Fernando Camino Peñalver: Amarga brega para producir azúcar

FernandoCamino

El compromiso de los productores que hacen posible que el azúcar nacional llegue a los consumidores de nuestro país, es el de seguir trabajando con una entrega absoluta y  luchar contra las dificultades impuestas por el régimen. Así es la amarga brega para producir el azúcar hecho en Venezuela. El cultivo de la caña de azúcar, actualmente subsiste bajo el asedio del régimen en varios estados de nuestro país y aún es uno de los cultivos más importantes del sector agrícola vegetal, tanto por su volumen de toneladas cosechadas como por el valor de su producción.

La importancia socio-económica de este cultivo radica en que está presente en casi todas las regiones agrícolas de nuestro país. Junto al café y el cacao, tienen el mayor número de familias campesinas dedicadas a su producción, es por ello que el régimen ha puesto todo su empeño en controlar todo el circuito productivo del azúcar: para poder mediatizar el comportamiento electoral de los pequeños y medianos cañicultores. Además, están implícitos los grandes negociados que se realizan con las importaciones de este importante alimento.





Debido al interés del régimen de acabar con la producción azucarera nacional, nuestra población tiene que soportar una escasez del noventa por ciento del azúcar que demanda y además, el producto que consigue tiene que pagarlo a más de cien mil bolívares el kilo. Esta cifra serían 100 millones de bolívares si el régimen no le hubiese quitado tres ceros al bolívar.

En la zafra 1998-1999 se produjeron 8.500.000 toneladas de caña con un rendimiento en azúcar que casi superó la demanda interna. A partir del año 2001, el régimen decide por las razones antes expuestas, intervenir al sector azucarero nacional. Las expropiaciones de las unidades de producción y los controles de precios, hicieron descender sistemáticamente la producción y la productividad del rubro hasta llegar a 3.200.000 toneladas, que es el estimado de Fesoca para la zafra 2017-18.

La zafra de este año tendrá un rendimiento de 240 mil toneladas de azúcar, que solo alcanzará para dos meses del consumo de nuestra población. Representará un veinte por ciento de la demanda interna, calculada históricamente en 1.200.000 toneladas. Fesoca estima que para satisfacer la demanda del ochenta por ciento restantes, es decir diez meses de consumo, se tendría que importar más de un millón de toneladas por un valor aproximado de seiscientos millones de dólares.

Entre los años 2005 al 2010 se concretó la intervención del sector agroindustrial, con la apropiación por parte del régimen de diez de los 16 centrales azucareros existentes en nuestro país. En la pasada zafra de 2016-2017, de los diez centrales azucareros “gerenciados” por el gobierno, solo operaron tres y llegaron a procesar el dos por ciento de la producción de caña. En esa zafra los cañicultores perdieron 1.500.000 toneladas por causa de la inoperancia de siete de los diez centrales públicos.

El nuevo gobierno requiere implementar una Política de Estado que jerarquice la producción de alimentos. Esta política debe priorizar la producción agrícola y agroindustrial nacional, tomando en consideración nuestras limitaciones agrológicas y las contingencias que puedan afectar nuestra producción. En el marco de esa Política, debe desarrollarse un Plan Agroalimentario para el Pleno Abastecimiento de alimentos.

En este plan proponemos la rehabilitación de aproximadamente 100 mil hectáreas de caña, que es la superficie existente y sembrar un aproximado de veinte mil hectáreas anuales. También proponemos recuperar la productividad aumentando la producción a 75 toneladas por hectárea, con un rendimiento de nueve por ciento de producción de azúcar.

El plan prevé el  financiamiento de los organismos multilaterales para la construcción y la rehabilitación de la infraestructura existente. Igualmente para el desarrollo tecnológico y la dotación de maquinarias, de implementos agrícolas, de equipos de cosecha y de transporte para atender la zafra. También se necesitará ese financiamiento para la modernización y ampliación de los centrales azucareros existentes y para la construcción de nuevos ingenios. De esta manera se aumentará la molienda de caña y se logrará mayor eficiencia en la producción de azúcar.

Estimamos que con este plan, se dará impulso a la economía de la mayoría de los estados agrícolas de nuestro país, se activaran las unidades de producción existentes y se incorporarán a una gran parte de agrotécnicos y de campesinos a la producción. A mediano plazo se cosecharán 15 millones de toneladas de caña, para una  producción de 1.350.000 toneladas de azúcar por año.

@fernandocaminop