Consecuencias de un Estado forajido: cortoelec, por Freider Gandica

Consecuencias de un Estado forajido: cortoelec, por Freider Gandica

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Decir que en Venezuela existe una revolución energética, es como decir que somos un país feliz. Puras fanfarronerías, es lo que suele salir de la boca de los voceros de este actual sistema gubernamental que vivimos, y que a cada problema, una respuesta sin sentido tienen.

La corporación eléctrica nacional (CORPOELEC), está sufriendo las consecuencias de un Estado forajido, y con ello, aumentan los problemas que hoy padecemos los venezolanos. La irresponsabilidad de quienes han sido los gerentes de este organismo, conllevan a que no hayan soluciones, sólo excusas.





Los racionamientos eléctricos que vivimos durante la actual gestión gubernamental no han cesado. Hace 2 años, el país atravesó una fuerte sequía, la cual nos trajo más problemas en este “servicio”, y fue nada mas y nada menos, que los famosos racionamientos por cuatro horas diarias. A este percance no le tenían una solución, pero sí una excusa: “Es necesario tomar estas medidas debido a que no se está haciendo un ahorro de la energía y hay que preservar los embalses hasta que se llenen por las lluvias”.

las iguanas, la vara de bambú, los “ataques” a las estaciones eléctricas, el niño y después la niña, han sido argumentos usados, para disimular el mal estado en el que se encuentran los principales generadores de energía del país.

Cada vez que hay una falla en el servicio eléctrico, el resto de los servicios que dependen de este se suman, y las ciudades colapsan.

En el transcurso de la última semana, los venezolanos que vivimos en el occidente del país, nos hemos visto afectados por los continuos apagones. Desde el pasado viernes 9 de marzo, ya no es extraño que este servicio tan vital falle, ya que, hemos estado esta última semana sin luz.

Las continuos cortes dejan muchas preguntas y pocas respuestas: ¿Qué pasa con las termoeléctricas del occidente del país? ¿no funcionan? Si Venezuela está pasado por un buen invierno ¿Por qué decir que las represas están vacías? ¿Qué inversión ha tenido el occidente del país en materia eléctrica? ¿Cuál es la capacidad real de generación eléctrica del Táchira? ¿Qué tanto dependemos del Guri?

Mientras nos preguntamos una y otra vez, ¿cuál es el verdadero problema? Las pérdidas millonarias que cobran estos continuos apagones no tiene cifra. Los comercios dejan de trabajar y cientos de carnicerías, charcuterías y pescaderías, se ven en la obligación de cerrar sus puertas mientras no exista una solución a este problema. Adquirir hoy en día una planta eléctrica, es imposible para los pequeños comercios, el valor de estos generadores de electricidad esta por las nubes, y los venezolanos sólo tenemos para comer.

Las perdidas por culpa de los continuos cortes eléctricos no han sido solo materiales, también hay perdidas humanas. Solo en nuestro estado Táchira, una semana de continuos cortes cobró la vida de cuatro personas, entre ellas un bebé de cuatro meses que nació en “revolución” y la misma le arrebató la vida. En Trujillo la vida de 83 pacientes pende de un hilo, sin las maquinas de oxígeno les cuesta respirar, y estas sin energía eléctrica no trabajan. Los hospitales colapsan, porque la mayoría de estos se encuentran sin plantas eléctricas, no hay cómo atender una emergencia. Incluso están en revisión cientos de vacunas, ya que por falta de refrigeración, se pudieron haber dañado.

Vivimos una odisea en plena “campaña” presidencial, ¿qué quedará cuándo se termine de instalar el comunismo en el país? No permitamos que eso pase.

Por cierto, para quienes leyeron mi pasado artículo de opinión, saben que estoy de acuerdo con el frente amplio nacional. Pero, pendejo no soy, ahí hace falta mucha gente importante para reivindicar la lucha por la libertad del país.