Las interrupciones que sufrió el sistema de cómputo del Tribunal Supremo Electoral (TSE) de Honduras en las elecciones del 26 de noviembre y tres días después, con base a los cuales la oposición denuncia un “fraude”, no pusieron en peligro la integridad de los datos, reseñó EFE.
Así lo señala un informe técnico de la empresa auditora colombiana Audisis y el Sistema Integrado de Escrutinio y Divulgación Electoral (SIEDE), entregado hoy a observadores locales e internacionales por el TSE.
“Es importante recalcar que la base de datos no sufrió fallas y que se mantuvo la integridad de los datos”, subraya el informe, que además explica lo ocurrido el 26 de noviembre, después de las votaciones, y el 29, cuando hubo una “caída del sistema”.
El informe coincide con las explicaciones que desde entonces ha venido dando el presidente del TSE, el magistrado David Matamoros, a quien el candidato de la Alianza de Oposición contra la Dictadura, Salvador Nasralla, acusó el 29 de noviembre de fraguar el fraude durante las horas que el sistema estuvo “caído”.
El informe señala que “el componente que está relacionado al procesamiento de los datos utiliza una base de datos que contiene los resultados digitados por medio de la aplicación Transcripción Anónima y aleatoria”.
Según el informe técnico, “a la infraestructura instalada, además de la aplicación de alta disponibilidad y redundancia, se le configuran medidas de seguridad a nivel de accesos, lo que imposibilita el ingreso a la base de datos de manera no controlada”.
Las primeras dos fallas del sistema, una durante las votaciones, y otra después de concluidas, con una interrupción de ocho horas con 50 minutos, según el informe, provocó que el TSE demorara hasta la madrugada del 27 de noviembre el primer informe, cuando estaba previsto que lo anunciara pocas horas después de los comicios.
El prolongado silencio comenzó a crear suspicacias e incertidumbre en el país, donde por lo general unas cuatro horas después de las votaciones se comienzan a conocer los primeros resultados preliminares del organismo electoral.
La otra falla, el 29 de noviembre, se produjo poco tiempo después de que el candidato del gobernante Partido Nacional y presidente del país, Juan Orlando Hernández, comenzó a aventajar, por primera vez, a Nasralla, tendencia que se ha mantenido aunque el escrutinio todavía no ha finalizado por reclamos de la oposición.
Al respecto, el informe señala que ese día, a las 09.47 hora local (15.47 GMT), “se detuvo el servicio de transcripción debido a que el espacio asignado a la Base de Datos de 600 GB fue utilizado, por tal motivo se prosiguió a realizar una reasignación de espacio, aumentándolo a 1.8 TB”.
“Lo anterior se hizo de manera coordinada y siguiendo un protocolo descrito y sugerido por la auditoría internacional, este procedimiento duró 3:20 horas”, añade el documento.
Subraya que “seguidamente se levantaron todos los servicios de gestión que apuntan a la Base de Datos para continuar con el proceso de transcripción, evidenciando que los datos que están almacenados nunca fueron comprometidos, ni afectada la integridad de la información. (No hubo Adición, sustracción o modificación de los datos de votación en este lapso)”.
Nasralla ha reiterado que no reconocerá los resultados del TSE porque el sistema de cómputo ha sido alterado, introduciéndole actas para hacerle “fraude” a él y favorecer a Hernández.
El informe dice que “en la interrupción que tuvo el proceso no se alteró la integridad de los datos, se comprobó que no hubo adición, sustracción o modificación de los datos de votación procesados”.
También señala que “todas las actas que se estaban escaneando desde INFOP (Instituto de Formación Profesional, donde se almacena toda la información electoral) se siguieron transmitiendo a los servidores de los partidos políticos y de los demás organismos autorizados por el TSE”.
En las conclusiones el informe destaca que “se tomaron todas las medidas correctivas y preventivas para reducir los riesgos para evitar que se presente una situación similar”.