En enero de este año el padre José Palmar salió de Venezuela con rumbo a México, huyendo del asedio del régimen venezolano. Luego viajó a Estados Unidos, donde la noticia de su retención por agentes de inmigración retumbó en su país natal.
A principios de marzo llegó a la frontera de Texas y solicitó resguardo, pero al no poseer visa americana, los funcionarios estadounidenses procedieron a hospedarle en un centro preventivo mientras se confirmaba su condición de refugiado, reseña Venezuela Al Día.
Dos abogados de la organización USA Refugees & Immigrants, que habían sido contactados por el sacerdote venezolano desde México, le brindaron asistencia médica y asesoría legal durante las pruebas realizadas por el Servicio de Inmigración para comprobar el acoso del que había sido víctima el Padre.
Hoy reside en el estado de la Floida bajo el estatus de “miedo creíble por beneficio al público”, y está a solo un paso de que le sea otorgado el asilo político.
“Escogí Estados Unidos porque ha sido un país frontal contra el régimen de Maduro. Es un país que se ha mostrado a favor de los derechos humanos de los venezolanos, a quienes respeta y brinda resguardo”, señaló.
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