Los católicos de Bangladés esperan al Papa en un clima tenso

Los católicos de Bangladés esperan al Papa en un clima tenso

Los fieles católicos que viajaron desde el estado de Kachin para encontrarse con el Papa Francisco pasan su tiempo en el estadio Aung San en Yangon, Myanmar, el 26 de noviembre de 2017. REUTERS / Soe Zeya Tun
Los fieles católicos que viajaron desde el estado de Kachin para encontrarse con el Papa Francisco pasan su tiempo en el estadio Aung San en Yangon, Myanmar, el 26 de noviembre de 2017. REUTERS / Soe Zeya Tun

 

De joven, Bidhan Kamol Rosario dejó su pueblo católico para luchar por la independencia de Bangladés. Ahora, se pregunta sobre su futuro en este país, en el que el auge del extremismo islamista infunde temor en las minorías religiosas.

La pequeña comunidad católica de Bangladés espera con impaciencia la visita del papa Francisco a este empobrecido país del sureste asiático, la primera en más de tres décadas, del 30 de noviembre al 2 de diciembre.





El viaje llega en un momento en el que, según los fieles, nunca antes había sido tan difícil ser cristiano en este país de mayoría musulmana. Desde hace unos diez años, Bangladés avanza hacia un islam rigorista.

“Durante la Guerra de Liberación, queríamos un Bangladés magnífico que integrara a gente de todas las razas, creencias y religiones”, recuerda Rosario, de 65 años, en alusión al conflicto de 1971 que desembocó en la independencia del antaño Pakistán Oriental.

“Nunca he querido ventajas o favores para mí, solo la igualdad de derechos para todos”, continúa. “Pero, ahora, tengo la sensación de que no hay igualdad para nosotros”.

Según los responsables católicos locales, muchos de sus parroquianos decidieron irse de Bangladés en los últimos años frente a la reciente oleada de ataques yihadistas, que también afecta a otras minorías como la hindú.

El año pasado, dos conversos fueron asesinados. El propietario de una tienda de ultramarinos, católico, también fue brutalmente asesinado con arma blanca.

Los cristianos representan menos del 0,5% de los 160 millones de habitantes de Bangladés y han vivido durante siglos en armonía con la mayoría musulmana.

Jugaron un papel importante en la historia del país. Todavía hoy, sus escuelas y hospitales ofrecen un apoyo vital a los pobres.

Rosario forma parte de la pequeña comunidad católica descendiente de mercaderes portugueses instalados en el siglo XVII en Nagori, un conjunto de pueblos cerca de Daca, la capital.

La zona es un foco del catolicismo y alberga un modesto santuario que decenas de miles de personas visitan cada febrero para festejar a San Antonio de Padua.

– ‘Optimista’ –

En el lugar, los católicos locales contactados por la AFP afirman sentirse cada vez más amenazados. Las tensiones con las autoridades bengalíes van en aumento, explican.

En un incidente ocurrido en marzo, los aldeanos acusaron a policías vestidos de civil de haberle robado dinero a una viuda durante un registro en su domicilio.

Cuando un grupo intentó impedir que los policías se fueran, se enviaron fuerzas de seguridad armadas como refuerzo. Al menos 20 personas resultaron heridas en altercados y más de 100 habitantes están siendo procesados por obstrucción a la policía.

Todavía más aterradoras son las amenazas de muerte, a menudo anónimas, de que son objeto las figuras más destacadas de la comunidad cristiana.

Nirmal Rosario, un empresario al frente de una importante cooperativa en Daca, asegura haber recibido un mensaje de texto en el que se le amenazaba por haber sido sentado al lado de la primera ministra Sheij Hasina durante una ceremonia de Navidad en 2015.

“Nunca antes había visto nada así. Crecimos en perfecta armonía con las otras confesiones”, indica.

El papa Francisco encadenará a partir de este lunes dos visitas diplomáticas a Birmania, budista, y a Bangladés, musulmán, donde sus palabras sobre el éxodo de los rohinyás serán examinadas con atención.

Más de 620.000 miembros de esa comunidad musulmana han huido de Birmania hasta el vecino Bangladés desde finales de agosto, provocando una de las peores crisis humanitarias en Asia en lo que va de siglo.

En videos separados destinados a sendos países, el pontífice precisó que acudía para llevar un “mensaje de reconciliación, de perdón y de paz”.

Analizando la situación antes de la visita papal, el misionario bangladesí Gabriel Amal Costa culpó al auge del islamismo local del aumento de las tensiones interreligiosas en Bangladés.

“Es un fenómeno muy reciente y la Iglesia intenta promover el diálogo interconfesional”, declaró a la AFP en Roma.

Los ataques yihadistas culminaron el año pasado con una sangrienta toma de rehenes en una cafetería de Daca. Pero la brutal represión de las autoridades parece haber mejorado la situación.

Decenas de presuntos extremistas fueron abatidos y cientos, detenidos por las fuerzas del seguridad.

Jayanta Gomes, cura en la iglesia de San Nicolás de Tolentino de Nagori, se declara “optimista” respecto a las consecuencias de la visita del papa.

“La situación de la seguridad ya es netamente mejor, y la visita del papa la semana que viene traerá la paz para todos en Bangladés”, auguró. AFP