¿Además de la cubana, ahora la Injerencia rusa? por @CarmonaBorjas

¿Además de la cubana, ahora la Injerencia rusa? por @CarmonaBorjas

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La crisis política venezolana se ubica hoy en espacios más complicados, ya que en su solución participan, unos más directamente que otros, algunos gobiernos de fuera de la región que la incluyen dentro de sus estrategias de política exterior, como Rusia y China, que brindan créditos y asistencia expedita al régimen de Maduro, para participar sin mayores controles en sociedad con empresas del Estado venezolano, en la exploración y la explotación de nuestros recursos naturales, incluyendo el petróleo y el oro y que en función de esos intereses expresan respaldo político a la gestión de Maduro, sin fundamentación ni justificación alguna, más bien me atrevo a decir, en desconocimiento de la realidad.

El Canciller ruso Lavrov afirmó en estos días que la “injerencia externa” en el proceso de “diálogo” que se estaba llevando a cabo en Santo Domingo, cuyo contenido y alcance seguramente no conoce bien, era inaceptable. ¿Qué quiso decir el Canciller de Putin? ¿A qué se refirió?





Es probable que se estaba refiriendo a las “medidas unilaterales” adoptadas por Estados Unidos o Canadá para sancionar a funcionarios incursos en crímenes internacionales y en delitos igualmente graves como la corrupción, medidas legítimas que buscan “presionar” a la dictadura para que respete las normas y restaure el orden jurídico interno, respete la Constitución y cese las violaciones sistemáticas de derechos humanos.

La adopción de estas medidas no puede significar de ninguna manera, injerencia interna en nuestros asuntos internos. Los estados tienen hoy derecho a exigir a los Estados que violan las normas fundamentales de Derecho Internacional, que las respeten y restauren el orden.

También es probable que el Canciller Lavrov se estuviera refiriendo a las declaraciones de los Cancilleres de algunos países invitados por el régimen y una parte de la oposición para que observen, sigan y vean de cerca el proceso de diálogo que, aunque más formal que nada, ocurre en Santo Domingo.

La participación o el apoyo de los Cancilleres de algunos países de la región no pueden significar, evidentemente, ninguna injerencia en nuestros asuntos internos pues, por el contrario, han sido llamados por las partes para que vean el proceso, lo que supone su opinión y sugerencias sobre el mismo.

Por el contrario, las declaraciones de los rusos, tanto como el dominio cubano, por entrega de los traidores a la patria y no por invasión, constituyen una clara “injerencia” en nuestros asuntos internos. Al gobierno ruso y no menos a los chinos, le interesa la estabilidad del régimen de Maduro, para continuar en negociaciones y concluir más acuerdos ventajosos e insólitos, vergonzosos, sin duda, que le permitan participar en nuestra vida económica y sacar todos los beneficios posibles, sin mayores controles.

Los rusos, los chinos y por supuesto los cubanos también, actúan interesadamente, sin importarles demasiado, pareciera, que los contratos con Venezuela estén desprovistos de una fundamentación legal que les pueda permitir en el futuro hacer alguna reclamación.

Los acuerdos suscritos y eso es otro tema a considerar más adelante, no han sido aprobados por la Asamblea Nacional, el órgano estatal que, según la Constitución Nacional de 1999, la que rige las relaciones internacionales del Estado, debe hacerlo.

Robert Carmona-Borjas