Lo que se sabe de los ataques sónicos a diplomáticos estadounidenses en La Habana

Lo que se sabe de los ataques sónicos a diplomáticos estadounidenses en La Habana

A man works outside of the U.S. Embassy in Havana, Cuba, September 29, 2017. REUTERS/Alexandre Meneghini
La embajada de Estados Unidos en La Habana, Cuba (Foto REUTERS/Alexandre Meneghini)

 

El difícil proceso de reaproximación entre Washington y La Habana, iniciado en 2015, ha quedado amenazado por los alegados ataques a diplomáticos estadounidenses en Cuba, una situación que a pesar de los esfuerzos sigue rodeada de misterio.

A continuación, qué se sabe (y qué se desconoce) de lo ocurrido:





– La denuncia –

El Departamento de Estado estadounidense afirma que por lo menos 22 diplomáticos de su embajada en La Habana han reportado una variedad inusual de síntomas físicos y considera que estos se deben a un “ataque específico” por medios hasta ahora desconocidos.

Esos ataques habrían comenzado a fines de noviembre de 2016, y el último caso se registró en agosto pasado.

Entre los síntomas, la Asociación Estadounidense del Servicio Exterior mencionó: “daño traumático cerebral leve y pérdida de la audición, además de síntomas como desequilibrio, fuertes dolores de cabeza, dificultades cognitivas e inflamación cerebral”.

Otros reportes mencionan dolor de oídos, mareos, fatiga y dificultades de sueño.

– La definición –

Hasta la semana pasada, el Departamento de Estado se refería únicamente a “incidentes” pero pasó a considerar que se trata de un “ataque específico”.

El gobierno de Canadá reportó que cinco de sus funcionarios en la embajada en Cuba reportaron síntomas semejantes, pero no llegó a considera el episodio un “ataque”.

El Departamento de Estado admite no tener conocimiento de otros estadounidenses que hayan estado en Cuba y reportado los mismos síntomas.

– La acusación –

Por el momento, Estados Unidos dice no tener elementos que permitan acusar a Cuba de ser responsable por los ataques. Sin embargo, afirma que Cuba tiene responsabilidad de garantizar la seguridad de los diplomáticos extranjeros en su territorio.

Cuba niega de forma enérgica cualquier participación del gobierno en los episodios. La Habana incluso afirma que no permitiría que otro país usara el territorio de Cuba con ese fin, pero sostiene que no existen evidencias de que los ataques siquiera hayan ocurrido.

– Las consecuencias –

En mayo de este año, el Departamento de Estado discretamente expulsó a dos diplomáticos de la embajada de Cuba en Washington, como consecuencia de esta situación.

El 29 de septiembre anunció la decisión de reducir a la mitad el personal de su embajada en La Habana, suspendió la emisión de visas y emitió un Alerta con recomendaciones a que los ciudadanos estadounidenses eviten viajar a Cuba.

Finalmente, el 3 de octubre ordenó la expulsión de 15 diplomáticos cubanos en Washington, en una escalada que pone en riesgo todo el proceso de reaproximación entre los dos países después de más de 50 años de ruptura diplomática.

– El instrumento –

El supuesto dispositivo utilizado en los ataques es completamente desconocido, aunque fuentes anónimas del Departamento de Estado han especulado ante la prensa local que podría tratarse de algún arma que utiliza sonido fuera del rango de audición (infrasonido o ultrasonido).

Numerosos especialistas consultados por la prensa local, sin embargo, señalan que difícilmente un dispositivo de esa naturaleza pueda provocar daños cerebrales.

– El escenario –

Inicialmente, las autoridades estadounidenses señalaron que los ataques ocurrieron en las residencias de los diplomáticos, aunque la semana pasada señalaron que pudieron haber ocurrido en hoteles de La Habana. Por ello, desaconsejan los viajes a Cuba.

– La investigación –

Los dos países abrieron investigaciones sobre lo ocurrido, y Cuba permitió -por primera vez en medio siglo- el ingreso a su territorio de agentes del FBI (la policía federal estadounidense).

Sin embargo, Cuba reclama que sus especialistas han tenido vedado el acceso a los diplomáticos estadounidenses que denunciaron los síntomas, y afirma que hasta el momento no se hallaron evidencias de que los ataques ocurrieron.

AFP