En 2004, Transparency International publicó una lista de los diez cleptócratas más importantes del mundo. Dirigida por el fallecido dictador indonesio Mohammad Suharto, con un botín estimado de más de $ 35 mil millones, la lista incluía al difunto líder filipino Ferdinand Marcos ($ 10 mil millones), el ex presidente serbio Slobodan Milosevic ($ 1 mil millones) y el depuesto autócrata haitiano Jean-Claude “Baby Doc “Duvalier ($ 800 millones).
La lista proporcionaba, por supuesto, una visión general de algunos de los cleptócratas más exitosos hasta la fecha, pero también resaltaba la miríada de fallas aparentes en los esfuerzos estadounidenses por hacer retroceder las ganancias cleptocráticas en el cambio de siglo.
En ese momento, la avenida más prominente que Washington mantenía para aplastar a parte de la cleptocracia desenfrenada en todo el mundo en desarrollo provenía de programas como la Ley de Prácticas Corruptas en el Extranjero (Foreign Corrupt Practices Act).(FCPA). Sin embargo, incluso la FCPA permaneció marcadamente limitada, tanto en alcance como en aplicación.
Mientras tanto, las cleptocracias nacientes en los estados postsoviéticos como Rusia, Azerbaiyán, Kazajstán, Turkmenistán y Uzbekistán, para decir poco de las cleptocracias arraigadas que van desde Guinea Ecuatorial y Gabón hasta Libia y Egipto, continuaron robando poblaciones, frustrando investigaciones potenciales y desmotrajando la democratización esfuerzos.
Como tal, en 2010, siguiendo los dictados del entonces presidente Barack Obama, el Departamento de Justicia de los EE. UU. Comenzó a delinear un nuevo medio para vencer a las cleptocracias socavando la seguridad nacional estadounidense, avivando redes extremistas y destruyendo las preocupaciones ambientales locales.
Al visitar Uganda en julio de 2010, Eric Holder, que en ese momento trabajaba en su calidad de fiscal general de los Estados Unidos, dio a conocer los frutosde los esfuerzos renovados de su equipo. Al anunciar el lanzamiento formal de la Iniciativa de Recuperación de Activos Kleptocracy de los EE. UU., Holder dijo que el nuevo programa estaría “destinado a combatir la corrupción oficial extranjera a gran escala y recuperar fondos públicos para su uso previsto y adecuado: para la gente de nuestras naciones”.
Al compilar una gran cantidad de fiscales, el equipo “se basaría en los esfuerzos ya en marcha para disuadir la corrupción, responsabilizar a los delincuentes y proteger los recursos públicos”. Como escribió Financial Transparency Coalition en su momento , “el gobierno promete, como saben estadounidenses y africanos, a menudo se rompen, pero este anuncio exige un optimismo (cauteloso) “.
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