Luis Alberto Buttó: De nuevo, el Esequibo

Luis Alberto Buttó: De nuevo, el Esequibo

Luis Alberto Buttó @luisbutto3
Luis Alberto Buttó @luisbutto3

 

Escenario completamente inconveniente para los verdaderos intereses nacionales (no los de algún gobierno de turno ni de ninguna facción partidista) es la decisión del Secretario General de la ONU de referir a la Corte Internacional de Justicia la controversia que mantiene el país con Guyana en torno al territorio Esequibo. Por ende, debe ser rechazada contundentemente, bajo ninguna circunstancia o consideración aceptada. El simple hecho de que el liderazgo guyanés celebre animosamente tal decisión y pretenda establecer conclusiones tempranas acerca de la posibilidad de que Venezuela se niegue a acudir a tal instancia, ya es suficiente demostración de que ése no es el terreno adecuado a donde debemos ir para dirimir el litigio. Los guyaneses se sienten y asumen vencedores en esos espacios, y en tales condiciones de desventaja para Venezuela, la prudencia estratégica advierte el oponerse radicalmente a seguir tal derrotero.

Se alertó hasta el cansancio sobre la peligrosidad de que esto ocurriera, de hacer lo conducente para evitarlo a como diera lugar, pero los oídos sordos y los intereses contrapuestos son la norma allí donde se debe actuar, ocupados como están quienes por esos pasillos deambulan en otros asuntos cuya atención desdice de su capacidad para comprender y atender lo que realmente le conviene a Venezuela. En lo venidero, tiempo habrá para documentar la historia correspondiente. Ahora la urgencia es otra. Por ser un problema de Estado (la realidad actual se aleja del deber ser, no estamos donde debemos estar) es perentorio asumir la impostergable obligación de propiciar la realización de un debate profundo en la sociedad venezolana en torno a lo hecho y lo por hacerse en este sentido, más allá de cualesquiera diferencias que puedan existir con anterioridad. Independientemente de los grados de responsabilidad a establecerse, ésta nos atañe a todos como venezolanos que somos. Nadie puede ni deber mirar para otro lado. El punto de partida del debate propuesto, aunque parezca provocativo decirlo, es el reconocimiento, sin apasionamientos inconvenientes, de que a estas alturas del partido es muy poco, o por lo menos es insuficiente, lo alcanzado en la reivindicación integral del territorio Esequibo, pese a que histórica y jurídicamente es venezolano.





Amén de para repensar la estrategia a desarrollar en el reclamo de aquí en adelante, tal debate debe servir para reafirmar la clara conciencia nacional de lo que está en juego, no pequeña cosa. La cantidad de territorio disputada en el Esequibo es la más extensa en este tipo de reclamo a escala planetaria: 159.500 km². Recuperar plenamente el Esequibo implica sumar a nuestro mapa 15% de todo el territorio que ahora poseemos: cantidad cercana a dos veces el estado Bolívar, la entidad político-administrativa más grande contenida fronteras adentro. La cantidad de recursos naturales involucrados es incuantificable y se pierden de vista los proyectos de desarrollo de gran magnitud con posibilidades de desprenderse del aprovechamiento de esta franja territorial, siempre y cuando existan gobiernos ciertamente capaces de motorizarlos en concordancia con factores privados de la economía, superando esquemas ideológicos no cónsonos con la orientación y esencia actual de la economía global. No mirar a futuro en este sentido es imperdonablemente insensato.

El gobierno, la Asamblea Nacional, los partidos políticos, las organizaciones no gubernamentales, la Academia, todos estamos llamados a involucrarnos de lleno. De no hacerlo, en la medida de cada quien, tendremos ineludible responsabilidad en lo que pueda perderse. La mesa está servida.

Historiador
Universidad Simón Bolívar
@luisbutto3