Gustavo Tovar-Arroyo: Adopta un chavista

Gustavo Tovar-Arroyo: Adopta un chavista

 

Gustavo Tovar-Arroyo @tovarr
Gustavo Tovar-Arroyo @tovarr

 

“Gustavo Tovar no es bueno ni en sopa, el bicho ese”
Diosdado Cabello





 

El pajarito preñado

No soy de lo que apuesto al fracaso del diálogo en República Dominicana. Así como me encantaría que existiesen los ángeles, los fénix, los pegasos, los dragones o los unicornios, que circulasen por los aires o las calles frente a nuestras miradas pasmadas, así también me gustaría creer que el diálogo existe. El diálogo con el chavismo es una fantasía, una quimera contra la desesperanza y la frustración. Un sueño fabuloso, un hechizo surreal contra la realidad cruel, y los seres humanos necesitamos fantasear para sobrellevar la inclemencia que es vivir.

No apuesto al fracaso del diálogo, pero prefiero la realidad así sea cruel como lo es en Venezuela. No habrá diálogo ni negociación, lo que habrá es surrealismo.

¿Quién no cree en pajaritos preñados?

Una patología conocida como masoquismo

Mientras existan criminales tales como Jorge Rodríguez, Tareck el Aissami, Cilia Flores o Diosdado Cabello no habrá diálogo ni nada que se le parezca. No hace falta ser un sabio para saberlo. Entendemos que existan la fe ciega, la ingenuidad o el lunatismo, pero tropezar por enésima vez con la misma piedra podría identificarse más bien con una patología: ¿masoquismo?

Nadie quiere una guerra civil -sólo el chavismo-, nadie quiere un enfrentamiento sangriento entre venezolanos -sólo el chavismo-, todos queremos una salida democrática y pacífica -excepto el chavismo-, todos queremos que hablen los votos y no las balas -excepto el chavismo-, pero no habrá manera de alcanzar un cambio por las buenas, lamentablemente no la habrá.

Estamos lidiando con criminales de la peor calaña, de la peor. No son surrealistas, son reales.

¿Alguien lo duda?

No es bufa, es trágica

El espectáculo del diálogo ha dejado de ser un circo (aunque algo de eso tiene), tampoco es una opera bufa, es una penosa tragedia. Lo digo sin ánimo de burla. Nadie puede burlarse de la genuina intención de algunos opositores por encontrar una salida negociada al pandemonio venezolano, pero conociendo de antemano que el diálogo nos llevará a la misma equívoca y repetida fantasía, no podemos sino sentir pena por quienes emperifollada y teatralmente forman parte del espectáculo.

Lo único que nos liberará de esta sepulcral tragedia llamada chavismo será una rebelión popular total y multitudinaria, tan masiva como la necesidad de los venezolanos por encontrar comida, medicina y libertad. ¿Estamos dispuestos a convocarla o seguiremos permitiendo que nos vean la cara de pendejos?

¿Acaso no seamos pendejos sino fanáticos del surrealismo?

Adopta un chavista

La buena voluntad y la nobleza del venezolano no dejan de sorprenderme. Pese al maltrato, el despotismo y la maldad chavista, pese a que nuestros secuestradores y torturadores han dado todas las pruebas que han podido dar de su cinismo y crueldad, todavía hay quienes opinan que debemos adoptar un chavista y hacerlo recapacitar sobre avatares filosóficos que explican el bien y el mal en las sociedades modernas, como si esa manada de delincuentes no supieran el daño que causan.

Me pregunto con curiosidad estética: ¿habrá quién desee adoptar un nazi, un violador o a un narcotraficante? El chavista es una combinación de todos ellos. ¿Lo adoptarías? ¿Lo meterías en tu casa? ¿Andarías con él de arriba para abajo?

Yo sí, lo llamaría Diosdi.

Paréntesis justificativo, otra vez

(La mención de Diosdi que haré más adelante no tiene nada que ver con menciones anteriores que he hecho sobre un enchufado de la dictadura chavista. Nada que ver. Mi mención en esta ocasión es quimérica, ¿no estamos en la onda del diálogo y sus fantasías? Todos tenemos derecho a fantasear; las mías son fantasías surrealistas, alegorías, fábulas criollas. No insulto; imagino, sueño. ¿No se supone que es eso lo que hacen los poetas?

Mi justificación va dirigida a mis editores, para que no me censuren y me publiquen. Hagamos memoria: ¿no hacían lo mismo Sade, Voltaire, el propio Breton? Pese a que soy más cimarrón y procaz que aquellos, que no poseo ni un ápice de su lucidez o encantamiento, tengo derecho a tartamudear mis ocurrencias, así sean surrealistas.

¿No es surrealista el diálogo?)

Diosdi, un cerdito domesticado

Está de moda cargar con una mascota de arriba para abajo, las Kardashian (incluso las de Sabaneta) tienen las suyas, Cilia Flores trae su monigote (que habla y baila en dos patas), ¿por qué no habría yo unirme a la boga kitsch y andar también de arriba para abajo con mi cerdito humano? ¿No está urgiendo la gentileza venezolana, en este surrealismo que somos, que cada quien adopte un chavista (como mascota)?

Bueno, yo he decidido cargar con la mía y quiero que sea un cerdito domesticado. Lo llamaré, como el otro, Diosdi. Andaré con él por las calles de Caracas a mi regreso, visitaré la Asamblea Nacional, el palacio de Miraflores, me beberé un café en el Arábica de los Palos Grandes e iré la cine con él encadenado. Aclaro, pese a que andará en cuatro patas (¿de qué otra manera podría hacerlo?) y con collar de castigo para atizarlo si se porta mal, lo trataré con generosidad -¡Dios me libre de la sociedad protectora de chavistas-, dialogaré permanentemente con él, le explicaré lo que es el bien y le mostraré el rostro del mal (será fácil, hay caras de Chávez por doquier) para que no se equivoque, ni siquiera en nuestro alucinante surrealismo.

¿Y tú, has pensado qué chavista adoptarás? En Dominicana hay una hiena que busca dueño.

¿Las hienas se pueden domesticar?

@tovarr