En muchas escuelas y liceos de Tocuyito se está registrando una importante cesación de docentes. Los profesores, que tienen sueldos de hambre, condiciones laborales terribles y, obviamente, familias que mantener, prefieren abandonar sus cargos docentes y dedicarse a otra cosa o, incluso con mucha frecuencia, irse del país. No podemos criticarlos, ellos son tan víctimas de las circunstancias como lo son los estudiantes que se quedan sin maestros.
Revisemos un caso para la reflexión. En la U.E. Ofelia Matute, ubicada en Tocuyito, estudiantes de educación inicial y tercer grado fueron enviados a sus casas para que sus propios representantes les den clases en su hogar y así llevan varias semanas sin que el distrito escolar se pronuncie. La huida de docentes está dando aún más fuerzas al fenómeno preocupante de la deserción escolar y, en este caso, sumergido bajo una modalidad indetectable por las estadísticas. El estudiante sigue matriculado en la escuela, pero en realidad está en su casa por no tener profesor. Esa tendencia, de afianzarse, dará origen a matriculas abultadas y escuelas vacías. ¿A quién estamos engañando con ese fraude educativo?
Ahora bien, ¿qué debemos hacer? Debe declararse abiertamente la crisis del sistema educativo, dejar la tapadera de problemas y situaciones como alcahuetes, las autoridades deben abrir inmediatamente concursos docentes y, en los casos más urgentes, contratar personal auxiliar que compense la rápida perdida de educadores. Profesionales de otras áreas, docentes universitarios, docentes recientemente jubilados, estudiantes aventajados, deben ser convocados por las zonas educativas para llenar las vacantes. Estas son medidas de emergencia.
Asimismo deben tomarse medidas cuyos efectos se podrán ver a mediano plazo, entre ellas: 1) Realizar ajustes contractuales a la profesión docentes de tal manera que los maestros puedan comer y alimentar a sus familias, comprar vivienda, acceder a vehículo propio y servicios médico – asistenciales adecuados, 2) Descentralizar la educación y, pese a que el Ministerio de Educación conserve su rol rector, permitir e incentivar a los gobiernos regionales y municipales para construir escuelas, dotarlas y contratar su respectivo personal docente, hay municipios en Carabobo que en el mejor de los casos apenas tienen bajo su administración 1 o 2 centros educativos como si tal cosa fuese suficiente y 3) dar becas de estudio, facilidades, transporte, nuevas sedes y núcleos a las facultades de educación de las universidades públicas que forman docentes.
En Tocuyito, donde las autoridades municipales tienden irremediablemente a ver la grama crecer, al inmovilismo, no se le puede seguir pidiendo a alcalde sordo – mudo que eleve su voz exigiendo soluciones para las escuelas en Libertador. Por nuestra parte, que no tenemos pelos en la lengua, si lo exigimos, Sr. Rafael Lacava, Sr. Elías Jaua, Sr. Nicolás Maduro, hagan algo útil, mientras circunstancialmente sean gobierno, y tomen decisiones en favor de la educación en Tocuyito. Los docentes huyen de la miseria que ustedes han creado y se pone en riesgo la continuidad escolar de los jóvenes. #NoMásAbandonoEscolar
Julio Castellanos / @rockypolitica / [email protected]