Cambio de mafias: Una hipótesis sobre el caso PDVSA – CITGO

Cambio de mafias: Una hipótesis sobre el caso PDVSA – CITGO

Venezuela's Chief Prosecutor Tarek William Saab talks to the media during a news conference in Caracas, Venezuela November 30, 2017. REUTERS/Carlos Garcia Rawlins
Tarek William Saab habla durante una rueda de prensa en Caracas, el 30 de noviembre de 2017. REUTERS/Carlos Garcia Rawlins

 

La situación sobre este caso se sigue complicando. La salida de Rafael Ramírez como embajador de Venezuela en la ONU, información dada por cierta en medios de comunicación dentro y fuera del país, justo como consecuencia del escándalo suscitado por investigaciones de Fiscalía sobre corrupción en PDVSA, no ha sido confirmada de manera oficial. De hecho, el propio Rafael Ramírez la ha desmentido.

Por Horacio Medina @unape





Rafael Ramírez ha venido objetando decisiones económicas del régimen de Nicolás Maduro cuando Venezuela atraviesa profunda crisis de escasez de alimentos y medicinas, inflación descontrolada y recesión, agravada por desplome de la producción petrolera a niveles mínimos de 30 años. Ha tratado de salvar su responsabilidad en notas escritas y publicadas en medios digitales (Aporrrea.org) y en medios impresos (Panorama) en Venezuela, tales como la más reciente titulada “La Tormenta”. Una oda al “jalabolismo” que dentro de un marco “metafísico”, trata de convertirse en el filósofo de Nueva York.

De acuerdo a informaciones extraoficiales, el Canciller Jorge Arreaza ha viajado a Nueva York, para reunirse con Rafael Ramírez Carreño que habría amenazado en prender el ventilador, si lo dejan sin la protección diplomática. Parece obvio que Rafael Ramírez, tratará de mantenerse como embajador en ONU, ya que, en caso contrario deberá decidir entre cantar en el FBI o llorar en el SEBIN. Aunque muchos comentan que sus abogados ya han abierto un camino con la justicia de EEUU.

Nos resulta obvia cuál será su decisión en caso de ser destituido, parece no admitir dudas que se quedará con el FBI. Un costo político que el régimen de Nicolás Maduro deberá sopesar.

Entre tanto, sigue en Nueva York.

Por otra parte, muy temprano se conoció sobre la detención de Eulogio Del Pino (exministro de petróleo y expresidente de PDVSA) y de Nelson Martínez (Expresidente de CITGO, exministro de petróleo y expresidente de PDVSA), algo que era evidente y estaba por decirlo coloquialmente cantado. Según algunas fuentes, ambos estaban bajo custodia hace mas de una semana, para evitar su salida del país.

Luego de analizar, preliminarmente, lo que declaran personeros del régimen como Nicolás Maduro, Diosdado Cabello, Tareck El Aissami, Manuel Quevedo, el viceministro de comunicación internacional William Castillo, el líder sindical Wills Rangel y el ilegítimo fiscal general Tareck William Saab, nuestra primera conclusión es que se trata de la implementación de “una huida hacia adelante” para exculpar al régimen de Nicolás Maduro de la inminente quiebra de PDVSA, la posible pérdida de CITGO y otros activos ante un cada vez más cercano y posible “default” y la consecuente debacle económica.

Tratan de culpar a estos funcionarios de PDVSA por crear una red de corrupción que carcomió la institucionalidad, los principios éticos, los valores de la empresa y que fomentó la negligencia, la ineptitud, la desidia, la irresponsabilidad y en final de cuentas, el sabotaje de la empresa. Además, aprovechan para pasar factura a la mafia de Rafael Ramírez y quedar como paladines anticorrupción.

Sin embargo, tengamos claro que ninguno de ellos, incluyendo a Ramírez y a su clan, habrían podido actuar impunemente, sin el consentimiento, primero de Hugo Chávez y después de Nicolás Maduro. Pero estos regímenes son así, si tienen que sacrificar a miembros de grupo, lo hacen, en función de tratar de mantenerse en el poder. Aquí, todos son cómplices y/o culpables.

Que nadie se llame a engaño, aquí no hay ninguna rectificación y ningún propósito de cambio. Hay tan solo una sustitución de Capos. Se juntan el Gatopardismo con la huida hacia adelante, tratando de minimizar los daños ante la inminente debacle.