El príncipe heredero de Dinamarca interrumpió su viaje para apoyar a los atletas daneses en los Juegos Olímpicos de Pyeongchang para regresar al lado de su padre, cuyo estado de salud ha empeorado, anunció este viernes el palacio real en Copenhague.
El marido de la reina Margarita, de 83 años y aquejado de demencia, padece una infección pulmonar.
“El estado de su alteza real el príncipe Enrique por desgracia se ha deteriorado gravemente”, señala el comunicado.
El mayor de los hijos del matrimonio real, “el príncipe heredero (Federico) está camino de Dinamarca”, agregó.
El príncipe Enrique había tenido que ser repatriado en enero de Egipto, donde disfrutaba de unas vacaciones, para ser hospitalizado en Copenhague por una infección pulmonar.
La casa real danesa había anunciado en septiembre que el príncipe consorte sufría “demencia”, una de cuyas formas frecuentes es la enfermedad de Alzheimer. Aunque no mencionó este mal, el palacio señaló “una degradación en las funciones cognitivas”.
Nacido Henri Marie Jean André de Laborde de Monpezat el 11 de junio de 1934 en Talence, cerca de Burdeos (suroeste de Francia), el aristócrata se casó en junio de 1967 con la heredera del trono de Dinamarca, coronada en enero de 1972.
Enrique, que se jubiló en enero de 2016, no obtuvo el título de rey en su país de adopción y nunca ocultó su malestar por el papel que desempeñaba en la familia real.
El año pasado anunció públicamente que no quería ser enterrado junto a su esposa en la catedral de Roskilde, como es tradición en las parejas reales.
Al no haber obtenido el título y el papel que siempre deseó, argumentaba que no había sido tratado como un igual en vida y que por tanto no deseaba serlo una vez muerto.
AFP