David Morán Bohórquez: El “Kid Pambelé” de la revolución venezolana

Antonio Cervantes "Kid Pambelé" en Caracas, en sus tiempos de campeón mundial del peso welter junior / Cortesía
Antonio Cervantes “Kid Pambelé” en Caracas, en sus tiempos de campeón mundial del peso welter junior / Cortesía

 

Llegó a Caracas después de ser sancionado por la Federación Colombiana de Boxeo, donde era un boxeador del montón, por haber apostado dinero para su propia derrota. Nacido en un pueblo colombiano muy pobre, Palenque, Antonio Cervantes “Kid Pambelé” se vino en 1967 a Venezuela, y de la mano del empresario venezolano  Ramiro Machado, y del entrenador Melquíades “Tabaquito” Sanz, halló el camino al título mundial de boxeo en peso welter junior, a una inmensa fortuna personal, y a estrepitosa caída quedando arruinado para siempre.

Nunca recuperé lo que perdí





Dijo el “Kid” entrevistado al diario El País de Colombia en el año 2012, en ocasión de los 40 años de haber conquistado por primera vez el título mundial después de vencer por nocaut en Panamá al canalero Alfonso ‘Peppermint’ Frazer.

¿Qué pasó después de ganar el título? le preguntó El País “Lo defendí varias veces, después en 1976 lo perdí ante Wilfredo Benítez, de Puerto Rico; pero lo recuperé rápido porque el papá de Wilfredo no quiso firmar la revancha“. Lo recuperó, pero lo perdió para siempre en 1980 ante Aaron Pryor… “A esa pelea llegué mal preparado; yo vivía en Caracas y ya andaba de joda, metiéndome droga y licor. Ni Ramiro Machado, el empresario, ni ‘Tabaquito’ Sáenz, mi entrenador, me podían localizar. Llegó el día de la pelea y perdí. Pryor era buen boxeador, pero si yo hubiera estado bien preparado, seguro que le gano“. Después de esa derrota, ¿por qué decidió seguir en las drogas y el licor? continuó el diario “Bueno, en esto influyen mucho los malos amigos, el que invita a todos lados y el que te ofrece de todo; ya estaba muy metido en eso y no había forma de parar“.

En 1993 lo internaron en un hospital de La Habana, Cuba, donde entró en un proceso de desintoxicación que fracasó varias veces por romper la abstinencia y beberse todo el licor que le hacía olvidar su pasado de flashes, entrevistas, carros de lujo, fincas en Turbaco, dólares y mujeres. Hoy vive en el olvido, con su familia, en un barrio popular de Cartagena.

Venezuela es un ring

El pasado 2 de noviembre Nicolás Maduro, desde una actividad de trabajo liderada desde el Paseo Los Próceres, anunció unilateralmente el refinanciamiento y reestructuración de los pagos externos de Venezuela. Tiraba así como en el boxeo, la toalla al centro del ring. Como el boxeador cansado, este “Kid revolucionario” cantaba su “no more”.

 

 

Los años en el poder, las malas juntas, la corrupción y la piratería les pasaron factura, no a la impresentable oligarquía roja, sino al pobre pueblo venezolano, que alguna vez creyó en los cuentos del arañero de Sabaneta.

El arañero, Kid revolucionario y la oligarquía roja volaban entre nubes de aduladores. El mundo a sus pies; el petróleo no tenía techo, la banca los adulaba. Despilfarraron en todo lo imaginable, mientras llenaban de billetes sus cuentas personales.

Tanto abuso les dió una paliza. Hoy sufren el escarnio y el rechazo del pueblo, de las páginas sociales comienzan a llenar las páginas judiciales del mundo. De héroes, a corruptos señalados.

El 2 de agosto Aron Pryor noqueó al Kid Pambelé arrebatándole el título mundial, que más nunca recuperaría. Danny Sánchez el 9 de diciembre de 1983 lo venció enviándolo al retiro definitivo.

El 2 de noviembre de 2017, se perdió el título de “revolución”. Nadie refinancia a el socialismo. Nunca nadie le ha dado la revancha a quien no sabe boxear.

De ahora en adelante es sólo un régimen forajido, rumbo al retiro definitivo.

La historia muchas veces, nos muestra paralelismos que estremecen…

David Morán Bohorquez
@morandavid