Supercalifragilisticoespialidoso, por Alfredo Maldonado

Supercalifragilisticoespialidoso, por Alfredo Maldonado

thumbnailAlfredoMaldonadoQuienes tengan edad quizás recuerden aquella encantadora película producida por Walt Disney, “Mary Poppins”, con Julie Andrews y Dick van Dike, en la cual entre otras tenían esa extraña palabra que era la que había que pronunciar cuando no se sabía qué hacer ni se quería expresar nada en particular.

Supercalifragilisticoespialidoso es más o menos lo que nos dicen los políticos que disfrutando de vacaciones en el Caribe dominicano, conversan y conversan sin que nadie entienda qué diablos están conversando entre miembros de la cúpula (partidista, no popular) opositora y la madurista.

Siempre, afirman, en beneficio de los venezolanos y las venezolanas, aunque nunca se sepa qué es eso que va a beneficiar a este país que entre maduristas, cubanocastristas y militares han hecho caer hasta este pozo de incompetencia, corrupción, penurias, hambre, desabastecimiento y tiranía armada, ante las miradas y opiniones vacías de los mismos opositores que convocaron estallidos de violencia que después dejaron en el aire, y aseguraron que la Asamblea Nacional Constituyente jamás se instalaría, los mismos que juramentaron en una plaza a magistrados que al día siguiente tuvieron que refugiarse en embajadas o salir apresuradamente del país, los mismos que hace dos años, tras recibir la mayoría que pidieron para la Asamblea Nacional, aseguraron que seis meses después Nicolás Maduro saldría del poder, los mismos que dejaron los mismos leales maduristas confiables al frente del Consejo Nacional Electoral, los mismos que ahora conversan con los delegados de Nicolás Maduro pero nadie sabe qué están conversando, es decir, lo que sea que estén hablando y quizás acordando es cosa de ellos, no mandato de la ciudadanía que ni ha sido consultada ni informada de nada, en una peculiar, falsa, abusadora y antidemocrática actitud de conciliábulos secretos como los capos de la Mafia.





Por eso nadie los quiere ya ni los respeta, nadie espera nada de ellos, ni opositores ni chavistas que, así están de hartos de ellos mismos, ya comiezan a morderse y acusarse entre ellos. Allí está la peor tragedia nacional, porque la industria petrolera eventualmente podría recuperarse, cuestión de dinero y tecnología –con el madurismo quizás rusa o china, que no será gratis- y la economía eventualmente podría ir renaciendo con alguna ayuda.

Lo que costará más rescatar será el entusiasmo y la fe de los venezolanos, engañados y erróneamente formados gobierno tras gobierno, porque lo del estatismo controlador los chavistas lo han empeorado, pero no lo inventaron, tiene una larga y deprimente historia adeca, copeyana, izquierdosa y ahora, para peor, castrochavista.

¿Se acuerdan de los argentinos, cuando el patético Presidente De La Rúa tuvo que escapar en compasivo helicóptero de la Casa de Gobierno, mientras las masas gritaban “que se vayan todos”?