Alexander Guerrero E.: El irresponsable camino que nos llevó a la hiperinflación

Alexander Guerrero E.: El irresponsable camino que nos llevó a la hiperinflación

Hiperinflacion980

 

Quienes no lo aprendieron se equivocaron largo. ¿Cuáles fuerzas detrás de la hiperinflación y el dólar? La mejor respuesta a quien pregunte que es (hiper)inflación y como se genera, lo expone como fenómeno monetario que explica un proceso continuo de pérdida del poder de compra del dinero. Como se sabe los preicos de los bienes se expresan en dinero y suben al perder el dinero su poder de compra. La tautología es perfecta, la hiperinflación es entonces una inflación fuera de control, sus fuentes no tienen boleto de retorno han envilecido el sistema de formacion de precios con lo cual, la valoración subjetiva -precio y opción- colapsa. El precio resulta de una valoración subjetiva, que nos ensena que depende de mí valoración, así como para otro depende de la suya; es decir, el valor proviene de una utilidad subjetiva que la gente obtiene de diversos bienes; si la gente no disfrute un bien, sería inútil, así el bien contenga una enorme cantidad de trabajo o recursos para ser producido. La hiperinflación destruye toda esa lógica del comportamiento humano





Esta definición nos lleva a reconocer que la hiper es un fenómeno monetario puesto en movimiento al monetizar un insostenible desequilibrio fiscal -déficit- que implica simultáneamente – mismo fenómeno- el envilecimiento del dinero, proceso que nos muestra cómo -en velocidad, fuera de control, como en una montaña rusa- se deteriora violentamente el poder de compra del bolivar, expuesto como alza violenta de precios porque estos se presentan en dinero. La (hiper)inflación destruye esos mecanismos de valoración, el desequilibrio fiscal induce severas perdidas en el poder de compra del dinero, envileciendo oferta y demanda de los factores que hacen posible decidir y elegir que alimenta el proceso de satisfacción de gustos, necesidades y pasiones.

Como se observa de la definición arriba, en la medida que se ensancha la distancia entre el dólar y el bolivar que va perdiendo poder de compra, la velocidad de depreciación/devaluación del bolivar frente al dólar que dice que cada minuto se requieren más bolívares para comprar un dólar, es la que explica la pérdida de poder de compra del bolivar en relación con los precios más allá de nuestras fronteras, que una ley universal -un solo precio- hace que muchos más bolívares se requieran para comprar un dólar y obtener ese bien que la hiperinflación ha envilecido. Un fenómeno similar a la sensación vértigo que sentimos en la montaña rusa y la violencia en moverse al ritmo inercial de energía, sin motor, como rueda el tren en la montaña rusa, fuera de control, como la hiperinflación. Así el individuo se encuentra entre dos fuerzas del mismo fenómeno; la caída del poder de compra del bolivar, escasez, crecimiento de precios, depreciación /devaluación continua del bolivar.

Esa clásica e intuitiva manera de observar la hiperinflación, aparte que expresa claramente la teoría económica, nos muestra el curso de los hechos en caída del salario real e ingresos, y en un inevitable proceso de empobrecimiento que ocurre al ritmo de la hiperinflación. Deténgase por un instante y mire a su lado como el empobrecimiento crece a su alrededor, Ud. amigo va dentro de esa vorágine por la montaña rusa. Pregúntele a quien le dice que no vivimos en condiciones hiperinflacionarias, desde cuándo dejo de ir al cine, al restaurante, colas para adquirir lo básico, cambio de vehículo, viajes, así como para quienes poseen menores ingresos desde cuando no tiene los tres golpes diarios, medicinas para sus males, hospitales, escuelas, o el acecho del crimen para quitarle dinero que no tiene valor alguno, o si lo prefiere, cuanto tiempo pierde buscando efectivo para pagar su precaria situación económica.

El manejo conceptual en los párrafos arriba enseña que la hiperinflación y el envilecimiento del bolivar, son la misma cosa, se expresaran finalmente bajo una violenta depreciación frente al dólar adquirido o no en el mercado libre que nos dice, por ejemplo, cuanto se ha devaluado el bolivar de 4.3 Bs/$ (febrero 2013) desde CADIVI, SICAD, SIMADI, hasta las subastas jurídicas de Bs 3000 y naturales en Bs 11000 por dólar en DICOM, frene a un dólar libre en 28.500 Bs. Esa diferencia he destruido su salario e ingreso, la encontrará en los precios que está pagando por los bienes que requiere.

Calcule entonces la devaluación y observe el precio del dólar paralelo – único dólar disponible – y pregúntale a su “asesor” si es inflación o es hiperinflación y prepare el humor, cuando oiga o lea que “aún falta un poquitico para que sea hiperinflación”. Por cierto, que eso también lo expresan diputados de Comisiones Economía y Finanzas en la AN que producen mensualmente una inflación que les sopla el BCV quien elabora esos números para el gobierno, pero que tiene prohibido publicar. El gobierno por cierto se siente feliz al ver a la AN publicar una inflación que no tiene nada que ver con los precios que Ud. paga por las cosas que necesita, esa política es costosa, y por definición hiperinflacionaria.

El gobierno y el BCV en autos del desarrollo de un proceso hiperinflacionario que se desarrollaría bajo los efectos del “síndrome de los twin deficits” en virtud de los dos déficits de pagos en la balanza de pagos (de Pdvsa) y en balance fiscal por la abrupta caída del ingreso fiscal petrolero fenómeno que se venía evolucionando desde 2011. En medio de esa crisis de pago, el Gobierno y el BCV deciden monetizar más del 50% del déficit fiscal, para comenzar rechazando un requerido ajuste fiscal y canjeando esa decisión por una hiperinflación, la cual quisieron controlar estrechando y extremando los controles sobre los precios por un lado y por el otro eliminar toda publicación de los todos los índices de precios.

El proceso de monetización del déficit alcanzó niveles del 89% en 2016-2017. Una inflación fuera de control, es decir, una hiperinflación no desaparece bajo controles, el proceso hiperinflacionario destruye con fuerza y velocidad el poder de compra de la moneda que se emite para pagar el déficit fiscal. Así ocurrió, el nivel de empobrecimiento que trae una hiperinflación comenzó a crecer de manera geométrica, Venezuela entraría en emergencia alimentaria, de salud.

Los controles no son mecanismos que generen las soluciones fiscales y monetaria, por el contrario, reprimen al único mecanismo capaz de devolver la paz monetaria y el propio poder de compra para del bolívar, el mercado. Por el contrario, los controles exacerbarían el fenómeno, creando seria distorsión en ellos mecanismo de pagos y en deterioro del propio sistema de pagos, en la base monetaria. Esa represión de los pasos y mercado revienta en el precio del dólar en los mercados libres, el paralelo, y no detendrá el retro impacto que ese fenómeno impondrá en los precios y en el sistema de pagos, decretado la necesidad de imprimir base monetaria (billetes de mayor denominación). Es decir, pasar por las horcas Caudinas. El gobierno se resistió y la economía se contrajo y el país se empobrece aceleradamente. Esa enorme distorsión fiscal requiere de más base monetaria -billetes- para pagar el gasto del Estado., un fenómeno que pide apagar un incendio con combustible: monetización.

En otras palabas ese masivo proceso de monetización que se impone para a pagar el colosal déficit fiscal, enfrentará bajo un cúmulo de distorsiones, entre ellas el envilecimiento del valor nominal de los billetes en circulación -cono monetario- y que se expresa en una continuo y acelerada depreciación y devaluación frente al dólar, y en la escasez de bienes y servicios -en reacción a los controles de precios- fenómenos que no se detienen ante los controles. De esta manera, podemos de inmediato concluir que la hiperinflación se expresa en la pérdida masiva del poder de compra de la moneda local (envilecimiento) fenómeno este último que requerirá de la producción masiva de nuevos billetes para poder pagar su depreciación. Como podemos ver la hiperinflación es la cara del fenómeno y depreciación masiva de la moneda, la cruz – el actual fenómeno del dólar paralelo, que multiplica el volumen de bolívares requeridos para comprar nominalmente un dólar.

Este último proceso, que llamaremos el colapso del bolívar, -el segundo en apenas cinco (5) anos – induce de inmediato un cambio en el cono monetario, en la funcionalidad del sistema de pagos, billetes, monedas y depósitos bancarios, El primer cambio del cono monetario ocurrió en el 2008, premultiplicando al bolívar por un vector de 1/1000, y la impresión de moneda acorde con esa indexación del bolívar a unos precios mayores y que había que maquillar eliminándole tres ceros (1/1000) con la ilusión política de no afectar el poder de compra del bolívar en la transformación del cono monetario, el gobierno lo bautizó bolívar fuerte.

No duraría muchos esa indexación del bolívar (1/1000 cuando a finales del 2013 se hace necesario nuevamente en virtud que la inflación ya fuera de control nos dice que la distorsión fiscal ya alcanzando niveles de insostenibilidad y que en adelante por la desaparición del ingreso fiscal petrolero -generado por las exportaciones de petróleo- se sentía intensamente en función de la descapitalización de la actividad económica petrolera que veníamos en el alza de costos de producción, corrupción, y en caída vertical de la producción de petróleo.

Habíamos llegado al umbral de la hiperinflación, el problema fiscal no tenía solución, y solo restaba monetizar la brecha fiscal fenómeno que el gobierno de Maduro inaugurado en marzo del 2013, decidió acoger masivamente, relegando el necesario ajuste fiscal -del gasto fiscal- que devolviera el equilibrio requerido para evitar el masivo impuesto inflacionario y que nos traía la monetización del déficit fiscal y que nos colocara en el umbral hiperinflacionario.

Nadando en una crisis financiera e industrial la industria petrolera (PDVSA) mostraba serios signos de imposibilidad de honrar sus deudas, y cargando sobre la actividad industrial petrolera, producción, refinación, etc. pagando los pasivos financieros -bonos., entre otros sus pagos en un exponencial mecanismo de legitimación (blanqueo) de capitales que llegaría a su fin eventualmente en 2017 una vez que el gobierno y PDVSA hubiesen utilizado el repele del flujo de caja de petroleo lo que hace casi inevitable una declaración de default que veremos en primer lugar en un solicitud de reestructuración de la deuda de PDVSA y la República lo cual traería un escenario político en el cual estaríamos en presencia de una cohabitación en el gobierno por la oposición partidista y el gobierno, PSUV y militares y otros grupos de poder; entre ellos, el narcotráfico.

PDVSA comenzaría a presentar diferentes tipos de default en notas privadas, bonos internacionales, obligaciones con los socios, contratistas y proveedores, pensionados, lo que reflejaba que su flujo de caja esta en territorio negativo, pagando deudas con barriles de petroleo a socios, contratistas y proveedores. A esas dificultades en su flujo de caja como operadora petrolera se sumarían problemas serios en sus esquemas de pagos y la renuncia de bancos extranjeros corresponsales que tradicionalmente le servían para sus pagos externos.

El apalancamiento de sus obligaciones con las notas privadas -bonos internacionales- en su propia cartera de activos financieros dejo de ser aceptado en los mercados por servicios financieros, lo mismo ocurriría con pagos de importaciones, petroleo líquido y otros insumos para la refinación y para preparar el petróleo extrapesado que sería llevado a CITGO para su refinación, además de la importación de combustibles en niveles de 180 mil barriles por día. El ultimo problema en sumarse a la tragedia petrolera venezolana fueron las sanciones aplicadas por USA a ciertas operaciones industriales y financieras de PDVSA.

Esos problemas de liquidez y solvencia por parte de PDVSA ya había producido un descalabro fiscal y monetario que trajeron la hiperinflación, además que ha puesto en peligro el propio futuro de la industria petrolera nacional bajo una mezcla de mal manejo, crecimiento de costos, operaciones ilegales de lavado de capitales, elevado riesgo financiero, caída de la producción de petróleo y precios a niveles donde PDVSA tiene problemas para ganarse un dólar por barril, conllevan a la operadora a una práctica quiebra, que tiene que valerse de sus socios rusos y chinos para canjear deuda por petroleo y así disminuir el uso de flujo de caja para cancelar sus compromisos financieros e industriales.

Como se desprende de la descripción y discusión de esos dos sectores de la industria petrolera venezolana, el origen de la actual hiperinflación y el fuerte crecimiento de la liquidez monetaria y una moneda envilecida a ritmo hiperinflacionario, se cumplía mi profecía a principios del 2013 cuando el setting hiperinflacionario, discutido arriba, está puesto en marcha, los problemas de pagos de PDVSA y del Gobierno serian resueltos monetizando masivamente sus deudas y déficits, lo cual es para cualquier entendedor, el horizonte seguro de una hiperinflación, la cual ya estaba en desarrollo a finales del 2013. La hiperinflación esperada para 2017 es de 1785% y la de 2018 de 3000% ……al menos que el país entre en un proceso de internas reformas que impliquen una masiva privatización de empresas estatales, incluida la petrolera. ¡Así de simple!!

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@AlexGuerreroE