subasta de Dicom, el dólar se hará más escaso por lo que su precio va a seguir aumentando. La pregunta sigue siendo la misma: ¿Cuándo se reactiva nuestro aparato productivo, nuestros campos, nuestro sector construcción, las fábricas? O todo se trata ahora de cerrar un círculo con China y su yuan comprándole todo en su moneda porque los demás países no la utilizan.