Julio Borges: Venimos a construir la ruta del futuro para Venezuela con elecciones libres, alimentos y medicinas

 

El 30 de Noviembre de 2016, hace exactamente un año, los venezolanos nos horrorizamos con la noticia de que Oliver Guerra, un niño de solo 8 años con cáncer, había fallecido. Todos recordamos con mucho dolor la foto de Oliver, con un tapaboca, sosteniendo una pancarta pidiendo las medicinas que requería para sobrevivir: “Quiero curarme, paz, salud”.





Nota de Prensa

Así como Oliver, son miles de venezolanos los que han protestado por la escasez de medicamentos. 300.000 pacientes con enfermedades letales en Venezuela hoy no tienen tratamiento y los 77.000 enfermos con VIH están ya por quedarse sin medicinas. Cada día vemos más personas hurgando la basura buscando algo que comer. Más de 2 millones de compatriotas han huido de esta tragedia, desgarrando familias y generando una crisis migratoria en la región. Nos acercamos a lo más doloroso: que Naciones Unidas tenga que abrir campos de refugiados para los venezolanos en países vecinos. Estamos atravesando una tragedia humanitaria que ha empeorado semana a semana y ya ha cobrado la vida de miles de personas.

La crisis humanitaria es el resultado de la depresión más brutal de una economía en la historia del hemisferio occidental, paradójicamente en el país con mayor volumen y densidad de riquezas naturales de América. 2017 es el cuarto año consecutivo de recesión económica. Hoy en Venezuela se necesitan 29 salarios mínimos para comprar lo básico que requiere una familia para sobrevivir un mes. Con una inflación que supera el 2.400% en alimentos, ya no somos más pobres cada día sino cada minuto.

El culpable de esto es el gobierno. Nos han querido vender que el derrumbe de nuestra economía es culpa de la caída de los precios del petróleo. Pero sabemos que eso es mentira. La caída de nuestra economía arrancó en el primer semestre de 2014, cuando el precio de petróleo era $95 el barril. El culpable de esto es un modelo económico fracasado. Despilfarraron la mayor bonanza de nuestra historia, quebraron y endeudaron al país, se robaron los recursos y las consecuencias las asumimos los venezolanos. Como lo hemos visto esta semana con el arresto de dos de los funcionarios más representativos de este gobierno, como el Presidente de PDVSA, el culpable de esto es un régimen corrupto. A confesión de parte, relevo de pruebas.

El gobierno busca dominar a la sociedad con el chantaje del hambre a través del CLAP y el carnet de la patria, la represión política y el desconocimiento de nuestra institucionalidad. Mostró su tendencia autoritaria al bloquear mecanismos legítimos y constitucionales de cambio que intentamos los venezolanos como el Referéndum Revocatorio. Se aisló internacionalmente al violar derechos humanos y dar un golpe de Estado con el desconocimiento de la Asamblea Nacional y la instalación de su inconstitucional asamblea constituyente. Con la represión brutal de protestas pacíficas, ejecución de fraudes electorales y persecución a la disidencia política, nos quiere hacer creer que estamos condenados a esta tragedia. Pero el cambio es posible. A lo largo de nuestra historia lo hemos demostrado.

Unidos todos los venezolanos derrotamos la sanguinaria dictadura de Pérez Jiménez. Tuvimos la economía que más crecía en el mundo entero. Todos los demócratas unidos logramos una histórica victoria al conquistar la mayoría en la Asamblea Nacional. Nosotros somos un pueblo pacífico que quiere determinar su destino y por esto exigimos elecciones justas y libres.

Conocemos la naturaleza del régimen. No confiamos en ellos. Estamos aquí luchando hombro a hombro con representantes de la sociedad civil, porque confiamos en la fuerza de nuestros principios, nuestra estrategia y en la comunidad internacional. Vamos a luchar en todos los escenarios no violentos que caracterizan a los demócratas: elecciones, protesta pacífica y negociación.

Todas nuestras acciones, incluida esta reunión, se enmarcan en la búsqueda de una ruta de futuro que resuelva la crisis de todos los venezolanos. Es urgente el canal humanitario. Es necesaria una elección presidencial, pero justa y libre. Y es impostergable la liberación de todos los presos políticos. Para resumir en una línea nuestra exigencia: lo único que queremos es que se respete nuestra Constitución, que en los próximos meses podamos ir a una elección presidencial libre y justa, sin inhabilitados ni presos políticos, y que se atienda la emergencia humanitaria en lo inmediato.

No queremos ni un solo niño más que viva la triste historia del pequeño Oliver.