Registran otra muerte por tuberculosis en el Retén de Cabimas

Registran otra muerte por tuberculosis en el Retén de Cabimas

Foto:  La Verdad
Foto: La Verdad

 

Ayer a las 10.00 de la mañana se registró un nuevo deceso en el pabellón de aislados del Centro de Arrestos y Detención Preventivas de Cabimas, aun cuando las causas están por determinarse en la medicatura forense, reseñó La Verdad.

Deivis Ramón Colina Montiel, de 38 años, padecía tuberculosis pulmonar al igual que más de una veintena de internos, lo que se convertiría en la segunda muerte por esta patología en lo que va de mes y la sexta durante este año.





Liliana Vega Salazar, de 27 años, falleció el pasado ocho de octubre luego de estar recluida cinco días en el Hospital Adolfo D` Empaire. Era una de las internas que presentó tuberculosis pulmonar y estaba aislada. La presencia de una neumonía avanzada provocó que fuese remitida hasta el centro asistencial. Ese domingo una insuficiencia respiratoria acabó con su vida. Liliana se convirtió en la primera mujer en fallecer tras presentar la patalogía.

El primer deceso a causa de la tuberculosis fue la de Kendry Gelviz, seguida de Jesús Ramón Machado Silva, de 52, luego Panagottys Moreno (19), quien antes de morir agonizó por tres meses en su celda y Ramón Enrique López, de 28 años, quien estaba detenido desde el pasado 25 de agosto de 2016 por el delito de actos lascivos.

Según una fuente del recinto penitenciario en el lugar habilitaron una celda de aislamiento, donde permanecen los enfermos no solo con tuberculosis pulmonar sino también con VIH. En total, hay cerca de mil 300 reclusos que conviven en un área destinada para apenas 250 y que estaría en riesgo si no existe mayor control.

El cierre de la Cárcel Nacional de Maracaibo, en septiembre de 2013, y la intervención del retén El Marite, terminó de colapsar al antiguamente llamado Retén de Cabimas. Provocando, a su vez, el incremento de las extorsiones, robo de vehículos y de residencias, especialmente en Cabimas.

Otra de las consecuencias es que en los calabozos de los cuerpos policiales también pernotan procesados penales. No hay espacio. Según la ONG “Una Ventana a La Libertad”, en los comandos aumentó 300 por ciento del hacinamiento. Las áreas no están adecuadas para mantener una población de reclusos, que en muchos casos, supera los 40.