Marabinos festejan la Navidad con los platos vacíos

Marabinos festejan la Navidad con los platos vacíos

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Si la alegría de la Navidad se fundamenta en comer, beber, dar y recibir obsequios y vestir con ropa nueva, estas serán las fiestas de la tristeza. Así lo reseña laverdad.com

El compartir familiar este año se vislumbra diferente, para millones de venezolanos que en la actualidad no encuentran un motivo para celebrar, pues la alta inflación les devora su salario y en sus hogares no tienen alimentos.





Aunque el calendario marque que el próximo domingo será 24 de diciembre, para muchos no lo parecerá por la situación económica y será un día más en el calendario.

En esta oportunidad, la fecha no se vislumbra como una época feliz, pues las colas para comprar los productos regulados se incrementaron y el dinero no alcanza para pagar los alimentos importados; los medicamentos siguen escasos y la crisis bancaria se acentuó a raíz del poco dinero en efectivo circulante. A esto se suma la ola de saqueos y disturbios que azotó a varias ciudades del país durante el año y dejó fallecidos, cientos de detenidos, un gran número de comercios arruinados y poblados militarizados.

Con fe en Dios

A millones no les alcanzó las utilidades para hacer las tradicionales hallacas, ni para comprar el pernil, el pan de jamón ni la torta negra, mucho menos para decorar sus casas, para comprar estrenos ni regalos. Millones de niños también se acostarán sin recibir la visita de San Nicolás.

A pesar de las dificultades por las que atraviesan los venezolanos, muchos coinciden en que tienen la “fe puesta en Dios para ver el renacimiento de la nueva Venezuela, donde todos sean iguales pero sobre todo donde la libertad reine por doquier”.

Guillermo León, en medio de la resignación y la rabia, admite que esta Navidad tocará ponerse creativo. “Nosotros vamos a comer chivo guisado. Tengo tres niños y para ellos no habrá estrenos ni juguetes”.

Carlos Freites manifestó que este año, sus dos hijos, de 8 años y 10, no tendrán estrenos porque el dinero solo le alcanza para comprar comida. “Lo poco que tengo es para comprar 11 hallacas, pan salado y un refresco para poder cenar ese día. No llegará San Nicolás porque tampoco alcanzó el dinero. Esto es muy triste, mi esposa no para de llorar, estamos pensando en irnos de Venezuela porque esto ya nadie lo aguanta”.