De hecho, si algo ha demostrado esta caída de los precios del petróleo es que la inmensa mayoría de los países productores la han gestionado admirablemente, con caídas de PIB muy inferiores a lo temido, manteniendo sus reservas en moneda extranjera a niveles confortables, y adaptándose a la nueva realidad rápida y eficientemente. Casi todos, menos Venezuela.

La verdadera guerra económica en Venezuela: la del chavismo contra su pueblo

 

Venezuela tenía 12.700 empresas privadas cuando Chávez alcanzó el poder, según Conindustria. Hoy queda menos de un tercio de esa cifra. Al destrozo económico y jurídico se añadió el asalto a la propiedad privada con expropiaciones de más de 690 empresas en doce años. Hoy, esas empresas expropiadas “en socialismo” están técnicamente quebradas y las que sobreviven zombis producen una cantidad muy inferior a la mitad de las cifras previas al robo.

Como siempre ocurre en socialismo, lo primero fue negar la realidad. “Los inversionistas no deben preocuparse por la deuda de 2017 y 2018”, afirmaba Rafael Ramírez. Y efectivamente, no se debían preocupar. Debían aterrarse. Uno de los mayores bancos de inversión del mundo, que compró $2.800 millones de bonos ante las promesas de unicornios del chavismo, se enfrenta ahora a esa “reestructuración” que decreta Maduro.

Maduro “decreta” reestructuración como si fuera un milagro. Pero es otro clavo en el ataúd del chavismo. Ese destrozo económico no solo no está cambiando, sino empeorando.

La reestructuración simplemente no tiene solución. Correa, en Ecuador, ya vivió el “exitazo” de hacer impago.

Ecuador, el “ejemplo” de los populistas de cómo “enfrentarse al FMI” y hacer impago, duplicó su deuda, se hipotecó hasta la cabeza con China a tipos muy superiores a los que decidió “impagar” y finalmente tuvo que pedir ayuda al… FMI.

Correa hizo impago de 3.200 millones de dólares para acabar dependiendo de China a un coste muy superior (7,5%) a menor plazo (8 años). Y Ecuador ahora descubre que su verdadera deuda es de más de 41.800 millones de dólares en vez de los 27.871 millones que dejó “oficialmente” Correa. Ese agujero le costará miles de millones adicionales en ajustes. Exitazos del impago.

Pero Ecuador al menos tenía una economía con posibilidades. Maduro ahora busca refinanciar con… ¿con qué? Ha devastado el país. Entre 1999 y 2014, Venezuela recibió 960.589 millones de dólares de ingresos petroleros, 56.500 millones anuales durante 17 años, cinco veces más que el promedio de ingresos anuales reales de los gobiernos anteriores entre 1993 y 1998, según la BBC citando a Ecoanalítica.

Esa enorme renta petrolera fue despilfarrada y a la vez se destruía la economía asaltando la seguridad jurídica y la iniciativa inversora con expropiaciones salvajes. ¿Quién le va a prestar a unos gestores tan desastrosos, a semejantes asaltadores, aunque sea a tipos superiores y distintos plazos? Ahora empieza la ristra de litigios y denuncias por incumplimiento. Y el grifo se cierra. Esta reestructuración no va a ser un alivio ni el principio de la solución. Es la constatación del fracaso más absoluto del gobierno venezolano y le costará mucho, como siempre, a los pobres ciudadanos. Porque NUNCA ha existido cuento de que el impago venga acompañado de mayor gasto público real. Nunca.

La lección de esta nueva muestra del fracaso socialista es que es un sistema basado en la mentira que ignora los principios más básicos de la economía y hunde hasta al país más rico.

Al final, la promesa socialista de dinero gratis sale muy cara para los que fingen defender: las clases bajas. Aprendamos la lección.