Terminal Rutas de América se quedó pequeña ante cantidad de usuarios

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La infraestructura del terminal Rutas de América se quedó pequeña para la diáspora. Los que se van aspiran despedirse de sus familiares como si estuviesen en Maiquetía pero el espacio no ayuda. Muchos optan por esperar en la acera de la avenida Fuerzas Armadas, donde funciona esta empresa que tiene más de 40 años de existencia, pero que nunca antes tuvo una actividad tan intensa.

El viernes, dos autobuses con capacidad para 42 pasajeros cada uno, salieron con destino a Guayaquil y Quito, un viaje que dura al menos tres días y que implica cruzar caminando la frontera colombiana, un trecho de un kilómetro y medio, y luego abordar otro autobús en Colombia rumbo a Ecuador.





Mientras las unidades de dos pisos salen del terminal, la movilidad se interrumpe en la avenida Fuerzas Armadas, en las adyacencias de la estación El Cristo del Buscaracas, y las escenas de llanto se desbordan. Además del viernes, los autobuses de Rutas de América salen los lunes y los miércoles.

Entre los viajeros y sus familiares se entremezclan los sentimientos:  hay tristeza y temor pero también esperanza y determinación. La frustración se deja colar entre los que van en busca de información. “No están dando precios porque están sujetos a cambios y hay que reservar con cuatro millones”, recita una joven que sale de la taquilla con aire resignado. En septiembre la reservación se hacía depositando  un millón de bolívares.

 

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Las tarifas para los viajeros, que van en busca de una vida nueva y huyéndole a la crisis, varían de acuerdo a la cotización del dólar paralelo, lo que frustra el sueño de emigrar de muchos. “El lunes, a una señora que debía Bs 2.500.000 para completar el pago del  pasaje le informaron que ahora tenía que cancelar 5.000.000. Se puso las manos en la cabeza y se fue porque no tenía el dinero”, cuenta Leitón Ascanio, quien en una semana vio cómo su meta de irse a Ecuador pasó de costar Bs 5 millones a 7.500.000.

Ascanio se queja de la falta de información y del mal trato que reciben los usuarios en un terminal que, a su juicio, tendría que estar mejor equipado para los viajeros. “En la entrada deberían tener asientos pues la gente espera por horas sentada en el piso. Además hay poca receptividad, esta es una experiencia nueva para muchos y aquí no hay asesoría. Hay personas que vienen del interior y a veces pasan un día entero y se van sin hacer la diligencia”.

Leitón, vecino de Caucagua, viaja solo y con la esperanza de conseguir un trabajo en Ecuador.  “Lo más difícil es reunir el dinero para el pasaje, los requisitos son sencillos: pasaporte vigente, certificado de la vacuna de fiebre amarilla y los antecedentes penales”. De Venezuela a Ecuador por tierra se va con una maleta de 20 kilos y un bolso de mano de 5 kilos. La mayoría acata la normativa pues cualquier exceso de equipaje se paga caro y los viajeros van con muchas expectativas pero con el dinero contado.

“Llevamos agua y comida para el trayecto porque no nos podemos dar el lujo de gastar.  Cada uno lleva su almohada y una manta”, dice Román Caballero, quien viaja a Quito. “Para terminar de pagar el pasaje, que sube casi a diario,  tuvimos que vender 50 dólares y eso nos descuadró el presupuesto. Vamos en busca de mejorar nuestra calidad de vida y la de nuestra familia y con el deseo de volver cuando esto mejore. Yo renuncié porque la empresa donde trabajaba ya no daba más”.

Emigrar por tierra también es un ejercicio de valentía. “Sí, tenemos miedo, sentimos que el mayor peligro lo corremos de aquí hasta la frontera, nos atemoriza la actuación de los guardias, qué triste que le tengamos miedo a nuestra propia gente”, suelta Caballero.

Los precios inalcanzables de los boletos aéreos han hecho que la vía de escape sea terrestre. Por eso Janeth Fernández viajará casi 9 días sobre ruedas para llegar a Chile. “Ni vendiendo la casa puedo pagar un pasaje en avión. Quiero regresar  después de las elecciones presidenciales. Voy aprovechar este año ganar dinero”. A su lado está su sobrino que viaja Argentina.

Rutas de América en Venezuela solo tiene dos destinos: Guayaquil y Quito. Desde ambas ciudades se hace la conexión en autobuses de la misma empresa que van hasta Perú, Chile y Argentina.  Para lo que queda de mes ya no hay pasajes. Para reservar boleto para diciembre debe madrugar en la sede este 28 de noviembre.